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Especialistas en geología brasileños
tienen «fundadas presunciones de que en el litoral argentino existe
un enorme manantial de petróleo mar adentro. Buenos
Aires > ¿Argentina puede tener un megayacimiento
de crudo como el hallazgo que anunció Brasil días atrás
y que posicionó a ese país como exportador en los próximos
años?
Aún es imposible responder a esta pregunta. Sin embargo, hay
un dato alentador que se conoció esta semana: investigaciones
de especialistas en geología brasileños tienen «fundadas
presunciones de que en el litoral argentino existe un enorme manantial
de petróleo mar adentro, semejante al que se acaba de encontrar
en Brasil».
Así lo afirmó Marco Aurelio García, asesor internacional
de Lula da Silva, quien participó de la reunión con
la presidenta electa Cristina Fernández que se hizo en Brasilia
el lunes último.
Esto explica, según el funcionario, por qué durante
ese encuentro Lula «insistió mucho en la necesidad de
una amplia cooperación entre Enarsa y Petrobras, inclusive
en la prospección en aguas profundas».
La primera noticia sobre la existencia de grandes yacimientos costeros
argentinos la tuvo el presidente Néstor Kirchner de boca del
propio Lula durante la Cumbre Iberoamericana de Santiago, hace una
semana.
Fue entonces que en Brasil se anunció el hallazgo de una cuenca
de hidrocarburos, de entre 5.000 y 7.000 metros de profundidad, que
contiene por lo menos un stock de 8.000 millones de barriles de crudo.
Pero esa sería sólo la punta del iceberg, ya que los
expertos brasileños sospechan que las existencias totales podrían
triplicar esa cifra.
Del lado argentino, estaba Julio de Vido; del brasileño, el
ministro de Minas y Energía, Nelson Hubner y el director de
operaciones internacionales de Petrobras, Nestor Cerveró.
Inversiones
«La empresa brasileña se comprometió a cumplir
a rajatabla con su plan de inversiones en Argentina» sostuvo
el ministro de Planificación.
De hecho, en unos días se formalizará la decisión
de Petrobras de reformar y aumentar la capacidad de generación
de la central térmica Genelba, localizada en Ezeiza, que fue
adquirida junto con la totalidad del paquete energético del
holding Pérez Companc. Prevén llevarla para 2010 de
los 670 megavatios actuales de potencia a 970 megavatios.
Pero el proyecto más importante, se diría que prioritario,
es la construcción de la central hidroeléctrica binacional
Garabí, sobre el río Uruguay, compartida con Brasil.
«Ese proyecto entrará como prioridad en el próximo
encuentro de los presidentes Lula y Cristina Fernández, previsto
para febrero próximo en Buenos Aires», confirmó
el brasileño García.
Petrobras invirtió fuerte a la exploración offshore
en su momento. La economía más grande de América
del Sur tiene el récord mundial de exploración en aguas
de profundidad y ha inventado muchas técnicas que hoy se utilizan
y son reconocidas en el mundo entero.
Actualmente Enarsa y Petrobras, junto con Repsol YPF y otras compañías,
llevan adelante emprendimientos de asociación para tareas de
exploración en la plataforma marítima argentina.
El Gasoducto del Sur, otra quimera
San Pablo > Luego de descubrir una importante
reserva de petróleo frente a las cosas de Sao Paulo, la petrolera
Petrobras anunció que se retiraba de los planes de construir
un megagasoducto de Venezuela a la Argentina.
Es ese que -cuestionado por «faraónico»- recorrería
miles de kilómetros, por selvas, montañas y pantanos
a un costo inicial fenomenal y que fue presentado varias veces por
el presidente Hugo Chávez.
No se escucharon comentarios oficiales sobre quién, cómo,
de que manera se efectuarían las inversiones correspondientes.
Se comentó, en un comienzo, de un esfuerzo por 7.000 millones
de dólares, que quedaron atrás cuando se confeccionaron
las cifras definitivas.
El titular de Petrobras, Sergio Gabrielli, explicó días
atrás que el proyecto no tenía ventajas para Brasil.
Así, el sueño del Gran Gasoducto del Sur, un proyecto
en su momento elogiado como «un factor clave de la integración
energética regional», ya que englobaría a Venezuela,
Brasil y Argentina, quedó sepultado antes de nacer.
Se preveía su terminación para fines de 2011, tras una
inversión total, al concluirlo, de 23.000 millones de dólares.
Con ese megagasoducto Brasil y Argentina hubieran podido - se dijo-
quedar abastecidos de gas por un largo período, quebrando la
dependencia de ambos países del gas de Bolivia. Las reservas
de gas de Venezuela se calculan en 149 billones de piés cúbicos
de gas natural.
En tanto, el ex presidente de España Felipe González
consideró el extendido ducto como una «broma»,
y la firma rusa Gazprom se conectó con autoridades de Venezuela
y Brasil para participar.
También semanas atrás, el Ministro de Finanzas de Venezuela,
Rodrigo Cabezas anunció que los presidentes Chávez y
Lula se reunirían el próximo mes de diciembre para analizar
y emprender acuerdos de cooperación energética.
Petrobras se retira
Se especula que uno de los motivos del retiro de Petrobras de este
gigantesco proyecto con Venezuela puede obedecer a divergencias sobre
el uso que tendría que darse al gas.
¿Cómo queda, entonces, en este escenario la Argentina,
que se sumó con entusiasmo al emprendimiento energético
y lo presentó como una gesta latinoamericana? No se tiene muy
en claro el nivel de reservas de gas en nuestro país, hemos
tenido conflictos con Chile por fallas, faltantes e incumplimientos
en el suministro prometido y dependemos de las entregas que efectúa
Bolivia, con alto precio y mayor gastos en divisas.
Nuevamente, los intereses económicos divergentes vuelven a
postergar y frustrar iniciativas que podrían hacer despegar
a América Latina.
Según informaciones no confirmadas, uno de los motivos para
que Petrobras se haya retirado de este proyecto en Venezuela puede
obedecer a divergencias sobre el uso que debería darse a dicho
gas. Al parecer, Venezuela deseaba usar el gas para uso doméstico
y Petrobrás debería encargarse de preparar el gas para
la exportación. La noticia ha llegado por sorpresa.
Los dos presidentes habían acordado el pasado diciembre en
Manaus (Brasil) realizar encuentros trimestrales para analizar conjuntamente
los acuerdos de cooperación energética y las inversiones
y proyectos del gran Gasoducto del Sur. Ahora, los analistas se preguntan
a qué se debe tanta prisa en anunciar la salida de Brasil de
un proyecto que parecía ya consolidado.
Y la extrañeza aumenta ante la coincidencia del anuncio de
retirada de Mariscal Sucre con los comentarios irónicos de
Chávez respecto a Lula, a quien denominó «magnate
del petróleo» tras conocerse la noticia del hallazgo
de un gran yacimiento de petróleo -8.000 millones de barriles-
de alta calidad en aguas de Santos, en el Estado de São Paulo.
El anuncio se produce, además, en un momento de crisis de gas
en Brasil, hasta el punto de que el Gobierno acaba de pedir a los
automovilistas que no usen coches a gas, algo que hasta ahora había
estimulado.
Aunque el presidente de Petrobras dijo que se trata de una «crisis
falsa», los analistas del sector piensan que Brasil necesitará
cuatro años para dejar de tener problemas de abastecimiento
de gas. De ahí el gran interés, en este momento, de
Petrobras en poder continuar negociando el gas con Bolivia.
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