Si bien Neuquén posee uno
de los mejores servicios a nivel nacional, la gestión del recurso
es retrasada para los modelos mixtos actuales.
Neuquén > El problema de la falta de agua es un
tema recurrente en boca de vecinos, políticos, organismos y
entidades de la ciudad. Sin embargo, las dimensiones del conflicto
traspasan las fronteras de la región.
En los últimos años el recurso hídrico cobró
relevancia en la agenda mundial y los especialistas adelantan que
se convertirá en la próxima guerra entre las naciones.
Argentina no está al margen de la problemática. Cada
provincia sufre la falta del agua de manera diferente, pero la mayoría
es conciente hoy por hoy de que se trata de un elemento vital que
requiere de la urgente intervención de la sociedad en su conjunto.
La falta de agua en muchos barrios capitalinos se instaló en
la agenda municipal y provincial desde hace varios años.
Sin embargo, la punta del iceberg reflota durante el verano cuando
la demanda del recurso se acrecienta y las acciones no dan a basto
para garantizar a toda la sociedad este recurso vital.
Las recientes gestiones realizadas por la comuna ante Nación,
para ejecutar más obras en la ciudad, indican que el tema inquieta
cada vez más a los responsables de garantizar su acceso.
“Plantear el recurso como un derecho humano y finito”,
esa fue la consigna del último Foro Regional del Agua que se
desarrolló en la ciudad de Córdoba.
El encuentro organizado por la defensoría del Pueblo de la
Nación permitió que más de 190 disertantes de
todo el país expusieran las dificultades originadas por la
inaccesibilidad a los sistemas de Saneamiento y Agua Potable.
Al respecto, el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino
resaltó que “es imperativo comprender y enfrentar los
retos políticos, financieros, regulatorios, culturales y tecnológicos
que imposibilitan actualmente el aprovechamiento del recurso”.
Mondino, destacó que “el derecho al agua no es un concepto
abstracto y son los gobiernos nacionales, provinciales y municipales
en conjunto, los encargados de garantizarlo, respetarlo y protegerlo”.
Entre los prestigiosos especialistas que concurrieron al evento prevaleció
la idea de poner en práctica los modelos de gestión
mixta que ya se establecieron en muchos países del mundo.
“El sistema totalmente privado fracasó y ahora se tiende
a un régimen donde el Estado y la empresa privada cumplen roles
y responsabilidades bien definidas con un alto nivel de especialización
en todas las fases del proceso”, señaló Leslie
Moleiro, hidrogeólogo cubano e integrante de la empresa Cesigma
(Compañía especializa en Soluciones Integrales Geográficas
y Medio Ambiente).
Moleiro explicó el éxito del modelo de gestión
mixto en la isla y precisó que “la regulación
pública o privada del agua no debe pasar por una cuestión
ideológica, si no que debe tener en cuenta el mayor beneficio
para la gente”.
“El estado moderno es capaz de diseñar políticas
de agua y hace participar transversalmente a la sociedad (particulares,
ong´s, universidades, etc.), mientras que las empresas privadas
aportan la tecnología necesaria para que el recurso sea sustentable”,
comentó el especialista.
El caso de Cuba no es el único ejemplo a seguir por los gobiernos.
Un gran número de países desarrollados ya decidió
combinar los elementos que aportan uno y otro régimen, tomando
conciencia de la finitud del recurso y las dificultades que conlleva
adaptarla para el consumo humano, sin una planificada acción
estatal y un adecuado acompañamiento tecnológico.
Ventajas hídricas
Sudamérica es el continente más beneficiado desde el
punto de vista Agua/Población, ya que concentra el 6 por ciento
de la población mundial y posee más del 26 por ciento
de las reservas de agua dulce.
“Sin embargo, este beneficio es aprovechado por las grandes
multinacionales”, explicó Miguel Auge, geólogo
y profesor de la universidad de Buenos Aires (UBA)
A nivel nacional, la región patagónica junto a la mesopotamia
poseen los mayores reservorios hídricos. El resto del país
no tiene acceso directo a este recurso.
“Hay localidades donde nadie cuenta con el servicio de agua
potable, como ocurre en algunas zonas de Chaco y Corrientes”,
explicó Auge quien agregó: “En otras partes, está
disponible sólo en lugares remotos o de manera intermitente
a través de tanques, pozos y fuentes públicas y es de
mala calidad”.
Según el último censo realizado en el 2001, el 83 por
ciento de los 36 millones de habitantes tiene acceso al agua potable.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el porcentaje
es bajo ya que el organismo considera que el 90 por ciento debería
gozar del vital elemento.
Con respecto al servicio de cloacas, sólo está disponible
en el 50 por ciento de los hogares de Argentina, pero hay regiones
donde más del 80 por ciento de la población no está
conectado a la red.
Buena cobertura
Neuquén es una de las provincias que posee mejor cobertura
de saneamiento y agua potable con relación al resto.
La mitad de la población tiene acceso a sistemas de saneamiento
y un 83 por ciento cuenta con agua de red.
A pesar de que no padece las desventajas de otros lugares con graves
problemas de contaminación o sequía por agotamiento
de los acuíferos o pérdida de hiperanualidad de los
embalses; la atrasada gestión, combinada con factores como
el rápido crecimiento y la concentración poblacional
en ciertos focos, hace agotar el recurso en determinados sectores.
Para garantizar un modelo de administración exitoso, el defensor
del pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, recomienda proyectar
modelos de servicio que sean “modernos, eficientes e integrales,
donde estén resguardados los derechos e intereses de toda la
población”.
“Un modelo de gestión integral debe contemplar la optimización
del uso del recurso, el cuidado del medio ambiente, la optimización
de la calidad del agua potable, la minimización de su costo
a los usuarios para posibilitar un mayor acceso al recurso y saneamiento”,
detalló Mondino.
Con relación al último aspecto, Leila Devia, especialista
en régimen jurídico de recursos naturales sostuvo que
en todo caso: “Las tarifas y las ganancias deben ser razonables,
ya que un mayor costo no hace más rentable aquello que no lo
es.”
Víctor Pochat, profesor de la universidad de Cuyo, coincidió
con la opinión de Devia pero agregó que: «El que
no puede pagar el servicio debe ser subsidiado, pero evitando los
subsidios injustos, porque si alguien puede pagar el cable o Internet
también debería pagar por el agua».
Cifras alarmantes sobre el agua
Durante el siglo pasado, la población mundial se triplicó
mientras que el consumo de agua se sixtuplicó.
Entre los problemas del medio ambiente que amenazan a la humanidad
en el siglo XXI, la escasez de agua dulce ocupa el primer lugar de
la lista.
Hoy día, aproximadamente 1,200 millones de personas beben agua
no potable y cerca de 2,500 millones carecen de sanitarios o de sistemas
de drenaje.
Más de cinco millones de personas mueren cada año de
enfermedades vinculadas con el agua, como cólera y disentería.
Para el año 2050, incluso las previsiones más optimistas
prevén que una de cada cuatro personas viva en un país
afectado por la escasez de agua dulce crónica o recurrente.
La situación es particularmente preocupante en el África
Subsahariana: se estima que para el año 2025 casi 230 millones
de africanos se enfrentarán a la escasez de agua, y 460 millones
vivirán en países con problemas de agua.
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