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Algunos caciques fueron apresados,
otros huyeron a Chile. A partir de ese momento Villegas ordenó
la construcción de tres fuertes y trece fortines desde Ñorquin
al Nahuel Huapi.
El 18 de diciembre de 1882 parte el teniente Coronel Godoy en busca
del cacique Ñancucheo que, según noticias de baquianos
se encontraba al Sur del río Huechulafquen. Al llegar al lugar
comprobó que el cacique se encontraba ubicado sobre una altura
considerable y de difícil acceso.
Godoy con sus tropas avanzó por el valle del río Curruhé
y por el valle del río Chimehuín, siendo observado su
desplazamiento desde las alturas por indios “bomberos”.
Para confundirlos tomó hacia el Norte, llegando a la zona de
Mamuil Malal, a pesar de lo cual la mayoría de los indios consiguió
escapar.
Al comprobar que el baquiano le hizo equivocar el camino para favorecer
a los indios, procedió a ejecutarlo por fusilamiento.
Reiniciada la marcha, el día 22 de diciembre, consiguió
acercarse a la toldería de Ñancucheo sin poder concretar
un operativo definitivo contra el mismo por estar la huella obstruida
por empalizadas construidas por los indígenas.
El día 23 salva el inconveniente pero al llegar a la toldería
constató que Ñancucheo había huido nuevamente.
Las fuerzas lo persiguieron y al querer iniciar el ataque para tomarlo
prisionero, el cacique y los suyos ganan las montañas más
elevadas y cruzan a Chile.
Tercera expedición
Antes de emprender el regreso, Godoy ordena al Teniente Coronel Moritán
avance sobre el lago Huechulafquen para tratar de reducir a los caciques
Antener, Gervasio, Nahuelquiel y otros. Este operativo no tuvo éxito.
Conocedor del lugar donde acampaba Ñancucheo, Godoy decidió
atacarlo por el frente y la retaguardia. Por el frente atacaría
Godoy mismo mientras que el mayor Vidal avanzaría desde el
Malleo hacia el Sur.
El 14 de enero de 1883 se cerró el operativo aproximándose
las tropas a la toldería del cacique Ñancucheo.
Éste, nuevamente consiguió eludir a sus perseguidores
y huir a Chile. De regreso a su campamento se enteró que una
patrulla del ejército chileno había penetrado en territorio
argentino hasta la laguna de Huechulafquen.
Godoy labró el acta respectiva a los efectos de comunicar la
situación al comandante chileno Urrutia, quien contestó
sin reconocer el hecho, culpando a las tropas argentinas de violar
la frontera chilena.
Manifestaba en su contestación que los datos que poseía
le eran proporcionados por los indios perseguidos desde la Argentina.
Varios incidentes con los indígenas tuvieron suma trascendencia,
siendo los principales los combates de Pulmarí que se registran
con fecha 6 de enero y 16 de febrero de 1883.
Primer combate
El capitán Crouzeilles, del Regimiento 5 de Caballería,
y el teniente Lezcano del Regimiento 2 de Caballería, con cuarenta
soldados, persiguieron a un grupo de indios y al llegar Pulmarí
fueron atacados por indios y blancos, comandados por un oficial que
vestía uniforme. Ambos oficiales, al divisar al uniformado
ordenaron el cese del fuego pues estimaron que se estaban tiroteando
con otra patrulla confundida. Esta situación fue aprovechada
por los adversarios quienes dieron muerte a los dos oficiales y a
dos soldados. Esto ocurrió, al parecer, porque ambos oficiales
se desprendieron una legua del grueso de las tropas que integraban.
El 16 de febrero de 1883, el teniente coronel Díaz, con parte
de sus tropas siguió la huella siendo atacado por ciento cincuenta
indios que aparecían detrás de unas lomas, por lo cual
ordenó echar pie a tierra y acantonarse detrás de un
montículo cercano.
Al ser solamente tiroteado y no atacado, Díaz buscó
una posición mejor pero, seguido por los indios, tuvo que salir
a un valle donde se encontró imposibilitado de avanzar por
otro grupo de guerreros que le cerraban el paso.
Decidió buscar un lugar para hacerse fuerte, cuando apareció
de golpe sobre su frente izquierdo un soldado del ejército
chileno con bandera de parlamento.
Díaz no cayó en la trampa y ordenó fuego cerrado,
evitando así tener el mismo fin que Crouzeilles.
