La Paz (AFP-NA) > La crisis
política boliviana pareció ahondarse con la autorización
del oficialismo en el Congreso de mover de Sucre la sede de la Constituyente
y la aprobación de una ley que afecta los presupuestos de los
gobiernos departamentales, que fue promulgada por el presidente Evo
Morales.
Seis de los nueve departamentos de Bolivia llamaron a la huelga en rechazo
a las últimas determinaciones del Gobierno del izquierdista Morales
y amenazaron con una desobediencia, que para muchos analistas políticos
pone al país en el umbral de una guerra civil.
La situación de intolerancia y de permanente confrontación
tuvo otra muestra violenta el pasado fin de semana cuando en la ciudad
de Sucre, sede de la Asamblea Constituyente, el oficialismo aprobó
el proyecto de una nueva constitución sin la presencia de la
oposición y en medio de disturbios que se saldaron con tres muertos
y decenas de heridos.
"De ser un país con consolidación institucional,
aunque frágil, pasamos a un quiebre absoluto que puede tener
consecuencias imprevisibles sobre el enfrentamiento desmedido",
afirmó a la AFP el analista político independiente Diego
Ayo, al sembrar dudas respecto a la posición asumida por ambos
bandos.
Ayo estimó que el gobierno tiene una "falsa visión"
respecto de los líderes regionales a los que Morales califica
de "oligarquía cruceña", pues el movimiento
de oposición no es de unos cuantos privilegiados sino que se
extiende al común de los ciudadanos. "Esta clara la
estrategia del gobierno de implementar todo a la fuerza, por mayoría
con la ayuda de los movimientos sociales y modificando la ley a sus
intereses", apostilló.
Conspiración
Por otra parte, reconoció una actitud radical y conspirativa
de los líderes de la llamada "media luna" (los opositores
departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando) como otro detonante
del incremento de una violencia.
Para el economista Luis Antezana Ergueta, un especialista en cuestiones
indígenas, el proyecto de Constitución también
puede generar problemas a futuro y menciona como una potencial causa
de polarización la falta de una idea clara sobre las formas
de la producción, puesto que la nueva Carta Magna habla de
la coexistencia de propuestas de economía estatal, comunitaria
y privada, con sus propios sistemas de propiedad. |