Por Darío Soto
Mirar la política desde Roca no es lo mismo que mirar la política
desde LA ROCA. O puede serlo, en todo caso, si tomamos LA ROCA como
el Atalaya desde donde se observa como modificar el destino y forjar
el futuro, en este caso de la provincia. Nadie desconoce ni soslaya
que Roca es la cocina política de la provincia, Viedma la ciudad
desde donde se administra y se ejerce el poder y San Carlos de Bariloche,
circunstancialmente, el árbitro o el contrapeso que puede definir
una elección. Puestas así las cosas, General Roca es
el único bastión importante en manos del Justicialismo
y el oficialismo provincial parece dispuesto a dar todo de si para
recuperar la ciudad que siempre se consideró como la más
radical de la provincia.
Dos de los cuatro gobernadores que tuvo Río Negro en los últimos
24 años reconocen denominación de origen “Roquense”,
tal vez por ello no deba extrañar que el nominado para encabezar
la titánica misión de recuperar Roca sea uno de los
dirigentes mejor perfilado para disputar la candidatura a gobernador
en el 2011, José Luis Rodriguez. Carlos Soria no tendrá
en frente a un pelele el 30 de setiembre, y aunque formalmente solo
este en juego la intendencia el ex Jefe de la Side sabe que se juega
su futuro político.
Toda la carne al asador
Por eso no debiera extrañar que zanjado el problema “menor”
de las candidaturas al congreso nacional, -en el transcurso de una
convención que dejó en claro que aunque sea intervenido
el distrito por la conducción nacional ello no mellará
la lealtad de los radicales rionegrinos por sus dirigentes provinciales-
todo el peso del aparato oficial se vuelque en el corazón del
Alto Valle para recuperar la joya perdida.
Si algo ha caracterizado al oficialismo provincial en los últimos
años es su visión y la capacidad de establecer alianzas
que, no solo suman al morral propio sino que restan al del adversario.
En este contexto debe dimensionarse el acuerdo casi cerrado para que
el excluido concejal roquense del Frente para la Victoria, Diego Larreguy,
“fiche” para la Concertación y encabece la lista
de concejales detrás de José Luis “Rafucho”
Rodríguez. Y si a esto se le suma el casi definido acuerdo
del Ari para llevar en su boleta la fórmula de la Concertación
con una lista de concejales propios encabezada por el titular de la
Unter Carlos Tolosa, el comicio de setiembre no será un monólogo
como se pretendía tiempo atrás, antes del 20 de mayo,
cuando nadie se hubiera atrevido a poner en duda la invulnerabilidad
de Soria en su parroquia.
Con las candidaturas, oficializadas de Verani para el senado y Scalessi
para la cámara baja, la concertación saldrá fortalecida
a promocionar sus candidatos con la bandera de Cristina Presidente
como máxima consigna pero sin dejar de mirar para adentro,
contar y recontar la hacienda propia y sumar todo lo que se pueda
de la ajena.
Para los hombres del gobernador el calendario no se modifica, primero
está setiembre, después viene octubre. La primera etapa
la encaran con el convencimiento que nada está definido hasta
que no se cuenta el último voto. Para la segunda muchos parecen
pensar que les alcanza con la camiseta.
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