Por PABLO TRUFFA - Fotos CLAUDIO
ESPINOZA
“Es reconocer al pueblo originario, pero sobre todo
es abrirnos la puerta en el país”, reconoció en
su silla del Municipio.
El Huecú (Enviado
especial) > La tranquilidad se roba la mayor parte del
día. El viento sacude los árboles y traslada de punta
a punta el arenal de las calles despobladas. El ruido está
ausente. Al igual que el transitar de los autos. Los vecinos caminan
y se saludan constantemente. Todas cualidades de El Huecú,
una de las localidades del Norte de Neuquén, que desde hace
cinco años se convirtió en el primer municipio en tener
presupuesto participativo, y donde el pueblo mapuche es reconocido
como pueblo originario desde el 2004.
El mejor ejemplo es Carlos Maripal, lonko de la comunidad Mañke,
que desde hace cuatro años participa de manera activa en las
sesiones del Concejo Municipal -o Concejo Deliberante- con voz y voto
sin haber sido elegido por el sufragio popular. Situación no
menor, ya que es el primer caso de la provincia y, según el
propio Maripal, el único en la Argentina.
La inclusión de Maripal nació por iniciativa de su comunidad,
que durante décadas impulsó proyectos con el objetivo
de poder tener vinculación directa con los movimientos de la
localidad. Y un día, el sacrificio fue escuchado.
“Cuando supimos de la decisión nos emocionamos mucho
y lo festejamos en toda la comunidad”, recordó Maripal,
quien en sus palabras desprendió gestos de alegría.
Y agregó: “Lloramos mucho, no por pena, sino porque significó
un logro por el que luchamos años”.
El representante de la comunidad Mañke explicó que su
inclusión en la Comisión Municipal fue darle cierto
poder y representatividad en temas que hacen al común de la
sociedad.
“La decisión que tomó el intendente Rodolfo Canini
–hoy diputado provincial- fue algo muy grande y grato para todos,
en especial para mí. Representar a mi comunidad significa defender
e impulsar los derechos de un pueblo que desde hace años está
marginado en Argentina”, simplificó.
Su desempeño
Los pasos lentos son sinónimo de sus luchas. Su tranquilidad
su estampa. Su claridad el detonante. Y el interés por mantener
vigente al pueblo originario su vida. “Esta representación
es importante porque es una de las maneras en la que el lonko, al
igual que otras autoridades, puede ejercer su derecho. Es que para
ocupar este lugar tuvimos que trabajar un montón, recuperar
la historia y trasladarla al conjunto de la comunidad”, dijo
Maripal, quien agregó que “no debemos estar aislados
de la sociedad, por eso esta gestión nos abrió la puerta
y nos permitió estar relacionados con las cuestiones municipales”.
El comienzo no fue simple. Desde el inicio debió sortear obstáculos
desconocidos para él y para toda su comunidad. Por eso, el
municipio le brindó las herramientas necesarias para ingresar
y conocer los movimientos legislativos.
“Apuntamos a que los gobiernos municipales, provinciales y nacionales
reconozcan la existencia de los pueblos originarios con su cultura,
su historia y su existencia”, dijo.
El lonko de la comunidad Mañke dejó en claro que los
cuatro años fueron importantes y que el crecimiento fue paulatino.
Años en los que aprendió a conocer de cerca todo lo
que se maneja en un municipio, entró en contacto con leyes,
trató proyectos y aprobó varias ordenanzas. “Pude
saber cómo se maneja un municipio y cómo se tratan los
diferentes temas, además de darle un seguimiento sobre cómo
se llevan a cabo esos proyectos una vez aprobados”, reconició.
Identidad propia
La cara de Carlos Maripal demuestra confianza, y sus afirmaciones
lo confirman. Su mirada se pierde en el Orden de Día de la
última sesión del 2007, su cuarto año como concejal
(el segundo con ordenanza sancionada). Y su voz refleja la importancia
de ser parte del Cuerpo legislativo comunal de El Huecú.
“La importancia de esto está en que nos dio una identidad,
lo cual es muy valorable”, dijo, al tiempo que acotó:
“Ser el primer lonko en tener representatividad dentro de una
Comisión Municipal tiene un valor extra, pero no me quedo en
eso. Es un hecho histórico por ser el primero en Argentina,
sin haber participado de una elección, pero quiero seguir luchando
por la existencia de mi comunidad y por el reconocimiento como pueblo
originario. Para eso, esto es una muestra importante: una puerta de
entrada a la cual hay que animarse a ingresar».
Maripal tiene en claro cuán grande es el espacio conseguido
en El Heucú. También es consciente de la importancia
que tiene representar una comunidad con objetivos claros y luchas
constantes. Pero sobre todo, sabe bien cuáles son los principios
y objetivos que tiene sobre sus espaldas, donde algunos ya fueron
puestos a consideración del cuerpo legislativo.
Maripal llega, saluda y toma contacto con el Orden del Día.
Lo estudia minuciosamente. Se presenta a su banca. Participa. Entrega
sus visiones. Y luego se retira sabiendo que cumplió, una vez
más, con su deber: el de mantener vigente al pueblo mapuche
que brega por encontrar el lugar que se merece, ser reconocido por
la sociedad.
