Fue aprobado para su uso en personas
con diabetes que no están recibiendo insulina y no logran controlar
su nivel de azúcar en sangre mediante la toma de medicamentos
orales.
Buenos Aires > El Monstruo de Gila es un lagarto
nativo de Estados Unidos, mide entre 35 y 58,5 centímetros
de largo y come con poca frecuencia, iberna la mayor parte del año
y acumula la energía en su cola. Cuando este reptil come, una
glándula salival modificada dentro de su boca libera un compuesto
que fluye dentro del tracto digestivo y el torrente sanguíneo,
lo que parece preparar su cuerpo para recibir, procesar y almacenar
los nutrientes.
A comienzos de los 90, se descubrió que este compuesto, exendin
4 del lagarto, actuaba en forma similar a la hormona digestiva de
los humanos. El GLP -1 permite un suministro constante pero no excesivo
en el torrente sanguíneo de glucosa, pero con la diabetes el
proceso se interrumpe.
Entonces, después de descubierta la hormona en el Gila y que
tiene una vida media significativamente más larga que el GLP
humano –el lagarto come una vez cada cuatro meses-, los laboratorios
Lilly y Amuylin Pharmaceuticals desarrollaron una versión sintética
llamada exenatida para el tratamiento de la diabetes.
El director médico de Lilly, Daniel Flores, acompañado
por el presidente de la Federación Argentina de Diabetes, Gabriel
Lijteroff, y el profesor de Medicina de la Universidad de Texas, Kenneth
Cusi, presentó la innovación en una conferencia de prensa
que se realizó en un céntrico hotel de esta ciudad.
Flores recordó que Lilly es un laboratorio que se caracteriza
por innovar desde hace 130 años, dijo que en 1923 apoyó
a la Universidad de Toronto en el descubrimiento de la insulina, generó
la primera insulina obtenida a partir del uso de genética y
ahora presenta este nuevo medicamento que permite dar respuesta a
los diabéticos, tipo 2, es decir adultos que no dependen de
las molestas inyecciones de insulina.
Explicó que la nueva droga imita el efecto antidiabético
o de reducción de glucosa que ocurre naturalmente con las hormonas
humanas llamadas incretinas.
Los miméticos de incretina estimulan el organismo para que
produzca insulina en respuesta al elevado nivel de azúcar en
sangre, e inhiben la liberación de la hormona glucagon después
de las comidas, aminorando así el índice de absorción
de nutrientes del flujo sanguíneo y reduciendo la ingesta de
comidas.
Su utilización también ayuda a regular el nivel de azúcar
en la sangre, logrando que los pacientes bajen de peso, un efecto
novedoso, teniendo en cuenta que los tratamientos para el control
de la diabetes suelen estar asociados con el aumento de peso.
La epidemia
La diabetes es una enfermedad que corre cuando el organismo no puede
convertir la glucosa, azúcar, en energía ya sea porque
el páncras no puede fabricar suficiente insulina o porque ésta
no es efectiva. “La mitad de la energía que utiliza el
organismo es a partir de la glucosa”, dijo Cusi quien recurrió
a la metáfora para explicar el funcionamiento del mecanismo
en el humano: la insulina es la llave que permite que la glucosa ingrese
a las células.
El medicamento Byetta “es una transición antes del uso
de insulina y consiste en la inyección dos veces por día
mediante un dispositivo similar a una lapicera que permite la disminución
de la glucemia todo el día”.
Indicó que no importa la edad del paciente para la administración
del medicamento y que la única variable a tener en cuenta es
que el paciente tenga diabetes tipo 2 y que tenga un problema de obseidad
que empeora por el riesgo cardiovascular.
En Argentina
Según un infome de Lilly, pocas enfermedades causan efectos
tan variados y generalizados en el cuerpo como la diabetes. En muchos
países desarrollados es la enfermedad que mayores gastos médicos
ocasiona, debido a que sus complicaciones tienen efectos en prácticamente
todos los tejidos y órganos corporales, especialmente páncreas,
vasos sanguíneos, nervios periféricos, ojos y riñones.
La diabetes afecta aproximadamente a 200 millones de adultos en todo
el mundo y se estima que la cifra se duplicará en los próximos
15 años. Las personas que padecen diabetes no pueden elaborar
la energía a partir de los alimentos que ingieren. Es así
que la glucosa que consumen queda en la sangre en lugar de entrar
en las células del organismo. La diabetes es una enfermedad
crónica.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud,
en Argentina se estima que más de 2 millones de personas padecen
diabetes, de las cuales el 10% presenta diabetes tipo 1 y el 90% diabetes
tipo 2. Otras investigaciones indican que la mitad de la población
de diabéticos desconoce su condición por falta de diagnóstico.
¿Qué es la diabetes?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el
páncreas no genera suficiente insulina o cuando el organismo
no la puede utilizar eficazmente.
La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre
(glucemia). La hiperglucemia (aumento de la glucemia) es un efecto
frecuente de la diabetes no controlada, y con el tiempo produce importantes
lesiones en muchos sistemas orgánicos, en particular en los
nervios y los vasos sanguíneos.
¿Qué es la diabetes 1 y 2?
La diabetes de tipo 1 (antes conocida como diabetes insulinodependiente
o de inicio en la infancia) se caracteriza por una ausencia de la
producción de insulina. Sin la administración diaria
de insulina exógena, este tipo de diabetes lleva rápidamente
a la muerte.
Menos del 10% (1 de cada 10) de las personas con diabetes presenta
una diabetes tipo 1. Aunque a menudo aparece durante la infancia,
también se puede presentar en personas de mayor edad.
Sus síntomas, que pueden aparecer bruscamente, consisten en
una producción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia),
hambre constante, pérdida de peso, alteraciones visuales y
fatiga.
La diabetes de tipo 2 (antes conocida como diabetes no insulinodependiente
o de inicio en la edad adulta) se produce cuando el organismo no genera
suficiente insulina o las células del cuerpo no responden de
manera normal a la insulina.
¿Cuándo se inyecta insulina?
Las personas que la padecen inicialmente no precisan inyectarse insulina
para vivir. Pero a medida que avanza la enfermedad, el 58% de los
pacientes con este tipo de diabetes necesita insulina.
Generalmente, la diabetes tipo 2 es más frecuente en las personas
adultas mayores de 40 años, aunque el número de jóvenes
que la padecen se ha incrementado.
Es la forma más frecuente de diabetes, al menos el 90% (9 de
cada 10) de las personas con diabetes, padecen diabetes tipo 2, que
se debe en gran parte a la inactividad física y al peso corporal
excesivo.
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo
1, pero menos acentuados. En consecuencia, es posible que la enfermedad
sólo se diagnostique varios años después de su
inicio, una vez que aparecen sus complicaciones.
|