Paisajes vitícolas

Apuntes de Patagonia Norte

 
  San Patricio del Chañar es la zona vitivinícola más nueva del país. Pronto cumplirá 10 años de las primeras plantaciones y sus vinos ya recorren el mundo. Qué esperar de un oasis en el desierto austral.


Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
  Por JOAQUÍN HIDALGO

Para la gente del sur el paisaje de San Patricio del Chañar no encierra misterios: hasta donde quiera llega el agua llega el verde, y más allá, se extiende la espinosa y achaparrada meseta patagónica.
Es ese marcado límite de oasis, sin embargo, lo que da mayor carácter a la zona. Porque está circunscripta, porque queda acotada y porque sus condiciones interiores son más o menos homogéneas dentro de una escala razonable. De ahí que resulte sencilla su demarcación como terruño singular, ese concepto que vincula a la naturaleza y al hombre en el vino, paso previo y necesario a toda Denominación de Origen.
Terruño singular que, en Patagonia Norte y por su reciente historia, aún está en estudio y en proceso de consolidación como identidad vitivinícola. Y así como no había registros históricos en la región de heladas tan tardías como el 14 de noviembre, este año se produjo la primera dura excepción a la contabilidad humana de la historia. Con varias grados bajo cero, esa madrugada buena parte de la uva se malogró. Avatares de la naturaleza, también se aprendió algo importante: aquellos viñedos que trepaban la Barda quedaron intactos, de lo que podría esperarse modificación en las plantaciones futuras.
Para las bodegas que operan en la zona el monitoreo del terruño es fundamental. A priori se diría que se trata de uno frío, por su ubicación austral, pero al ver los registros de la estación meteorológica que llevan en Familia Schroeder, por ejemplo, se cae en la cuenta de que no es tan así. Es más bien una región templada, con extremos térmicos marcados, mediterránea y baja en el promedio nacional de altura, que por ello tiene buen rango para diferentes variedades de uva, entre Malbec, Pinot Noir, Merlot, Chardonnay y Sauvignon, por nombrar las principales. De ahí que con sus 15ºC de temperatura promedio anual, sea una zona equivalente a Luján de Cuyo, y apenas más cálida que Tupungato en el Valle de Uco, estas últimas regiones estelares de Mendoza.
Está claro que se trata de una zona ideal para la elaboración de grandes vinos, que está escribiendo su historia con cada vendimia. Ya que llevan menos de diez cosechas y antes no existían plantaciones de vid de estas características en la zona. Eso es un desafío y una promesa por cumplir en materia de vinos.
En la búsqueda de identidad el vino de la Patagonia Norte debiera prestarle atención a un detalle para nada menor: el viento constante. Según dijeron algunos enólogos, el vino de la zona tiene más color y robustez cuando joven como consecuencia del viento. Porque la planta se adapta a la agresión erosiva engrosando la piel de la uva y eso hace que el vino, luego, adquiera características de impactante color y resulte algo rudo cuando joven.
A lo que habría que sumarle que, una vez esté completado el asentamiento y conocimiento de los viñedos, se podrá empezar a trabajar cada componente de la producción como para alcanzar los vinos de la más alta gama, hoy tal vez un poco esquivos. Por ahora, mientras San Patricio escribe las primeras páginas de su historia, es importante comprender el potencial real de la región.
Y nada mejor que el Malbec para hacerse una idea. Ya que con la enología moderna, sesgo distintivo del Chañar, donde todo es de última tecnología, se lo obtiene con un estilo directo, frutado intenso y perfumado en destellos florales, que son el ABC de la zona. En boca, además, se presenta jugoso y con buen peso. Y eso sin hablar de crianzas prolongadas, más como los que hace NQN para su base Picada 15 o Malma 2005.
En Pinot noir pasa algo similar. Donde más destaca hoy es en la nariz: con una intensidad poco usual en nuestro mercado, sobresalen por su carácter frutado y ligeramente sanguíneo. En boca, rico y lleno, se luce de cuerpo entero y con sencillez agradable. El más destacable hoy es el Saurus Patagonia Select 2005 que elabora Familia Schreoder.
Los blancos brillan todavía más. Porque logran expresión, sobretodo aromáticamente. Y buena muestra de ello son Fin del Mundo Chardonnay Reserva 2006 y Muñoz de Toro Sauvignon Blanc 2007. Especial mención habría que hacer de los espumantes, ya que no es común a ninguna otra zona del país que cada bodega aspire a tener el suyo de elaboración propia. Entre ellos, Saurus parece llevar la delantera.
Y mientras las bodegas del Chañar esperan que sus viñedos alcancen la madurez productiva en los próximos años, y cada bodega conozca los secretos de sus viñedos, decanta en cada vendimia la identidad vitivinícola de la región. Será cosa de tiempo, como todo en los negocios vínicos. Entre tanto, la pista parece estar colgada en el viento.

Toda identidad lleva tiempo de formación: en ese proceso está la
región del Chañar.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 

 
 
 



Min.: 17°c
Máx.:
34°c
Cielo algo a parcialmente nublado. Vientos leves a moderados del sector oeste.
 
 
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos

 
 

Revista Caras