Logros en el Concejo
Convertir la Municipalidad en intercultural.
Se consiguió que se comenzara a izar la bandera mapuche en
todos los organismos que dependen de la Municipalidad, al igual que
en algunos organismos públicos.
También se logró cambiar el nombre de la calle Julio
Argentino Roca por la del primer lonko de la comunidad, José
Mañke Cajucal.
Ser reconocidos como pueblo originario.
Trabajar sobre el Medio Ambiente, donde hoy los chicos están
separando la basura por orden de clasificación.
Se logró que los tutores brinden capacitación para
niños con bajos rendimientos escolares.
Ser mapuche y lonko
«Ser mapuche significa ser dueño de la tierra, porque
mapuche viene de gente del lugar. Nos sentimos que pertenecemos a
esta tierra, la Ñake Mapu (Madre tierra).
Ser mapuche es ser libre y poseer de todo. Es tener nuestra propia
cultura sin que nadie nos la impida, tener libertad y muchas otras
cosas de importancia.
Mientras que ser lonko, es un proceso muy lindo y, a la vez, difícil.
Para mí, estar al frente de una comunidad, con la corta edad
que tengo, es muy valorable, no sólo hacia mi persona sino
también hacia mis antepasados. Ver a mis padres, hoy ancianos,
y saber que su hijo es el lonko supera todo lo demás»,
dijo Carlos Maripal.
Inicios
La comunidad mapuche presentó en el año 2004 un proyecto
de ordenanza que fue sancionado como tal dos años más
tarde. «Su aprobación es importante porque tiene el valor
de ejercer el derecho que tenemos como comunidad, es reconocer la
historia: una manera de reconocer a los pueblos originarios como tales».
De esta manera, Carlos Maripal, lonko de la comunidad Mañke,
participa desde hace cuatro años de manera activa interesándose
de las cuestiones municipales y de las de su comunidad.
En la silla de «honor»
Carlos Maripal participa de las sesiones dentro de la Comisión
Municipal de El Huecú -lo que en otras ciudades es el Concejo
Deliberante-, con voz y voto.
De todas maneras, su voto se restringe sólo a los temas que
están vinculados con su comunidad.
“Hay temas que son sólo municipales, donde no puede levantar
la mano porque no son problemáticas que le aquejan”,
expresó Rodolfo Canini, ex intendnete de El Huecú e
impulsor de esta iniciativa.
«Es una decisión aceptable, porque si bien hay temas
en los que no esgrimo mi voto, sí puedo participar, escuchar
y opinar”, dijo Maripal, quien agregó: “Tener una
silla y ser reconocido como concejal es lo que más valoro”.
Opinión
Se merecen un espacio
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980
Me parece importante que a los mapuches, como integrantes de la comunidad
indígena, se les dé un espacio dentro de las instituciones
del Estado porque es un derecho. No hay que discriminar y es necesario
darles un lugar a personas que pueden ser capaces de desempañar
estas funciones, lo cual es fundamental.
Formar parte de las instituciones del Estado es elemental y abre la
puerta a un futuro positivo, más aún si es una persona
capaz que reúne las condiciones adecuadas para ese cargo.
En Argentina, los pueblos originarios siempre fueron discriminados.
Si bien la Constitución nos dice que todos somos iguales, al
igual que la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
la realidad nos está diciendo que esto no es así y que
existe una fuerte discriminación. Neuquén es un ejemplo,
ya que hubo que pelear mucho para que el derecho del pueblo mapuche
sea reconocido en la constituyente. Hay que recuperar esas culturas
que son ricas y que presentan muchas posibilidades para el desarrollo
del país.
De todas maneras, veo con preocupación esta temática
en el país. Hay que fortalecer la participación y la
formación de los pueblos originarios respetando su cultura,
su identidad, sus valores y su religiosidad. Lamentablemente, en Argentina
se esta muy lejos de eso, porque una cosa son los enunciados de la
Constitución Nacional y otra muy diferente son las prácticas.
Sin embargo, me parece importante el paso dado por Neuquén
en la inclusión de un lonko, aunque a nivel latinoamericano
existen casos importantes de reconocimiento como lo son en Guatemala,
Honduras, Ecuador, Bolivia y en el Perú.
Estos pasos son importantes, ya que la participación de los
pueblos originarios es de una enorme capacidad para hacer grandes
aportes a la vida de cada pueblo.
En este país ésto no es común. Es hora de darles
más espacios, ya que el pueblo mapuche en Argentina es uno
de los más organizados y más lúcidos en cuanto
al pensamiento, al reclamo y al derecho que les compete, lo cual me
parece sumamente importante.
Por todo esto, la inclusión del lonko neuquino es un hecho
a tener en cuenta, ya que estamos en presencia de una actitud valiosa
para el país.
Pensando en el 2008
«Nuestra comunidad está con las expectativas intactas
y esperando ver qué sucede con los pueblos originarios durante
la nueva gestión. La idea, según me lo expresó
el nuevo intendente, es seguir adelante y se intentará redoblar
los procesos, mejorando muchas cosas que están en deuda. Eso
nos tranquiliza, pero no nos hace bajar los brazos», expresó
carlos Maripal, lonko de la comunidad Mañke.
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