Ordenó cargar de inmediato a los adversarios y, luego de un
combate frontal, tomó seis rifles “Martin Henry”,
algunos porta municiones y un cinturón de cartuchos con la
inscripción “Guardia Nacional”.
Además, Díaz pone en conocimiento de sus jefes que los
indios tomados prisioneros le comentaron que los chilenos estaban
construyendo un fortín en Lahicul a orillas del río
Lien Curá, lugar bien penetrado en territorio argentino.
Tercera Brigada
El 15 de noviembre de 1882 parte la tercera brigada desde Choele Choel
hacia el lago Nahuel Huapi para acantonarse y desde allí destacar
patrullas de reconocimiento y destacamentos para tomar contacto con
la vanguardia de la Segunda Brigada. Marchando sobre la margen del
río Caleufú, tenía como objetivo fundamental
tomar prisioneros a los caciques Sayhueque e Inacayal que operaban
desde las márgenes de los ríos Caleufú y Limay.
Esta Brigada acampó en el lago Nahuel Huapi el 15 de diciembre
de 1882 recibiendo al general Villegas el 6 de enero de 1883.
El teniente coronel Nicolás Palacios, comandante de la Brigada,
con trescientos veinte hombres inicia operaciones contra los caciques
antes citados, quienes sorteando obstáculos se replegaron hacia
el Sur.
Sobre ellos lanzó Palacios un escuadrón al mando del
Capitán Drury, quien sorprendió a los indígenas
en la zona de Apulé.
Frenado por la superioridad numérica del adversario logró
con rapidez el apoyo de otra fuerza de la Brigada consiguiendo tomar
prisioneros a gran parte de los guerreros indios, debiendo contabilizar
entre los suyos un sargento muerto, un oficial herido y varios oficiales
en la misma situación. Sayhueque e Inacayal lograron huir.
Las fuerzas de de Palacios volvieron a su acatonamiento para construir
el Fortín Chacabuco por orden del general Conrado Villegas.
Las partidas destacadas para capturar a Sayhueque e Inacayal no tuvieron
éxito, fundamentalmente por desconocimiento de los terrenos
por parte de las tropas nacionales.
Ante esta situación la Tercera Brigada regresó a Choele
Choel levantando, en las cercanías de San Martín de
los Andes, el Fortín Maipú.
Así se dio por finalizada la campaña sin haber logrado
la captura de los caciques Namuncurá, Reuque Curá, Ñancucheo,
Sayhueque, Inacayal, Joyel y muchos otros.
Para asegurar el resultado de las operaciones futuras, el general
Villegas imparte órdenes fijando las zonas donde debían
levantarse destacamentos y fortines para poder asegurar rápidas
comunicaciones y vigilar la posible llegada de indios desde el otro
lado de la cordillera.
Esto trajo como consecuencia la construcción desde Ñorquin
al Lago Nahuel Huapi de tres Fuertes y trece Fortines con un total
de tropa que llegaba a los veintiún oficiales y quinientos
treinta y ocho soldados rasos.
Resultados
El 5 de marzo de 1883 el general Villegas comunicaba a la superioridad
que “en el Territorio comprendido entre los ríos Neuquén,
Limay, cordillera de los Andes y lago Nahuel Huapi no ha quedado un
solo indio, todos han sido arrojados al occidente. Con la vigilancia
que en adelante ejercerán nuestros destacamentos colocados
en los boquetes de la cordillera, les será imposible pasar
al oriente. Al Sur del río Limay, y en lo que propiamente se
puede llamar la Patagonia queda, del salvaje, los restos de la tribu
del cacique Sayhueque, huyendo, pobre, miserable y sin prestigio.
Hoy, recién, puede decirse que la Nación tiene sus territorios
despejados de indios, pronto así, a recibir en su fértil
suelo a millares de seres que sacarán de él sus ricos
productos. La Patagonia será sin duda un emporio de riquezas.
El Sur del río Limay es inmensamente rico y se está
brindando a la colonización con una vida fácil por el
paso de Bariloche. La región de los lagos, en cuyas márgenes
podrán establecerse millares de hombres y conducir en su fácil
navegación los productos que la naturaleza les está
brindando. Todo allí se produce y sólo falta que la
mirada inteligente del hombre se fije en ese suelo para sacar de él
un céntuplo de los que el indio ignorante arrancaba”.
Epílogo
En 1884, enfermo ya el General Villegas, el gobierno dispuso que el
general Winter , gobernador de la Patagonia, asumiera el comando de
la Segunda División , para que se siguiera operando desde la
línea de fortines y destacamentos de lal línea Ñorquín
al lago Nahuel Huapi.
