|
Buenos Aires > La presidenta
Cristina Kirchner convocó anoche al campo para intentar iniciar
una instancia de diálogo que permita poner fin al conflicto
que protagonizan, desde hace varios días, las principales entidades
rurales del país por la aplicación de un nuevo esquema
de retenciones móviles a la soja y al girasol.
Al cierre de esta edición, desde el campo, se analizaba los
pasos a seguir ante el llamado del gobierno nacional a sentarse a
una mesa para analizar la situación que ya está provocando
serios problemas de desabastecimiento.
La mandataria, en el discurso que emitió ayer, defendió
la medida al sostener que “las retenciones móviles no
son una política antisoja, sino propueblo y también
procampo», y sostuvo que «todos son necesarios, el campo,
la industria, el comercio y los servicios, pero todos tienen que entender
que el crecimiento tiene que ser armónico, para erradicar la
miseria como lo estamos haciendo».
Las entidades agropecuarias en tanto, habían solicitado ayer
en horas de la tarde, abrir una mesa de negociación con el
gobierno.
El pedido de las entidades fue oficializado a través de un
comunicado que lleva la firma de la Sociedad Rural Argentina, Coninagro,
Federación Agraria Argentina y Confederación Rural Argentina.
«La Comisión de Enlace de las entidades agropecuarias,
(integrado por Federación Agraria-Coninagro-CRA y la Sociedad
Rural) agradece el respaldo recibido por la población en general
y por los productores en especial que sostienen el éxito de
la medida de fuerza que se lleva a cabo.
“Por eso, y mostrando una vez más la razonabilidad del
hombre de campo, pedimos a todos un momento de reflexión. Hacemos
saber que el campo está dispuesto a conciliar posiciones para
evitar mayores penurias a quienes se están viendo afectados
por las medidas. Por ello solicita a las autoridades una instancia
de diálogo que logre la reconciliación de los argentinos.
Es nuestro compromiso que si esa mesa de concertación cumple
con las expectativas de nuestras bases se suspenderán todas
las medidas de fuerza”, informaron las entidades a través
de un comunicado de prensa.
Esquema de retenciones móviles
Buenos Aires > El acercamiento –casi histórico-
de las cuatro entidades más representativas del campo y la
decisión del gobierno nacional de elevar el derecho de exportación
de la soja y el girasol, son los dos principales componentes del conflicto
que vive el agro con Nación. Esto se tradujo en los últimos
días en una espiral que sólo puede reducirse con el
diálogo.
Aldo Norberto Bonaveri, en un análisis publicado en el sitio
El Pregón Agropecuario titulado “Las mega-retenciones,
un súper paro”, analizó no sólo el contexto
político y económico en que se da este conflicto, sino
cómo impacta en los números, la aplicación del
nuevo esquema móvil de las retenciones.
“La modificación introducida constituyó un fuerte
aumento en los derechos de exportación para la soja y el girasol,
los que ya habían sido incrementados en noviembre último.
En consecuencia la alícuota de retenciones se ubicó
en 44,1% y el 39,1%, respectivamente. De esa manera, en los últimos
5 meses, los gravámenes a la soja y el girasol acrecentaron
16,6 y 15,6 puntos porcentuales, respectivamente.
En definitiva, la sumatoria de aumentos significan alzas tributarias
del 60,3% para la soja y del 66% para el girasol. En dicho lapso,
los precios de exportación de estas oleaginosas experimentaron
un comportamiento disímil: mientras la tonelada de girasol
cotizaba en noviembre a $ 1350, previo a las medidas lo hizo a $ 1260
(6,6% menos); mientras, la soja de $ 829 pasó a $1.054 (27%
más). En la otra punta, el promedio de los insumos principales
(fertilizantes, agroquímicos y gasoil) acusaron aumentos del
orden del 40 al 60%”, señala el especialista.
En su análisis, Bonaveri sostuvo que al anunciar las medidas
el ministro Martín Lousteau se basó en fundamentos tales
como el desacople de los precios internacionales y la necesidad de
techar el proceso de “sojización”. “¿Cuál
es la necesidad de “desacoplar” los precios internos de
los externos? En verdad es muy difícil encontrar explicación,
de la soja y sus derivados se exportan más del 90% y del girasol
el 80%; si fuera menester, no existirían dificultades para
subsidiar el consumo nacional. Si el móvil fuera regular el
cultivo de soja, la solución sería bajar las excesivas
retenciones de los demás granos. ¿Y el girasol? ¿Qué
tiene que ver con la sojización?” sostiene el autor y
agrego que “con este nuevo esquema, a los precios actuales,
el fisco lograría un aumento de entre 0,3 y 0,4% del PBI”
Conforme al impresionante incremento de la recaudación, alcanzar
ese objetivo no tiene otro fundamento que seguir aumentando el gasto
público y, someter cada vez más a las provincias a la
dependencia y los arbitrios de Balcarce 50”.
