Boca perdió ayer el segundo de sus
objetivos en el semestre, y deberá salvar la ropa en el más
importante, el Mundial de Clubes de Japón. Donde, para muchos,
se puede resolver la continuidad de Miguel Russo. «Los rumores
no le hacen mal a Miguel Angel Russo, le hacen mal a Boca», declaró
el entrenador luego de la derrota ante Tigre. «Yo no escucho rumores.
A mí me interesa jugar y tenemos mucho por delante», aclaró.
Russo también explicó la manera en que Boca afrontará
el final del torneo Apertura -en el que ya no tiene chance de título-
a raíz de las numerosas definiciones con escaso decoro que se
registran en la última década el fútbol argentino.
«Vamos a jugar el final del torneo con toda la honestidad y con
todo lo mejor que tengamos, con excepción de (Rodrigo) Palacio
y (Sebastián) Battaglia (suspendidos por acumulación de
amarillas)», aclaró. Sobre la derrota contra Tigre, Russo
afirmó que «en el primer tiempo, Boca mereció una
ventaja más amplia». «Pero -agregó- en el
segundo tiempo nos desesperamos y en diez minutos nos hicieron dos goles;
y después nos desesperamos más. Lo que nos queda es mirar
para adelante». «Ahora vamos a jugar una instancia importante
a nivel mundial, es duro terminar así el torneo local, pero tenemos
que recuperarnos. Cuando las apuestas son altas, todos los objetivos
son difíciles».