Ello trajo como consecuencia la entrega, hasta el 16 de febrero de
1884, de siete caciques, quinientos sesenta y cinco indios de lanza
y dos mil doscientos treinta de chusma.
El 24 de marzo de 1884, Namuncurá rinde su lanza en el Fortín
Paso de los Andes, entregándose con nueve capitanejos, cientotreinta
y siete indios de pelea y ciento ochenta y cinco de chusma.
Reiniciando las actividades operativas de la Tercera Brigada, el general
Winter ordenó al Coronel Lino de Roa que pusiera fin a las
andanzas de los caciques Sayhueque e Inacayal, reconociendo y explorando
, a la vez, zonas desconocidas de la Patagonia.
El coronel De Roa organizó su ataque a los indios en base a
tres columnas de tropas ligeras. Parte de Valcheta con cintotreinta
y ocho hombres hacia el Nahuel Huapi, pero a mitad de marcha vira
al Sudoeste, hacia el río Chubut, recorriendo Tromenieyo, Maquinchao
y Yalalababat, por presumir que en esos lugares podían levantarse
las tolderías de los mencionados caciques, pero estos con tiempo
habían huído hacia Manquinchao y Yalalababat. Pero en
esos lugares tampoco encontraron a los mencionados caciques.
Por boca de indios detenidos, de Roa se enteró que Sayhueque
y otras tribus habían profundizado su entrada al territorio
del Chubut y que se encontraban en un lugar denominado Juncal del
Sol.
Las tropas de Roa arribaron el 30 dediciembre de 1883 al río
Sanguer, costeando dicho curso de agua hasta la misma cordillera,
donde trabaron combate el 1 de enero de 1884 con las indiadas de Inacayal.
Pese a la resistencia de los indios que usaban fusiles Martin Henry,
las tropas nacionales los obligaron a retirarse, quedando en el campo
de batalla veintidós hombres muertos. Los indios en su repliegue
buscaron la reunión con los otros guerreros en distintos lugares
de la zona, tratando de reorganizarse paa atacar a las tropas nacionales.
Ante la situación de agotamiento de sus tropas y caballadas,
de Roa se dirige hacia la colonia de Chubut, llegando el 25 de enero
al Rincón de Santa Cruz, donde descansaron durante veinticinco
días, transcurridos los cuales, se decidió el regreso
a Valcheta, siempre operando contra las formaciones indígenas,
llegando al lugar antes mencionado el 1 de marzo, sin obtener todo
el resultado esperado.
Los caciques Sayhueque, Inacayal y otros, seguían alzados en
territorio patagónico. Esta situación obligó
al general Winter a ordenar una nueva expedición para capturarlos.
Al sargento mayor Miguel Vidal, al frente e cincuenta soldados, se
le ordenó marchar hacia el fuerte Villegas donde organizaría
con el teniente coronel Lasciar los planes de persecución a
Sayhueque y Foyel, de acuerdo con la columna que partiría del
lago Nahuel Huapi hacia el norte. Iniciada la marcha operativa, Vidal
dio con la rastrillada de la tribu de Sayhueque y, apuando la marcha,
lo alcanzó. Al momento de tomarlo prisionero, el jefe indio
le dijo que había prometido al general Winter que se entregaría
en el lago Nahuel Huapí.
La rendición
De acuerdo a lo convenido, Sayhueque se presentó en el fuerte
de Junín de los Andes, entregándose con tres mil indios
de su tribu y de la de Inacayal, Huenchenecul, Chiquichen, Qual, Salvutia,
Prayel, Nahuel, Pichi Curruhuinca, Cumilao, Foyel y otros.
El general Winter informaba el 20 de febrero de 1885, al jefe del
Estado Mayor del Ejército, general de División Joaquín
Viejobueno: «Me es altamente satisfactorio y cábeme el
honor de manifestar al Superior gobierno y al país por su intermedio
que ha desaparecido para siempre en el Sur de la República
toda limitación fronteriza contra el salvaje».
(Fuente Mauricio Arabarco, Ocupación del Neuquén
y del Sur de Río Negro por las tropas nacionales al mando del
General Conrado Villegas, IV Congreso de Historia Regional del Neuquén.
Fotos Sistema Provincial de Archivos, Academia Nacional de la Historia,
Fundación Castaño-Raone).
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