Por Vicky Chávez
Su participación en la ciudad comenzó en el primer gobierno
institucional de la comuna.
Neuquén > Don Joaquín Pardo fue
un español de Laroya, pueblo de la montaña de Almería,
en la región de Andalucía, que nació el 5 de
noviembre de 1915. Llegó a la Argentina en el buque Alsina
de bandera francesa el 30 de marzo de 1924. Al principio él
y su familia vivieron en Dorrego, provincia de Buenos Aires, hasta
que en 1928 Neuquén, con sus 124 manzanas, tuvo la suerte de
acogerlos.
Su padre falleció tempranamente y Joaquín, desde muy
joven, se hizo cargo de su familia, para lo que trabajó en
una chacra, luego en un restaurante, y en el Juzgado de Paz y Registro
Civil como secretario del Juez de Paz don Adolfo Abelli.
Su labor
El trabajo municipal comenzó en agosto de 1936 cuando los señores
Arges y Benedetti firmaron la Resolución nº 545 donde
se lo nombraba ordenanza de la Municipalidad de Neuquén, a
cargo de las tareas de mensajero.
Don Rafael Fernández fue la persona que ayudó a que
Joaquín aprendiera esta tarea municipal y con el que organizó
la oficina de Rentas, hoy llamada Dirección de Gestión
Tributaria; sus colaboradores fueron Porfirio Bussalino, Jorgelina
Alonso, Daniel Palavecino, Russo y Felipe Ulloa.
En la década del 50’ la municipalidad tenía varios
empleados y el Corralón estaba a cargo de don Albino Cotro,
que realizó destacada labor, ya que en ese entonces el municipio
era el encargado del servicio de sepelios, la provisión de
agua potable, riego de calles y recolección de residuos con
vehículos propios.
En 1958 asumió el primer gobierno Institucional de la Comuna;
el Intendente era don Víctor Aníbal García y
Joaquín Pardo asumió como Subsecretario de Hacienda
y Obras Públicas. Es en esta gestión que se creó
el Instituto Municipal de Previsión Social y en el que Joaquín
formó parte de la primera comisión; cabe acotar que
con el Instituto se creó el servicio médico y farmacéutico
para el personal municipal.
La feria municipal fue creada en estos tiempos, con la venta de artículos
de primera necesidad, la que tuvo posteriormente, su edificio en Lastra
al 100. En la década del 60’ las tierras de Nueva España,
eran “liquidadas”: la comuna las compró en $ 18.000.000
m/n con escritura nº 84 firmada por el escribano Alberto Pachioni
Valdez, a la que se le construyeron defensas aluvionales para la futura
urbanización.
Se loteó el Barrio Parque Santa Genoveva y se crearon los Barrios
Comercio y S.U.P.E. en el este de la ciudad; se inició el pavimento
de más de 100 cuadras, se amplió y modificó el
Matadero Municipal; se remodeló la Diagonal 9 de Julio y se
construyeron nuevas defensas aluvionales. Es en este periodo cuando
se llamó a concurso para el anteproyecto del Palacio Municipal.
Las obras
Cuando el intendente Ángel Della Valentina asumió su
mandato en octubre de 1963, designó a Joaquín como Secretario
de Gobierno. Esta gestión tuvo como objetivo realizar un control
efectivo de la ciudad a través de la promoción de la
edificación, pavimentación de calles, forestación
de las bardas, entre otras cosas.
Pardo gestionó la cesión de tierras para la Ciudad Universitaria
de la Universidad de Neuquén, el Instituto María Auxiliadora,
el Campo de Deportes del Colegio Don Bosco, las Tierras para el Colegio
de Artes y Oficios San José Obrero en la calle Primeros Pobladores;
en Colonia Confluencia un espacio para el Asilo de Ancianos de las
Hermanitas de los pobres, y la venta de terrenos para la instalación
de Canal 7 de Neuquén.
En esta gestión también se entubaron los desagües,
provenientes de la Ruta 22 y de la Avenida Olascoaga eliminando aguas
servidas y pajonales; la colocación de los Monumentos al Ministro
González y a Julio A. Roca en sus respectivas plazas. En concordancia
de tareas con CALF se iluminaron los accesos a la ciudad, colocando
alumbrado a gas de mercurio en las calles pavimentadas, plazas, balneario
Municipal y ruta 22; el puente carretero.
También se remodeló el Cementerio – que ya estaba
quedando en el centro de la ciudad, debido a la edificación
que se levantó a sus alrededores-; el Balneario Municipal en
donde se hicieron las escalinatas.
Su familia
Don Joaquín Pardo contrajo matrimonio con Enriqueta Burucúa,
una de las precursoras de la educación neuquina, con la que
se casó en 1947 y tuvieron 3 hijas y 7 nietos. Ya en 1935 compró
su casa en la calle Roca, situada en la “Quinta 14”
Solía vérselo a don Joaquín por las calles neuquinas
en donde establecía una cálida relación con los
vecinos debido a que por entonces Neuquén era muy chico. Además,
en la Municipalidad cada funcionario atendía personalmente
a los contribuyentes y asumía la solución de los problemas.
La jubilación en noviembre de 1968, su trayectoria ya había
sido reconocida por diversas instituciones.
El Rector de la Universidad de Neuquén, Enrique Oliva, lo distinguió
con una medalla por su accionar para la donación de tierras
de la Ciudad Universitaria y a favor de la cultura.
El Instituto Municipal de Previsión Social puso su nombre al
Complejo Turístico del Balneario Las Grutas en la vecina provincia
de Río Negro.
Todos estos recuerdos fueron atesorados y celosamente guardados por
sus hijas, que orgullosamente nos abrieron las puertas de sus casas
para poder narrarlos.
Su fiel colaborador Felipe Ulloa dijo de Joaquín: “Joaquín
era un amigo, enseñaba, trasmitía experiencia, le costaba
delegar, sabía que las cosas a su manera salían bien
y con rapidez”.
“Buscó incansablemente el bien común, la armonía
y paz de la ciudad, su crecimiento ordenado y verdadero. Dejó
en su familia la imagen sana, generosa y fuerte de un verdadero servidor”,
relataron sus hijas. Y realmente lo fue: su obra es perpetuada en
la proyección del Neuquén de hoy.
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