Los vinos de El Chañar hoy le
dan nombre y apellido a la provincia de Neuquén en buena parte
del mundo.
“Haber tenido la posibilidad de sentarme en un restaurante
en Inglaterra y que nuestros vinos figuren en la carta es algo que
no tiene precio”; de esa manera, Leonardo Puppato, enólogo
de la bodega Familia Schroeder se refirió a su labor profesional
y lo que implica elaborar productos tan nobles y con tanta carga como
son los vinos.
Puppato recordó que en 2003 se incorporó al proyecto
de la bodega familiar radicada en El Chañar. En ese momento,
recordó, el emprendimiento arrancaba en lo que era la bodega
y hoy, se puede ver que, junto a todo un equipo de trabajo, tecnología
sumada a las condiciones agro-climáticas de excelencia de la
zona, los productos elaborados por Familia Schroeder están
en más de 20 países.
Al igual que su colega Marcelo Miras, Puppato indicó que si
bien son importantes las medallas obtenidas en los diferentes concursos
mundiales, el mayor reconocimiento es el que otorga el consumo. “Se
puede hacer vino y se puede tener lo mejor en cuanto al proceso de
elaboración, pero por sobre todas las cosas, el vino debe ser
consumido”, indicó Puppato.
El profesional destacó el equipo de trabajo de toda una empresa,
y reiteró que “todo es un proceso encadenado que va desde
el viñedo hasta la comercialización. Donde falla un
eslabón, el proceso se altera”.
Familia Schroeder ha logrado poner en las góndolas la línea
Saurus, Saurus Patagonia Select, los espumantes Saurus Extrabrut y
Deseado y el producto Top de la empresa, recientemente lanzado al
mercado, el Familia Schroeder, un blend de Pinot Noir y Malbec que
ha recolectado varias medallas de Oro y de Plata en los concursos
mundiales sin salir al comercio.
“Me siento muy conforme en lo profesional, por el proyecto del
que participo, el equipo de trabajo, las posibilidades que da la región
para el desarrollo de estos productos y la tecnología de primer
nivel con que cuenta la bodega”, sostuvo Puppato.
Y el creador de los vinos de Familia Schroeder no deja de pensar en
nuevos productos; explicó que se está trabajando en
dos nuevas línea de espumantes. De la línea de Deseado
(hecho a base de Torrontés) pero en este caso un Rosé
con un 100 por ciento de Pinot Noir.
El otro proyecto, pensado para lanzar en 2008, es sobre la línea
del Saurus Extrabrut rosado.
Las otras dos propuestas sobre las que se está trabajando,
y que promete convertirse en una innovación en vinos tintos,
es en la elaboración de vinos de la línea Saurus, un
Pinot Noir y un Malbec de fermentación en barricas. Los productos,
que podrían salir al comercio durante 2008, se ubicarán
entre la franja de los reserva (Saurus Patagonia Select) y el Familia
Schroeder.
Destacó que todos los productos han crecido a nivel de comercio
exterior, con los Malbec a la cabeza pero con crecimientos más
notorios los vinos Pinot Noir.
“El consumo de los vinos como reconocimiento”
Marcelo Miras llegó a la zona hace 18 años, a partir
de elegir en el horizonte, alguna zona de viñedos o potencial
polo vitivinícola. El rumbo elegido fue el norte de la Patagonia,
concretamente, bodega Humberto Canale de Roca.
Luego de varios años, se embarcó en otro desafío,
el de trabajar para Bodega del Fin del Mundo y participar de la “creación”
del nuevo polo vitivinícola en Neuquén.
Miras comenzó a fuego lento, a trabajar en su proyecto personal,
un objetivo de máxima.
Fue elegido el año pasado como el Mejor Enólogo del
país por el Centro de Licenciados en Enología y Fruticultura
de la República Argentina (Cleifra), una entidad que agrupa
a todos los profesionales del sector del país.
“Venir a Río Negro hace casi 18 años fue un desafío;
emprender junto a Bodega del Fin del Mundo el desarrollo en el Chañar,
fue otro desafío e iniciar mi proyecto personal, también
fue un desafío”, indicó Miras al referirse a su
trayectoria en la zona, a la vez que agregó “me siento
conforme, fui parte de algo que creció y que hoy es reconocido
a nivel nacional e internacional como es la zona vitivinícola
del norte de la Patagonia”.
“Que los vinos neuquinos sean reconocidos en muchos países
no sólo por premios en concursos internacionales sino y en
primer lugar por el consumo, eso es lo que da el reconocimiento siempre
que se trate de vinos de alta calidad”, indicó.
Uvas
En cuanto a las uvas, sostuvo que la zona permite el desarrollo de
muchos cepajes; además del Malbec, del que la zona ha dado
muy buenos productos, explicó que no tiene un cepaje sobre
el que le guste trabajar más que otro, sino que todos parecen
tener un lugar en estas latitudes. Comentó que ha trabajado
mucho el Pinot Noir y le atribuye a esta uva el rol de producto que
distinguirá a la zona. También cita al Merlot y a los
blancos como Chardonnay.
La naturaleza, una aliada
En uno de los emprendimientos vitícolas se puso de
relieve las condiciones agroclimáticas como una clave para
la producción de vinos de alta calidad.
Bodegas Grittini, emprendimiento familiar de San Patricio del Chañar,
fue una de las últimas de todas las empresas allí radicadas
en salir al mercado, y lo hizo con sus productos Relieve.
Su enólogo, Matías Gasparoni se sumó en forma
reciente al emprendimiento y con motivo de celebrarse el Día
del Enólogo, habló de este diario sobre esta actividad
profesional que tiene como principal característica la de –nada
más y nada menos- “hacer y crear” vinos. Pero además
con un plus como es la de elaborar vinos de alta calidad.
Se mostró sorprendido por las características de la
zona, y los resultados a la vista a partir de los productos obtenidos.
Destacó el tipo de suelo y otras condiciones agro-climáticas
como la amplitud térmica entre otros aspectos, lo que sin duda
permite elaborar vinos de muy buena calidad.
Además de resaltar las características de los cepajes
tintos, explicó que la zona parece dar excelentes blancos y
muy aromáticos. No obstante, aclaró que está
conociendo la zona, la cual se muestra muy atractiva para el desarrollo
de vinos de alta gama.
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