Una gran procesión está
prevista para honrar a la virgen ante quien rezaron y lloraron nuestros
pioneros.
INeuquen> Convertida, por esas cosas de la historia,
en un local comercial donde funciona la librería San Pablo,
la añosa capilla recibió una «lavada de cara».
Ubicada sobre la avenida Argentina, en el Alto, la capilla fue el
centro de reunión de quienes se aventuraron a buscar un futuro
entre los arenales. En los primeros tiempos desde su inauguración,
una vez por semana se llegaba hasta Neuquén el párroco
de la ciudad de General Roca. Fueron siempre salesianos los que catequizaron
a los primeros niños que tomaron su comunión, los que
bautizaron a los bebés y casaron a los jóvenes llenos
de sueños y con la convicción de que, la bendición
católica, los convertiría en pilares de una gran familia
que iría poblando la ciudad.
Patrimonio histórico de la capital, luego de la erección
de la Catedral, la capillita pasó a un segundo plano. La virgen
de Nuestra Señora de los Dolores, con el advenimiento del obispado,
quedó relegada por la advocación de María Auxiliadora,
patrona de la Patagonia.
Tiempo después, antes de convertirse en local, la virgen de
los Dolores ya no lucía en el altar mayor. Con el paso de los
años, un día la encontraron en el sótano de la
vieja capilla. La imagen en la que clavaron sus ojos los neuquinos
durante décadas, estaba sumamente deteriorada.
Los primeros cien años revalorizaron la importancia histórica
tanto de los heridos muros de la capilla como el sentimiento por la
centenaria imagen.
Entre tules y azares
Con el objetivo de rescatar y revalorizar el Património Histórico,
la dirección de Museos, Monumentos y Archivo Histórico
bajo la batuta de Gertrudis Rutia, organizó en el salón
del episcopado una muestra dirigida a difundir manifestaciones representativas
de la cultra. En el caso de la capilla está involucrado el
aspecto religioso, baluarte moral de la lucha social y comunitaria,
en consonancia con el evangelio que les tocó vivir y predicar
a los primeros sacerdotes. Para Gertrudis Rutia, este espacio religioso
ha sido lugar de tránsito de la vida de los actores sociales
de la comunidad neuquina. Por esta razón la muestra que presentaron,
y que continuará en el Museo Paraje Confluencia, exhibe imágenes
antiguas de casamientos y comuniones además de vestidos de
novia y ropa bautismal que han sido conservados como un tesoro por
los que guardan en su corazón las vivencias de la contención
que les dio la Dolorosa. oi La dirección de Mueos, Monumentos
y Archivo Histórico, encabezado por Gertrudis Rutia, contó
con la colaboración del profesor Rubén Apolonio, el
licenciado Rubén Frascoli, la señora Graciela Sánchez
y personal del Museo Paraje Confluencia. Paralelamente, el sistema
provincial de archivos se hizo presente con la cámara inquieta
de Jorge Carrera quien rescató imágenes antiguas y tomó
imágenes de la capilla y la imagen de Nuestra Señora
de los Dolores, encontrando detalles poco conocidos del desarrollo
de nuestros Patrimonios Provinciales. Por otro lado el padre Carlos
Calzado organizó una comisión de festejos capitaneada
por la licenciada Vicky Chávez de Watkins que contó
con la colaboración espontánea de residentes en la ciudad
y, por supuesto, descendientes de nuestros pioneros.
|