Docentes desarrollan un proyecto educativo
para concientizar a la población sobre las propiedades y el uso
de plantas autóctonas de la zona de bardas. Cinco
Saltos > “Educación para la protección
de plantas nativas”, es el título del proyecto de extensión
que desarrolla un grupo de docentes de la cátedra de Botánica
General de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional
del Comahue(UNCo). El mismo fue aprobado y financiado por la Secretaría
de Extensión de la universidad y está dirigido a docentes,
particularmente maestros de huerta, maestras jardineras y maestros
de grado.
El equipo de investigación está integrado por las docentes
Adriana Bunzli, Gabriela Barral y Amalia Bustamante. “La idea
es que los docentes tengan herramientas para incorporar a las plantas
nativas en sus trabajos de huerta, ya que generalmente se trabajan
las plantas hortícolas”, explicó Bunzli.
“El cultivo de plantas nativas implica la concientización
sobre la utilidad y el cuidado de estas plantas. Se enseña
todo el proceso de germinación y desarrollo de las plantas
hasta el momento de su trasplante a campo en la barda y los cuidados
posteriores. Se combina el trabajo teórico con el práctico”,
continuó la docente.
El proyecto cuenta además con el aval del Consejo Provincial
de Educación de Neuquén. Inicialmente también
participaron alumnos del CPEM 48, por iniciativa de un grupo de docentes
de biología.
La primera etapa de este trabajo que comenzó el año
pasado, está llegando a su fin. Pero para el año próximo
el grupo de investigación presentó una propuesta dirigida
a los maestros de escuelas del interior de la provincia de Neuquén.
Se desarrollarán encuentros en Zapala, Junín de los
Andes y Chos Malal. Sólo falta la aprobación de la UNCo
para llevar adelante esta iniciativa.
Flora nativa
El trabajo de investigación tiene directa relación con
el conocimiento y el uso de la flora nativa ya presente desde hace
siglos en zonas rurales, principalmente en las comunidades mapuches.
Las plantas seleccionadas para el proyecto son las conocidas en el
lenguaje común como: jarilla, que contiene resina; la zampa
y el cohirón, dos plantas forrajeras; el molle, que sirve de
abrigo a los animales; el alpataco, que tiene un fruto dulce antiguamente
empleado para la fabricación de harina y otros alimentos, y
la melosa o “botón de oro”, de uso industrial.
Varias de ellas aún son utilizadas en el campo con fines medicinales.
Según comentó Bunzli, “sólo un 40 ó
50% de la zona de bardas está cubierta por esta vegetación
que en ciertos casos, como sucede con la jarilla, no se replanta naturalmente,
de ahí la importancia de educar y concienciar sobre este tema”.
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