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Por LAURA E. ROTUNDO
Luego de la derrota del Gobernador Carlos Rovira en Misiones y de
la decisión -sugerida por el Gobierno- de Eduardo Fellner y
de Felipe Solá de abandonar su intención de ser reelegidos
en Jujuy y Buenos Aires, respectivamente, el escenario político
se muestra «incierto» ante la llegada de las elecciones
de 2007.
En diálogo con La Mañana de Neuquén, Martín
Simonetta, Director de Políticas Públicas de la Fundación
Atlas, dio su visión respecto del panorama dirigencial en Argentina
y aseguró que el clientelismo fue visiblemente derrotado por
la actitud de los misioneros, aún siendo ésta una provincia
donde está presente el voto cautivo, sobre el que realizaron
un estudio a nivel nacional, en la entidad a la que pertenece.
Pasadas ya dos semanas de la derrota del Gobernador Carlos
Rovira, ¿cómo observó lo que los misioneros manifestaron
con su voto?
Yo creo que fue muy interesante ese resultado porque aún permite
distintas lecturas. Una de ellas se relaciona con que «es posible
ganarle al clientelismo político». Es muy importante
destacar que uno de cada dos misioneros es pobre y si analizamos el
segmento de edad de entre 5 y 24 años, nos encontramos con
que el 65 por ciento vive en situaciones paupérrimas. Todos
sabemos que la pobreza es muy funcional al clientelismo y es muy difícil
que triunfe la dignidad por sobre las ofertas que los habitantes reciben
desde distintos sectores del poder.
En el marco de la Fundación Atlas, hemos realizado un estudio
del «mapa del voto cautivo» en la República Argentina»,
es decir, de la cantidad de gente que vive principalmente de dinero
que le otorga el Estado: empleados municipales, habitantes que gozan
del Plan Jefas y Jefes y del empleo público -directo más
no directo-... estas estadísticas que relevamos, arrojan como
resultado que -únicamente en Misiones- 4 de cada 10 votantes
dependen de los fondos públicos... por lo que es fácil
deducir que el poder de quien maneja esa caja, es muy alto.
A la hora de competir electoralmente, hay una gran diferencia de quien
maneja esta caja, para por ejemplo, llevar fiscales a las mesas para
que «se den vuelta las urnas».
¿A quién cree que afecta más esta decisión,
en la que se privilegió a la alternancia política?
En primer lugar, creo que el mayor afectado es el propio Rovira y
de forma indirecta, el segundo gran perdedor es el presidente Néstor
Kirchner. Sin dudas, estamos ante la primera derrota electoral del
Gobierno, que unos días antes de concretarse la votación,
había enviado su apoyo al candidato, con la presencia de su
hermana, Alicia Kirchner y del Ministro de Salud, Ginés González
García. El oficialismo «le había puesto las fichas»,
como se dice comúnmente.
Sin salir a hacer ningún tipo de declaraciones, el Gobierno
acusó recibo de la derrota... precisamente con el silencio.
Sin dudas, la sociedad civil es la que triunfó en esta contienda
política. Tengamos en cuenta que Piña es un sacerdote
de la Iglesia Católica, que ha dejado su cargo de Obispo para
competir en los comicios pero que eso no se traducía para él,
en un trampolín para una futura candidatura. Por eso, creo
que consiguió el apoyo de los más diversos grupos ideológicos.
En síntesis, creo que las cifras reflejaron el escepticismo
de la población hacia los partidos políticos y cierta
credibilidad hacia las organizaciones de la sociedad civil, como puede
serlo la Iglesia, las religiones o grupos sociales que trabajaron
para evitar esta reelección indefinida.
¿Cómo repercute este resultado en el armado
del escenario político de los próximos comicios?
Es una pregunta muy interesante porque hay varias maneras de responderla...
El gobierno nacional sin dudas fue tocado por lo ocurrido en Misiones,
ya que el método tradicional para ganar elecciones, fracasó
por primera vez lo cual implica un replanteo de la estrategia del
oficialismo.
Tampoco puede establecerse esto como una victoria de la oposición
«nacional» porque este liderazgo neutral que ha significado
el Obispo Piña no ha trascendido en todo el país y hasta
quizás hay cierto descrédito de la gente hacia la supuesta
oposición.
