Hoy habrá un acto para
rendir homenaje al esfuerzo y sacrificio de esta actividad.
Plaza Huincul > Se cumplen hoy 89 años
del descubrimiento del petróleo en Plaza Huincul, lo que ha
valido que se instituya el Día Provincial del Petróleo.
El municipio local ha decidido realizar un acto conmemorativo que
comenzará a las 11 en el monolito que recuerda el lugar donde
se montó el Pozo N° 1.
Lo que se conmemora este día es el tesón y el esfuerzo
realizado por un grupo de obreros e ingenieros que llegaron al desierto
patagónico con la misión de encontrar petróleo.
Con la escasa experiencia adquirida en Comodoro Rivadavia, donde se
halló petróleo en 1907, los geólogos de la Nación
realizaron un estudio que fue solvente a tal punto que determinó
el inicio de los trabajos en 1915. Las condiciones eran por demás
precarias, ya que el tren llegaba hasta Challacó, a 25 kilómetros
de la actual ubicación de Plaza Huincul. De allí se
cargaron los equipos en carretas hasta trasladarlos a su destino final.
Todo el proceso demandó varios meses de trabajo.
Cuando comenzaron las perforaciones en medio del desierto, los trabajadores
y sus familias vivieron sin agua por muchos días, y sin el
resto de los servicios que ahora se consideran básicos como
la energía eléctrica y el gas natural.
Ese sacrificio estuvo a punto de perderse porque a fines de octubre
llegó la noticia de que la perforación se suspendería
por la falta de resultados y el escaso presupuesto nacional.
Historia
Cuenta Héctor Giordano, que recopiló datos históricos
de este hecho en su artículo “La trascendencia del Pozo
N° 1 en Neuquén”, que el descubrimiento fue “un
hecho fortuito”. “En agosto de 1917 se perforaba a percusión,
con golpes de unos nueve centímetros, mediante barras de perforación
de 30 a 45 milímetros de diámetro, con una inyección
espesa, jabonosa, proveniente de arcillas. Durante la noche el equipo
era alumbrado con tres faroles a querosén. El inspector de
Zona Sud que venía periódicamente, llegó ese
mes al pozo con la noticia de que la perforación iba a ser
suspendida y se levantó el campamento ya montado en el mes
de noviembre de ese mismo año. Esa decisión era impuesta
por las precarias disponibilidades presupuestarias existentes, derivadas
de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Con toda pena por
esa noticia, en el pozo se redoblaron los esfuerzos para aumentar
su profundidad. Dios se apiadó de quienes tanto luchaban y
un sábado, cerca de la medianoche, se procedió a mover
la cañería ya entubada levantándola de unos tres
a cinco centímetros, girándola para evitar su aprisionamiento.
Como la noche era muy oscura, Salto, un operario, alumbraba las maniobras
con un farol a querosén y en ese instante se produjo una explosión
y un pequeño incendio o sea, el alumbramiento del pozo. |