CAFI, el INTA y Funbapa explicaron
días atrás a periodistas del país el complejo frutícola.
General Roca > Con motivo de la reciente
visita a la región de cuarenta periodistas agrarios de todo
el país, las principales entidades y organismos productivos
de la zona brindaron charlas informativas sobre el complejo frutícola
que incluyó desde el manejo del cultivo de fruta en el monte
hasta la exportación, pasando por los procedimientos fitosanitarios,
el empaque, conservación y toda la logística portuaria.
Durante tres jornadas, desde la Cámara de Fruticultores Integrados
–CAFI-, Federación de Productores, Funbapa y los técnicos
a cargo de los programas de control de la Mosca de los Frutos y de
Carpocapsa, el INTA Alto Valle y representantes del sector comercial
de agroquímicos explicaron a los comunicadores de todo el país
el circuito productivo de la fruta y la situación actual en
lo que se refiere a mercados y costos.
Una de las explicaciones sobre el complejo de la pera y la manzana
estuvo a cargo de las autoridades de CAFI, Juan Martín Rosauer,
Marcelo Loyarte, Daniel Satragni y Adolfo Pampiglione, quienes difundieron
un material con todos los números de la actividad.
En ese sentido es de destacar algunas características resaltadas
por los actores de la fruticultura, las cuales junto a otras explicaciones
técnicas captaron la atención de los periodistas del
resto del país.
Entre los datos a destacar es que la fruticultura
de Río Negro y de Neuquén, concretamente el cultivo
de peras y manzanas representa más de mitad de la producción
frutícola total del país, lo que ubica a Argentina como
la primera exportadora de peras del mundo y la quinta en manzanas
El complejo exportador frutícola ocupa el
puesto 10 entre los complejos exportadores nacionales, generando más
divisas que la cuota Hilton, que los complejos del girasol, arroz,
cuero, lácteo, pesquero, tabacalero, algodonero.
El complejo genera 50.000 puestos de trabajo directos
y 15.000 indirectos y tiene gran relevancia en la estructura socioeconómica
de las dos provincias, fundamentalmente en la ocupación de
mano de obra. En este punto se debe destacar un aspecto que fue resaltado
por las autoridades de CAFI y que es que la pampa húmeda demanda
en forma directa 1 trabajador por cada 1.000 hectáreas mientras
que la fruticultura emplea 1.000 trabajadores por cada 1.000 hectáreas,
lo que es lo mismo que decir que existe una relación de ocupación
directa de 1 trabajador por hectárea.
Retenciones
Las retenciones, término que cobró mayor notoriedad
en los últimos días a partir de la protesta del campo
argentino, también tiene su incidencia en la fruticultura regional
y su impacto no es menor. La actividad paga un derecho de exportación
(retención) del 10 por ciento. Es decir que por cada 10 bines
de fruta, el Estado Nacional se queda con uno. Esto implica por año
entre exportaciones de manzanas y peras en fresco y jugos concentrados
más de 50 millones de dólares. En este punto, la mayoría
de los técnicos que disertaron ante los periodistas nacionales
coincidió en impacto que tiene ese porcentaje en la fruticultura
en particular. Como se sabe, la producción de fruta tiene un
extenso ciclo que abarca cultivo y cosecha, empaque, conservación
y logística hacia los mercados externos. Como el arancel se
fija sobre el precio FOB, el impacto abarca a todo el proceso por
lo que termina siendo superior al 23 por ciento.
Dentro del área productiva frutícola
de la región, que comprende 50.000 hectáreas implantadas
con frutales -85% en Río Negro y 15% en Neuquén- la
actividad comprende a unos 4.000 productores, 260 establecimientos
de acondicionamiento y empaque, 220 establecimientos frigoríficos,
y 11 empresas elaboran jugo concentrado
La fruticultura ha alcanzado en los últimos
años a un alto nivel de inversión estimado en 12.500
dólares para poner una hectárea en producción,
y un recupero a partir de los 9 años.
Otro de los aspectos abordados se relacionó
con el conflicto gremial que sufrió la actividad al inicio
de la temporada. Eso sumado a las elevadas temperaturas durante enero,
el retraso de toda la cadena frutícola, la pérdida de
fruta de calidad para exportación debido a la madurez y los
costos adicionales de operación portuaria generaron para CAFI
pérdidas estimadas en 9.400.000 dólares.
En cuanto a costos del circuito productivo, se
estimó que la producción insume el 36 % de los costos,
el empaque el 37 por ciento, la conservación el 20 y la comercialización
el 7 por ciento.
No menos importante resultó el análisis de
la diferencia en cuanto a aranceles que tiene que pagar la fruta regional
en determinados mercados frente a competidores como, por caso, Chile.
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