Otra lectura es que, con un frente bien armado y con propuestas creíbles,
es posible derrotar al oficialismo.
Sin embargo, en términos nacionales, parece muy difícil
que surja una oposición a nivel nacional, capaz de concretar
esta victoria.
¿Pero advierte alguna alternativa posible en los partidos
contrarios al Gobierno, alguna figura que pueda fortalecerse y sumar
adeptos en los próximos meses?
Lo que veo es que existen distintas iniciativas e interesantes desde
distintos puntos de vista, que coinciden en un punto: la gran falta
de respeto que tiene este Gobierno sobre la institucionalidad.
Sin embargo, más allá de este punto -que no es menor-
no hay una marcada voluntad de negociación o de acercamiento
de líneas entre sí.
Las figuras son las que ya sabemos: Mauricio Macri y Ricardo López
Murphy por el PRO, Elisa Carrió por el ARI, del Gobernador
de Neuquén, Jorge Sobisch... pero creo que predomina una diferencia
sobre los matices que cada uno de ellos tiene con el otro y no las
ganas de acercar posiciones y construir un nuevo espacio, capaz de
derrotar al oficialismo. Esto, dejando de lado a la figura del ex
Ministro de Economía, Roberto Lavagna.
Mauricio Macri dice, por ejemplo, que no se va a juntar con
nadie para derrotar al Gobierno porque eso fue lo que hizo la Alianza,
que lo principal es estar de acuerdo en las propuestas...
Por eso mismo digo que predominan las diferencias a las coincidencias.
Lo cierto es que ninguno de los aparentes candidatos, mide de forma
peligrosa para el gobierno nacional.
Hoy por hoy, y así como están las cosas, es visible
que no se puede destacar a ningún rival que pueda tambalear
al kirchnerismo, a nivel nacional. En algunos distritos, sí
podrá vencer la oposición.
Pero hay algo que es cierto: más allá de todas las críticas
que se le puedan hacer al oficialismo, un gran porcentaje de la población
percibe que la economía «anda bien». Lógicamente,
por esta percepción, el humor de la economía es positiva
y la sociedad ve, en algún sentido, a este Gobierno, como garante
de la prosperidad económica, sin importarle demasiado lo que
suceda en el terreno de las Instituciones, las libertades civiles
o las diferencias existentes entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
¿Cómo se revierte ese desgaste institucional?
Yo creo que el panorama debe empezarse a cambiar, con la existencia
de la voluntad política para mejorar lo que se ve.
Bajo ningún punto de vista puede tolerarse la cantidad de «decretazos»
que establece este Gobierno y que hasta son mayores que en la gestión
del ex Presidente, Carlos Menem...
El nivel de emisión monetaria es muy alto, por lo que los niveles
de inflación están alcanzando números un tanto
altos, aunque existen topes para 400 productos de la canasta básica.
Los problemas de energía son crecientes y, por lo menos en
la provincia de Buenos Aires, se han experimentado muchos cortes de
luz, en los primeros días de fuerte calor que pasaron esta
semana. Este no es un dato a no tener en cuenta por el Gobierno, porque
los cortes de energía impactan directamente en la vida diaria
del votante... seguramente esto se relaciona con la renegociación
pendiente sobre el tema tarifas, entre el oficialismo y las empresas
que brindan los servicios.
Yo creo que, de hecho, la política del Gobierno nacional, ha
sido la de aprovechar la «onda positiva» de la economía
mundial, para tener una caja sólida y con eso, disciplinar
a todos sus aliados políticos.
Muchos analistas políticos y economistas creen que
el presidente Kirchner no tiene armado un plan para sostener este
crecimiento a nivel económico, complementándolo con
cambios para la educación y el mejoramiento del aspecto social.
¿Usted qué opina?
En primer lugar, deberíamos decir que este Gobierno goza de
una situación internacional inmejorable, ya que el mundo crece
a una tasa promedio del 5 por ciento, la economía China, India
y Estados Unidos propulsa el precio de los commodities que Argentina
exporta.
