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«Soy un discapacitado, pero
de ahí a que lo sienta hay un trecho muy largo», afirmó
el piloto neuquino.
Neuquén (por Silvio Ricci)> Da consejos
a granel, «que el auto ponganlo ahí», «que
sáquenle el capó para bajarlo a la calle». No
se le escapa nada, no deja detalle librado al azar, está en
todo, siempre atento. Así, con esa energía, Juan Nimo
encara día a día su vida y su nueva pasión (ver
Su nueva...). Parece mentira que tan sólo hace siete meses
tuvo un gravísimo accidente que puso en riesgo su vida y hoy
ya piensa en volver a correr. Y ahí está la razón
de este presente, sus ganas de vivir, de seguir adelante.
¿Cómo andas Juan?
Bien, muy contento con este nuevo proyecto del auto.
De las motos a los autos, ¿un cambio, no?
Antes que nada quiero aclarar que mi pasión son las motos,
yo hago todo por las motos, que siempre van a ser lo que amo, pero
bueno ahora iremos viendo como me voy enganchando con los autos.
Y sí, Juan Nimo es sinónimo de «motocross»,
es por lo que siempre vivió y vive, «Trabajo día
a día para rehabilitarme y volver a subirme a una moto».
Y, ¿como va esa rehabilitación?
Va bien, tranquilo, muy lento. Todos sabemos que esto es cuestión
del dia a día, hay que aprender a vivir nuevamente. Es fuerte
tener que levantarte de la cama y no pararte, sino que tenes que pasarte
a una silla de ruedas. Yo estoy consciente de lo que hago, de lo que
soy. Pero hay que afrontar la nueva vida y seguir viviendo y de apoco
recuperarme, sé que es lento, pero no imposible, por eso le
ponemos las pilas para salir adelante. Uno empieza a rehabilitarse
en el momento que se da cuenta que sigue viviendo, aunque sea en silla
de ruedas.
Y esa buena onda, esa energía positiva que tiene el «Gatito»
Nimo tiene su origen, el amor de su gente, de los que lo quieren de
verdad: «acá la familia es primordial. Siempre tuve el
apoyo de ellos antes y después del accidente. De igual manera
la compañía de mis amigos, que son fundamentales, siempre
han estado y eso lo quiero destacar.
¿Te sentís un discapacitado?
Lo soy, pero de ahí a que me sienta un discapacitado hay un
trecho bastante largo. Obviamente no puedo dejar de pensarlo, porque
lo soy, pero creo que se pueden hacer muchas cosas igualmente en un
silla de ruedas, y creo que esto del auto es un gran paso.
Pero a la vez, Juan reconoce que más de una vez se bajonea
cuando va a los circuitos de motocross: «y a veces me pinta
el bajón, no poder estar ahí, arriba de una moto, pero
bueno, tampoco es bueno que me quede en mi casa sin ir a ver las carreras.
Como dije antes, mi sueño es volver a subirme a una moto y
voy a ser todo lo que esté a mi alcance para volver a hacerlo.
¿Y eso como se logra?
Poniéndome las pilas con la rehabilitación y asumiendo
lo que soy en este momento, así, como llegué a esto
(a subirse a un auto y manejarlo), el día de mañana
lograré dar otro paso. Yo siempre digo que antes luchaba para
sobresalir del resto y por ser diferente al resto, hoy lucho por ser
igual aunque sea.
¿Tuviste miedo de subirte a un auto?
No, para nada y tampoco tengo miedo de subirme a una moto. Creo que
lo que me pasó es algo que podia pasarme en cualquier lugar
y en cualquier momento. Inclusive estando internado uno se da cuenta
que cuando las cosas tienen que pasar, pasan. Nadie está excento
de nada, nadie tiene nada comprado. No estoy arrepentido de haber
ido a Chile, no estoy arrepentido de nada, si me quedaba acá
quizá me pasaba lo mismo.
¿Se te cruza el momento del accidente?
Muchas veces. Pienso en el momento del accidente, trato de recordarlo,
hay cosas que se me borraron, es como que mi subconsciente no las
quiere recordar. Pero hay ciertas cosas que me lo recuerdan y me bajonean
y me ponen mal.
¿Hubo gente que se olvidó de vos?
En realidad no se si olvidaron, por ahí se abrieron, pero no
se por qué. Muchas veces pienso, ¿por qué lo
habrá hecho? Igualmente hablando de gente que te abandona,
yo siempre digo al respecto que tuve dos accidentes, el de la moto
y el abandono de mi novia. Peleé por tenerla al lado mío,
pero no pude, ella decidió apartarse en este momento. Pero
gracias a mis amigos pude salir adelante.
¿Sos un ejemplo?
Busco serlo. Antes trataba de ser un ejemplo de deportista al no tomar
y comportarme correctamente, tratando de sobresalir al resto y ahora
busco serlo en la silla, diciéndome «acá no se
termina la vida, todo sigue sea como sea, la vida sigue».
El nuevo proyecto lo tiene al «Gatito» recontra enchufado
y es por eso que su recuperación avanza a pasos agigantados:
«no me quise quedar mucho tiempo en la cama, por más
que cuando me levantara lo iba a hacer en una silla de ruedas. Hoy
no me queda otra que pelearla y seguir mirando para adelante, rehabilitándome,
no solamente en el gimnasio, sino también afrontando situaciones,
afrontando la vida. Yo se que hoy en día la medicina avanza
mucho y eso te tranquiliza bastante. El tiempo o la medicina lo dirá.
Al Gatito, esperanza es lo que le sobra. Y la esperanza nunca se pierde.
Su nueva pasión
Con un
grupo de amigos, el «Gatito» Nimo armó un auto
para la Copa Kia, el cual piensa manejar cuando le entreguen la licencia.
Neuquén> La pasión por la velocidad,
por el vértigo, son más fuertes. Juan Nimo no los puede
controlar, en realidad no los quiere controlar. Ama los fierros y
no lo oculta. Y como, por ahora no puede manejar una moto, el «Gatito»
se volcó al automovilismo, aunque aclara: «mi gran amor
siguen siendo las motos».
«Esto del auto es un sueño que de a poco se va a haciendo
realidad. Siempre dije, desde el momento que tuve el accidente que
no iba a poder estar arriba de la moto, pero que lo iba a hacer en
un auto con los comandos al volante. Y ahora es un sueño casi
hecho realidad, solamente falta que me den la licencia para poder
manejarlo yo», adelanta Juan acariciando el Kia que hoy tendría
que haber debutado en Zapala, pero que deberá esperar, ya que
la competencia fue suspendida.
Y ese sueño del joven neuqueino lo llevó adelante por
sus ganas, su fuerza de voluntad, pero con el apoyo de familiares
y amigos: «Somos un grupo de amigos, que ninguno pasa los 18
años y minguna sabe nada de mecánica, que le metimos
mano al auto una vez comprado. El coche ya está listo para
salir a pista y la idea es que lo corra un piloto de jerarquía
como en este caso Darío Delvas. Se le nota la cara de felicidad
al «Gatito» cuando posa los ojos en su nuevo chiche y
enseguida mira a sus amigos, con un gesto de aprobación, como
diciendo «buen trabajo muchachos». Y esos muchachos, sus
amigos, están siempre con él: « Bruno Bussalino,
Guillermo Leyton, Ramiro Antipán, Lucho, el Melli Gamal, Maxi
Miranda, Guille Quinteros, Ale Lanigau, Francisco Homann, Fausto,
el Bocha, Guillermo Mendieta, entre otros».
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