Está integrado por 10 productores
que aspiran contar con una planta de empaque y un frigorífico
propio. Neuquén > La construcción
de una planta de empaque y de un frigorífico propio para conservar
la fruta es una de las metas del Consorcio de Cooperación para
Exportar Cerezas, integrado por productores de Roca, Allen, Cinco
Saltos y Centenario. Otra es sumar más chacareros a esta organización
que apuesta al trabajo asociativo dentro de una actividad productiva
en permanente crecimiento.
Si bien desde hace unos cinco años un grupo de productores
de cereza de la región viene trabajando en forma conjunta,
ha tenido varias modificaciones en su composición.
Desde el año pasado son diez quienes integran el consorcio,
que desde octubre de este año cuenta con reconocimiento legal
como organización.
«El objetivo es aglutinar a los productores bajo una figura
legal, poder tener una oferta razonable ante los compradores y lograr
exportar sin depender de empresas locales», detalló Calixto
Ortega, miembro del consorcio.
Mercados
De hecho desde hace un tiempo ya están exportando en forma
directa a Estados Unidos y Europa, pero la apuesta es poder también
intervenir en forma directa en el empaque y la conservación
de las cerezas.
«Con esfuerzo propio sabemos que no va a ser. En todas las provincias
hay apoyo para los cereceros, lo que queremos es una ayuda oficial
y poder luego devolverla como corresponde. No pedimos un regalo, sino
un apoyo», aclaró Ortega.
En este contexto, la idea es sumar a más productores a la organización,
aumentando el volumen de producción y ubicándose de
una manera más competitiva frente a los mercados.
Actualmente, el consorcio terceriza el empaque a una empresa y realiza
directamente las negociaciones con los compradores.
Países de Europa y los Estados Unidos son los principales compradores
de las cerezas de la región.
En menor medida Oriente, teniendo en cuenta que demanda una logística
importante, y Brasil.
Costo - Beneficio
Ortega aclaró que la venta al exterior no les genera los beneficios
económicos que muchos imaginan, ya que los valores internacionales
se mantienen pero los costos internos cada vez cuestan más.
«Según los mercados y según la época de
la cereza el precio de venta va oscilando, pero hay que pensar en
la caja, el flete y el transporte. No es la locura que la gente piensa
de que nos llenamos de oro», agregó el productor.
Un tema a tener en cuenta es que la cereza es un producto muy perecedero,
y entre la cosecha y la venta no tienen que pasar más de 30
días, lo que demanda un buen sistema de refrigeración,
una logística adecuada y la necesidad de trasladarla a los
mercados del exterior a través de avión.
Una actividad en plena expansión
Ortega destacó que la producción de cerezas en Río
Negro y Neuquén es una actividad en plena expansión.
«La oferta de cerezas en el Valle va creciendo año a
año, donde se suman más plantas».
De todas maneras aclaró que recién en el séptimo
año las plantas tienen un rendimiento pleno y que hasta el
tercero no se obtiene cosecha, por lo que es difícil tener
una proyección real de este crecimiento. «Pero se puede
considerar como una alternativa válida para la economía
de la región, saliendo del monocultivo de peras y manzanas»,
consideró.
En el caso específico del consorcio, esta temporada tuvieron
un volumen de unos 200.000 kilos de fruta, aunque la meta es poder
llegar en el futuro a los 400.000. Entre los 10 productores, abarcan
una extensión de 60 hectáreas de producción.
Si bien la dureza del invierno hizo que se retrasara un poco la cosecha-que
habitualmente se realiza desde mediados de noviembre a mediados de
diciembre-, el chacarero destacó los buenos volúmenes
y calidad de la fruta. |