El cantautor santafesino, que viene
de brindar una actuacion descollante en Cosquín, repasara su
trayectoria. Neuquén > A esta
altura ya no hace falta aclarar que León Gieco es uno de los
mayores artistas de la música popular argentina. La oportunidad
más reciente de renovar estas credenciales llegó hace
unos días: fue su celebrada actuación en la segunda
luna del festival folklórico de Cosquín, para la que,
en vez de sumar números consagrados, convocó a varios
artistas jóvenes y ascendentes.
Más allá de las críticas airadas de algunos fundamentalistas
que se quejaban de la llegada de Divididos al escenario de la plaza
Próspero Molina («¡un grupo de rock en un festival
de folklore!»), lo cierto es que Gieco, si bien ya ha probado
su conocimiento y su amor por el repertorio folklórico argentino,
siempre tuvo un pie en cada lado (suponiendo que fueran dos lados
diferentes) e inició su carrera como músico de rock.
Un paralelismo
En ese sentido, se podría trazar un paralelismo entre la carrera
del cantautor norteamericano Bob Dylan y la de Gieco: ambos comenzaron
a cantar inspirados en el grito primario del rock, aunque no tardaron
en dedicarse a bucear en la música de raíz de sus respectivos
países con un interés que iba mucho más allá
de lo meramente antropológico. Ahí están para
demostrarlo el viaje inciático de Dylan por el sur estadounidense,
y el recorrido musical del santafesino por nuestro país que
quedó plasmado en el disco triple «De Ushuaia a La Quiaca».
Y claro, con el tiempo, los dos alcanzaron la consagración.
Como para cerrar este círculo, el trovador de Cañada
Rosquín será en marzo el telonero de los dos shows que
el músico extranjero dará en la cancha de Vélez.
Pero mucho antes, este domingo, será el momento de volver a
verlo en la Patagonia. En lo que promete ser un cierre memorable de
la X Fiesta de la Pera, Gieco interpretará en el predio de
Allen lo mejor de su repertorio, sin importar que se trate de rock
o de folklore. |