“Según un estudio que el Ministerio de Economía
presentó tras el anuncio, los productores obtendrán,
con el nuevo esquema, 24 % más de precio en soja que el pico
del período 2002/2006. Y que en girasol, ese nivel asciende
a 59 %, el maíz 14% y el trigo se ubica en 38%. Dicho trabajo
señala que en diciembre pasado un productor podía obtener
un margen bruto de $ 1.566,42 por hectárea con una soja de
30 quintales de rinde en la zona núcleo, ahora, aun con el
nuevo modelo de retenciones, embolsará entre $ 1.666,65 y $
1.826,60 por hectárea. Lo que no tuvieron en cuenta los funcionarios,
es la magnitud de la suba de los insumos, ni tampoco cómo se
reparte la rentabilidad entre los eslabones de la cadena”, sostiene
el artículo.
Esquema
Según los precios actuales de la soja, descenderían
de los valores actuales en caso que la tonelada se ubique por debajo
de los u$s 500 (FOB) y subirían por encima del 49% en caso
que se disparase por encima de los u$s 600. Para el girasol bajarían
si la tonelada se ubicara por debajo de los u$s 500 dólares
(FOB) y subirían al 45% si superara los u$s 600 dólares.
En maíz las los derechos de exportación se reducirían
a un 20% si la tonelada desciende a menos de u$s 180 superaría
el 25% cuando el precio trepe sobre los u$s 221
Para el caso del trigo a los valores internacionales actuales de entre
u$s 301 y u$s 400 la tonelada la retención oscila en un rango
de 24 a 30%. De entre u$s 201 y u$s 300, la gabela se instala entre
20 y 24%, y a valores de 200 dólares o por debajo, el derecho
de exportación pasa al 20%.
El cálculo de las retenciones
El nuevo esquema de derecho de exportaciones móviles se calcula
sobre alícuotas marginales progresivas. La normativa instituye
tramos de precios FOB en dólares y, cada escalón adopta
un derecho de exportación diferente.
Un ejemplo en maíz con un precio FOB de u$s 217, que determina
una retención del 24,2%:
Dado que el valor FOB es u$s 217 dólares, los primeros u$s
180 tienen el 20% en concepto de retenciones, en tanto el excedente
de 180 se calcula así:
217-180 = 37 37 x 0.45 = 16.65 36 + 16.65 = u$s 52.65
Un derecho de exportación de u$s 52.65 sobre un FOB de u$s
217 arroja un 24.2% del total de la operación.
Conflicto del campo
Opiniones y números
En un artículo de un matutino económico se
analizan algunos números del conflicto del campo con el Gobierno.
Buenos Aires > “Existen miles de juzgados
en toda la República que podrían recibir recursos de
amparo en masa de los productores, y hay jurisprudencia en la Corte
Suprema que establece que toda alícuota impositiva que supere
33% se puede considerar confiscatoria”, así lo expresa
un artículo del Cronista Comercial publicada el pasado miércoles.
En otro de las noticias referidas al conflicto del campo por las retenciones
móviles, titulada “la verdadera pelea: Dólar-soja
tiene un valor de 0,87 pesos” se indicó que “es
difícil que lleguen a ponerse de acuerdo: los números
siempre pueden manipularse de tal forma como para que cada uno diga
que le asiste razón. Así, para el gobierno, si el precio
de la tonelada de soja se triplicó desde 2001 hasta hoy, y
además el precio del dólar también se triplicó,
no hay mucho más que hablar: por cada tonelada exportada, el
productor factura nueve veces más pesos que lo que recibía
en los años del uno a uno. Y quien se queje, lo hace de lleno”.
Y agrega la publicación que en la realidad, vista desde el
campo, es muy diferente.
“Con cada tonelada de soja que exporta hoy un productor argentino,
el dinero que queda en su bolsillo es 13% menos que lo que cobraba
en 2001, antes de la devaluación. En otras palabras, el dólar
para los productores no vale 3,17, como dice en las casas de cambio
de la city, sino que vale, en términos reales, 0,87 pesos.
Este es el verdadero núcleo duro del descontento agropecuario
contra el gobierno. Aunque no lo diga explícitamente, lo que
ha hecho el gobierno con la política de las retenciones es
reinstaurar un sistema de tipos de cambio múltiples, donde
según quién sea el que vende el billete verde rige una
cotización diferente”.
Agrega además que si por cada dólar que los chinos pagan
por la soja argentina se hace un descuento de 44%, lo que queda es
que el dólar de los sojeros vale $ 1,78. Pero a los productores
les aumentó el precio de sus insumos de producción,
de los salarios de sus trabajadores y, en general, de su canasta de
consumo.
