Producción intensiva

Las tierras bajo cultivo, en observación

 
  El campo argentino va, según especialistas, hacia una
fertilización-dependencia debido a cultivos intensivos.


Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
  Especialistas alertan por la falta de nutrientes naturales en las tierras productivas.

Buenos Aires (NA) > El campo argentino se está convirtiendo en fertilizante-dependiente, en un escenario de adicción que le permitirá recibir este año hasta cuatro millones y medio de toneladas de productos sintéticos de origen químico, mientras crece la fertilización en soja y se abre una ventana para los productos naturales, orgánicos y biológicos.
Más de 30 millones de hectáreas cultivables de soja, trigo, maíz y girasol están hambrientas en suelos que ya no pueden producir sin el agregado de macro-nutrientes porque la tasa de extracción de nitrógeno, fósforo y azufre es superior a la reposición que se realiza en cada campaña.
En la zona núcleo Pergamino, se redujo dramáticamente la disposición de fósforo (P) en los suelos: hoy se miden 10 partes por millón promedio contra las 80 partes de fósforo por millón que había hace cuatro décadas; y en Colonia Agrícola de Santa Fe ya se evidencia falta de azufre, según evaluaciones de la Asociación Civil Fertilizar.

Creció
El uso de fertilizantes pasó en una década (1991-2001) de 418 mil toneladas a 1.3 millones de toneladas, y en el período 2006-2007 la cifra llegó a los 3.7 millones de toneladas.
Si el clima acompaña, y se cumplen las expectativas de siembra (más de 16 millones de hectáreas de soja), el sector planea colocar en el mercado, en la nueva campaña agrícola, 4.5 de toneladas de productos que movilizarán unos 2.000 millones de dólares.
“En un sistema de alta producción» –como es el caso argentino— los requerimientos nutricionales se incrementan, como ocurrió con la fertilización de la soja que en el último año aumentó un 10%», explicó a la agencia Noticias Argentinas Fernando García, del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas (IPNI).

Alerta
La deficiencia de fósforo constituye una alarma en el sector agrícola ya que la soja necesita 8 kilogramos para producir una tonelada de grano y sólo recibe el 16 por ciento, el maíz necesita cuatro kilos y se le aplica el 67%; mientras que el girasol requiere de 5 kilogramos pero la fertilización le da el 40 % de lo que necesita absorber.
El ingeniero Roberto Casas, del Instituto de Suelos del Instituto Nacional de Experimentación Agrícola (INTA) Castelar, considera que la baja reposición de fósforo llevó a la reducción de una parte por millón por hectárea por año (un miligramo de fósforo por kilo de suelo) en el norte bonaerense y de dos partes por millón por hectárea por año, en el oeste bonaerense.
La Asociación Civil Fertilizar, que maneja la red de transferencia tecnológica a los productores a través de la difusión, analiza que la extracción de nutrientes por parte de la soja fue en el 2007 de unos 1.600 millones de dólares, y que la fertilización de ese cultivo sólo repuso 350 millones de dólares.

Costos
En la cuenta que surge de transformar a fertilizantes los nutrientes extraídos por la planta y valorarlos en dólares, el balance en el maíz fue negativo: la extracción se calcula en 600 millones de dólares con una reposición de 190 millones de dólares, mientras que en trigo se cubrieron las expectativas.
Uno de los trabajos que realiza Fertilizar apunta a determinar qué nutrientes quedan en los suelos de Argentina.
En lotes con suelos intoxicados luego de 35 años de agricultura, el INTA comprobó que el contenido de calcio se redujo un 20 % y el magnesio en un 50 por ciento, durante los últimos 35 años.
El Plan Nacional de Remineralización de Suelos impulsado por el INTA y la Secretaría de Minería de la Nación apunta a dotar a los cultivos de calcio, boro, turba y otros elementos disponibles en distintas provincias argentinas, desde Jujuy hasta las provincias patagónicas.
En Santiago del Estero hay emprendimientos privados en canteras donde se extrae el yeso que se comercializa a productores sojeros, según pudo comprobar la agencia NA.
La acidificación y compactación de los suelos argentinos no favorecen el metabolismo de las plantas lo que motivó la aparición en escena de una nueva generación de fertilizantes naturales (aminoácidos, algas, concentrados vegetales), biológicos (bacterias fijadoras y solubilizadoras de nutrientes) y orgánicos.
Se trata de productos que movilizan los nutrientes y dotan de mayor estructura y resistencia a las enfermedades a las plantas, demanda que fue sostenida hasta el momento por pequeñas compañías que se abren camino a pequeños saltos en la industria.
Los especialistas coinciden que la ventana que se abrió para los fertilizantes foliares es muy grande ya que aportan micronutrientes (zinc, boro, molibdeno, hierro, entre otros, a través de las hojas) y permiten un aumento de rinde de hasta 300 kilogramos por hectárea, según los cultivos.