Hoy, nuestro país saca ventaja de eso, no tanto por mérito
propio sino por el contexto mundial. Esta consecuencia lógica
y la bonanza económica que se genera, tapa los problemas de
fondo y se barren debajo de la alfombra.
Creo claramente que este Gobierno no posee un plan integral para revertir
la problemática educativa y social. De hecho, la brecha entre
ricos y pobres, se ha ampliado enormemente... cuando asumió
Kirchner era de 24 veces y hoy es de 36.
El salario nominal aumentó, la gente tiene más billetes
en el bolsillo pero cada vez compra mucho menos con esa plata.
¿Cómo observa la reacción del Gobernador
de Buenos Aires, Felipe Solá, al abandonar su intención
de ser reelecto en el distrito que administra?
El proyecto de re-reelección de Solá era uno de los
más amenazados en el corto plazo, ante la derrota de Misiones
y finalmente se echó atrás. Lo que sí es claro,
es que parece muy difícil que vaya a emerger un nuevo líder,
en Buenos Aires, que no sea del peronismo.
En el informe que la Fundación Atlas realizó
sobre el voto cautivo, ¿la provincia de Solá aparece
como una de las víctimas de esta característica?
Exactamente. Igualmente, aunque Buenos Aires es una provincia muy
importante, en cantidad de empleados públicos, judiciales,
municipales y en recepcionar Planes Jefas y Jefes, en comparación
con las jurisdicciones más pobres del país, no es tan
fuerte el peso sobre el total.
Las más afectadas son Catamarca, Formosa, Misiones, Chaco y
Jujuy, donde el Gobernador Eduardo Fellner también desistió
de ser reelecto.
¿Cómo juzga la apreciación que muchas
veces se oye de parte de los opositores, que sostiene que el Presidente
Kirchner quiere gobernar la República Argentina como un feudo,
sin dejar que nadie opine distinto y sin mantener ningún vínculo
«cortés» con los medios de comunicación?
Estoy de acuerdo. Creo que claramente la conducta del Gobierno coincide
con esta apreciación. Justamente el superávit fiscal
y el buen momento en cuanto a recaudación, en base a fuertes
impuestos distorsivos como las retenciones a las exportaciones, el
impuesto al cheque, etcétera... y todas las políticas
centralistas permiten que el gobierno tenga una billetera muy grande
y que de hecho hoy pueda manejar el país, como lo hacía
con Santa Cruz... es un estilo cuasi feudal.
De esta misma manera maneja la relación con los medios: por
un lado con apoyo económico (publicidad oficial) o lo disciplina
a través de llamadas telefónicas, que terminan generando
un alto costo a los periodistas que opinan distinto de él.
¿Cree que esa voluntad política que hoy no
abunda, podría llegar a generarse sinceramente en un mediano
plazo?
Los próximos meses son parte de una cuenta regresiva electoral
ineludible, ya que el 2007 va a estar signado por las elecciones de
octubre. Hoy, si uno observa todas las estadísticas que arrojan
las encuestas, son altamente positivas para el gobierno... salvo que
suceda algo muy complicado en el aspecto económico, no creo
que nada ni nadie pueda revertir esta situación. Las únicas
amenazas son la inflación y la energía.
En el contexto internacional, y por las relaciones que su
Fundación mantiene con el exterior, ¿cómo cree
que es vista la República Argentina por naciones de peso?
La realidad es que nuestro país, para el mundo, ha perdido
mucha relevancia, por lo que para las Fundaciones como la nuestra,
no tiene mucha importancia debatir sobre nosotros.
En Estados Unidos están centrados en analizar más Medio
Oriente y de América Latina, lo único interesante parece
ser Venezuela por el petróleo crudo.
Argentina se ha achicado mucho en su tamaño para el mundo.
Cincuenta años atrás, Argentina representaba el 5 por
ciento del comercio global actualmente, alcanza apenas el 0,5. Después
de la crisis, hasta perdimos la capacidad de contagio económico
en la región, si es que se registra algo perturbador aquí...
de hecho en 2001, Argentina explotó y América Latina
sigue igual.
Salvo que las cosas se modifiquen en el largo plazo, no creo que algo
vaya a alterar este poco protagonismo que tenemos.
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