“Asumiendo que sus costos fueran equivalentes a la inflación
acumulada desde 2001 hasta la actualidad, entonces el efecto de la
”devaluación exitosa“ de la que se jactaba el ex
ministro de Economía, Roberto Lavagna, se evaporó por
completo, y el dólar que queda es de apenas $ 0,87. Pero la
gente del campo suele argumentar que la mayoría de sus insumos
son dolarizados y que, en consecuencia, no es correcto pensar que
su incremento de costo se condice con el del Índice de Precios
al Consumidor (IPC), sino que está más cerca del valor
dólar. Si uno hiciera ese cálculo, la situación
es más grave todavía, ya que el dólar de los
sojeros cotizaría a menos de $ 0,6 “, sintetiza el artículo.
Puntos de vista
¿Quién tiene razón? Ninguno, en realidad. Porque
si bien es cierto que el dólar les rinde menos, también
ocurre que los productores tienen muchos más dólares
que en los años del uno a uno. Por cada tonelada de soja, el
productor recibe, neto de retenciones u$s 278. Es decir, a una cotización
de $ 3,17, reciben $ 881, que por efecto de la inflación equivalen
a $ 440 de la convertibilidad. En comparación con los $ 163
que ingresaban por tonelada de soja en 2001, hoy entran 2,7 veces
más. No nueve veces más, como pretende el Gobierno,
ni 13% menos, como podrían argumentar las agremiaciones rurales
que se mantienen firmes en la protesta.
Claro que no sólo al campo le afectó la inflación
y su consecuencia caída del tipo de cambio real. Pero las cotizaciones
son sustancialmente diferentes según de qué sector productivo
se trate.
Así, para la industria que abastece al mercado interno, y que
necesita un tipo de cambio alto para protegerse de las importaciones
baratas, rige un tipo de cambio real aproximado de $ 1,9 en comparación
con el nivel de 2001.
Esto significa que si al precio del dólar de hoy se le aplica
la inflación internacional, y se lo divide por la inflación
acumulada desde la devaluación hasta hoy, el resultado es que
el empresario argentino tiene una protección equivalente a
lo que habría sido un dólar de $ 1,9 en tiempos de la
convertibilidad.
Fuente: El Cronista Comercial
Voces de entidades de la región
Junín de los Andes / Cipolletti > Dos
entidades con mucha historia en zona, como es el caso de la Sociedad
Rural del Neuquén y la Cámara de Fruticultores -CAFI-,
se manifestaron en relación al conflicto del campo con el Gobierno
Nacional.
«No hay que olvidarse que todos somos trabajadores», dijeron
los ganaderos neuquinos y los exportadores de fruta dicen que son
«retenciones desmedidas».
Juan Sorzana, presidente de la entidad, expresó su total respaldo
a la Sociedad Rural Argentina, y se mostró sumamente satisfecho
con la unión de todo el sector agropecuario a través
de las asociaciones que los nuclea.
Diálogo
«La única forma en que se arreglan las cosas es dialogando,
y no buscando generar nuevos enfrentamientos entre distintos sectores
de la sociedad, no poniéndose en contra de la gente trabajadora,
porque no hay que olvidarse que somos todos trabajadores», expresó
el dirigente, insinuando la necesidad imperiosa de que el Gobierno
Nacional abra las puertas al diálogo con el sector.
«En nuestra provincia afortunadamente las cosas son distintas.
Podemos trabajar junto al gobierno, existe un plan que venimos desarrollando,
tenemos el incentivo ganadero y forestal y nos hemos reunido recientemente
para actualizar los valores. Creemos que este es el camino: la labor
conjunta para generar más trabajo y más ingresos para
nuestra tierra y nuestra gente», indicó el titular de
la SRN.
Ampliar el debate
«El tema de las retenciones no está acotado al agro ni
sólo afectan a ese sector, hay que ampliar el debate sobre
el tema de las retenciones que afectan a las provincias, como puede
ser la nuestra, que proveen a través de esa práctica
grandes sumas de dinero al gobierno central y que no vuelven al interior,
como ocurre con el petróleo y el gas», finalizó
Sorzana.
Retenciones
Ante el conflicto de público conocimiento entre el gobierno
nacional y el sector agropecuario, la Cámara Argentina de Fruticultores
Integrados, CAFI, expresó a través de un comunicado
de prensa que «ratifica su reclamo permanente de rechazo a las
retenciones desmedidas, por cuanto los mismas significan la pérdida
de recursos genuinos, las que para la fruticultura regional tienen
un significativo impacto (10 %) teniendo en cuenta que es una actividad
de alta ocupación de mano de obra, y valor agregado.
«Manifestamos nuestro deseo de que los gobiernos de las provincias
de Río Negro y Neuquén actúen proactivamente
ante su par nacional para que se encuentre una salida de diálogo
y paz social ante los riesgos que el enfrentamiento actual podría
traer aparejados», se indicó. |
|