Cultivos
El ensayo de nuevas estrategias de fertilización campea en la nueva temporada –coinciden los analistas— porque el productor argentino tiene mayor conciencia de que la soja no puede depender exclusivamente de los nutrientes aplicados a los cultivos que le precedieron.
De acuerdo con la tradición, el reclamo de sedientos suelos argentinos de nitrógeno y de fósforo, se reponía en los surcos en el momento de sembrar el maíz y el trigo que pasaba a la soja.
En la actualidad los números no cierran porque el 50 por ciento de las hectáreas de soja estimadas (16.5 millones de has) no recibirá los efectos de la fertilización de los cultivos antecesores, trigo y maíz, ya que que entre ambos suman 8.7 millones de hectáreas.
«El cuello de botella es la soja, habrá que fertilizarla», dijo a NA el técnico Enzo Cástino, de Fertilizar.
A pesar de que tres grandes productoras de fertilizantes nitrogenados y de fósforo operan en la Argentina, el año pasado el gobierno debió reducir los aranceles de importación porque la producción local estuvo afectada por la falta de gas, fuente de nitrógeno.
Profertil provee de Urea que es nitrógeno granulado en un 46% desde Bahía Blanca; Petrobrás (UAN, con distintas fuentes de nitrógeno líquido) y Mosaic de Cargill con mezclas fosfatadas, entre otras.
Alrededor de 2.800 empresas de fertilizantes están registradas en el país, de acuerdo con las estadísticas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que difunde la Cámara de la Industria de Agroquímicos y Fertilizantes (CIAFA) que preside Miguel Angel González, de Atanor.
Atado al precio del petróleo, del cual son derivados, en sólo tres meses del 2007 el valor de la urea se incrementó un 30 por ciento, el UAN, un 13 % y el fosfato monoamónico lo hizo en un 9,2 por ciento, según empresas y cámaras del sector consultadas.

¿Cómo están los suelos frutícolass?

General Roca > En la región, un grupo de especialistas del INTA realiza desde hace meses un estudio para determinar la calidad de los suelos en el Alto Valle
El trabajo es de gran relevancia para la zona, ya que permitirá contar no sólo con diagnóstico de las tierras productivas sino también, generar una base de datos sobre los suelos.
“El proyecto tiene como objetivo elaborar un inventario a escala detallada de los suelos del Alto Valle de la provincia de Río Negro, y consecuentemente brindar a los productores valletanos información fidedigna y actualizada sobre las capacidades y limitantes de los suelos de la región”, se informó días atrás desde el INTA Guerrico.
El estudio está enmarcado en el proyecto denominado “Impacto de la producción frutícola sobre la calidad de los suelos”, el que tendrá una duración de tres años.
Al inicio del estudio que tuvo lugar a mediados de 2007, Enrique Sánchez, referente del proyecto, explicó que hasta el momento no se cuenta con un conocimiento acabado de las características edáficas de la zona y que la importancia de este estudio a escala detallada reside en que permitirá ajustar y determinar las factibilidades técnicas de los suelos relacionadas con la adaptación, sistemas de producción, niveles de rendimiento e impacto ambiental.
Desde el mes de agosto se encuentran trabajando en la zona los ingenieros agrómomos Rubén Godagnone y Miguel Ángel Cuenca, pertenecientes al Área de Investigación en Cartografía y Evaluaciones de Tierras del Instituto de Suelos del INTA Castelar.

Reconocimiento
Según el cronograma del estudio se prevé durante los dos primeros años llevar a cabo un reconocimiento de suelos en dos áreas piloto de 1000 hectáreas cada una, en las que se muestrearán, por un lado, los suelos mejor trabajados y, por otro, los más degradados.
En tanto, durante el tercer año se realizará un trabajo de gabinete, en el que se extrapolarán los datos obtenidos con las imágenes satelitales de las áreas seleccionadas.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 



Min.: 16°c
Máx.:
29°c
Nubosidad variable. Tiempo inestable. Vientos leves del sector este.
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos