Las estadísticas revelan que las
motos están implicadas en un alto por centaje de los accidentes
de tránsito que se registran en Neuquén capital. Además,
los usuarios de estos vehículos a dos ruedas representan la
mitad de los pacientes atendidos en el Hospital Castro Rendón
como consecuencia de esos mismos accidentes (datos que fueron publicados
por este diario en el mes de julio).
En este sentido, un estudio cualitativo realizado por el Programa
de Prevención y Control del Trauma, dependiente de la subsecretaría
de Salud de la Provincia de Neuquén sobre 51 usuarios de motos
de la ciudad entre 18 y 30 años, dio a conocer comportamientos,
costumbres y hábitos que permiten identificar las razones por
las cuales, por ejemplo, muchos de ellos no usan cascos o infringen
normas de tránsito a sabiendas de que ponen en riesgo sus vidas
y la de terceros.
El trabajo se realizó a través de encuestas exhaustivas
sobre 38 hombres y 13 mujeres en tres segmentos: los que usan la moto
para trabajar, los usuarios de motos de alta cilindrada (250 centímetros
cúbicos o más) y los de baja (menos de 250 centímetros
cúbicos).
De los resultados globales se desprende que los motociclistas le atribuyen
a la moto dos significaciones claramente diferenciadas: una es la
moto como instrumento o herramienta de trabajo, movilidad o traslado,
en un criterio utilitario de necesidad que todos reconocen que existe.
Mientras que la otra tiene que ver con la moto como pasión,
relacionada a un estilo de vida, generadora de sentimientos y hasta
vista como un ser querido.
El no uso del casco
La problemática más grave vinculada con la integridad
física de los motociclistas al momento de un accidente es la
falta de uso del casco protector. ¿Por qué sucede esto
cuando la mayoría de los usuarios de motos saben de la peligrosidad
de este mal hábito?
Ante la consulta y por sobre todas las razones esgrimidas, los motociclistas
reconocen de manera unánime que, más allá de
estar o no de acuerdo, la baja utilización del casco es atribuible
a la falta de controles y multas.
Otras de las razones expuestas es el calor, aún en aquellos
defensores acérrimos de su uso, quienes aseguran que el empleo
del casco aumenta durante el invierno. Ligado a esto la incomodidad,
la dificultad de visión lateral y de audición también
aparecen como argumentos a la hora de justificar su no utilización.
Finalmente, la quita de sensación de libertad (expuesta fundamentalmente
por los usuarios de motos de alta cilindrada), la estética
(muchos reconocen que el casco no les permite mostrarse y arruina
el peinado, especialmente en el caso de las mujeres) y el costo (algunos
refieren que no tienen la capacidad de adquirirlo) se suman a los
otros elementos mencionados.
El consumo de alcohol
Casi todos los consultados entienden que la ingesta de alcohol es
un problema asociado especialmente a los jóvenes y a las salidas
nocturnas. Muchos varones admiten haber tomado y conducido, incluso
confiesan que esto lo han hecho de manera frecuente o periódica
en función que piensan que es posible beber hasta cierto punto
y al mismo tiempo manejar con seguridad. En el caso de las mujeres,
hay una coincidencia en cuanto a esta apreciación pero no reconocen
experiencias personales vinculadas a estos comportamientos.
El papel que desempeña el grupo es resaltado. Pertenecer implica
seguir ciertas consignas que el grupo “dictamina” y juntarse
a beber alcohol es sindicada como una de ellas para algunos grupos,
tanto de conductores de motos chicas como de grandes.
Los entrevistados reconocen que la moto y el alcohol son una asociación
de riesgo que puede producir accidentes y se acepta que el beber altera
la percepción a través de la afectación de los
sentidos y del equilibrio, pero no hay menciones en un sentido crítico
respecto a esas actitudes.
Los deliverys, en el ojo de la tormenta
Entre los conductores que trabajan con la moto, los denominados
deliverys son vistos por todos los otros motociclistas como el grupo
que circula más rápido en la ciudad y a la vez el que
lo hace de forma más arriesgada e imprudente. Se considera
que no cuidan la moto, hecho que puede estar en relación a
que no siempre les pertenece. Se admite además que, en gran
parte, son las características del trabajo las que llevan a
esa conducta, dado que pasan mucho tiempo en la calle y se sabe que
en la mayoría de los casos cobran por viaje realizado. Sin
embargo, también se los acusa de comportarse en forma desaprensiva
en cualquier circunstancia.
Por el contrario, los propios motociclistas que utilizan la moto para
trabajar se ven a sí mismos como personas responsables, cuidadosas
con su instrumento de trabajo, conocedoras de su ámbito de
desempeño (la calle) y del riesgo.
Razones económicas
El comportamiento inadecuado observado en los trabajadores que realizan
deliverys (utilización de motos que no están en condiciones,
manejo en contramano, cruce de semáforos en rojo y otras infracciones)
está vinculado a una cuestión económica y de
precariedad laboral.
La mayoría de los trabajadores consultados manifiestan que
trabajan y cobran por viaje y que si no lo hacen no perciben dinero
alguno. Ello los obliga a acortar los tiempos de entrega de pedidos
y eso redunda en infracciones. A esto se suma la no utilización
del casco, debido a que el quitárselo y ponérselo les
representa también una pérdida de tiempo al momento
de bajarse en un domicilio para una entrega.
Los automovilistas y los peatones
Con relación a los otros componentes del tránsito la
crítica de los usuarios de motos es generalizada. Los automovilistas
son vistos como irrespetuosos y desaprensivos. Se considera que tienden
a no ver a los motociclistas, no utilizan los espejos, giran sin poner
el guiñe con gran riesgo de embestir a las motos y estacionan
en doble fila. Los taxistas, y en segundo lugar los colectiveros,
son identificados como los peores en este rubro, Entre los motociclistas,
es casi unánime la impresión que los demás usuarios
de tránsito tienen una visión negativa y bastante injusta
sobre ellos.
El estudio también aborda otros temas vinculados al uso de
la moto, como la pasión que genera en muchos la velocidad e
incluso el asumir riesgos a costa de no dejar de utilizar este vehículo
de dos ruedas, ya sea por placer o por necesidad. En definitiva, la
muestra deja en claro cuestiones graves relacionadas al comportamiento
de estos usuarios. Un tema que requiere medidas urgentes de prevención.
“Los motociclistas sobreestiman sus habilidades”
El profesional
encargado de este estudio analiza los resultados obtenidos y advierte
que la situación es crítica.
Guillermo de Hoyos, coordinador del Programa de Prevención
y Control del Trauma a cargo de este estudio cualitativo realizado
con motociclistas de la región, analizó los resultados
obtenidos de la muestra y señaló como un aspecto común
el hecho de que “ellos no ignoran los riesgos ni la amenazas,
en realidad sobreestiman su habilidad de manejo y otras cosas como
la combinación de ello con el alcohol. Pero de alguna manera,
como en tantos otros temas, ponen el acento en los demás. Ellos
mismos creen que los motociclistas jóvenes son irresponsables
o imprudentes pero lo miran como si estuviesen afuera de ese contexto”.
“Hay mucha contradicción en cuanto a lo que dicen y lo
que después reconocen que hacen”, afirma de Hoyos y agrega:
“Es muy interesante lo que refieren acerca de los choques y
los accidentes. Ellos asumen que tener una moto implica que en algún
momento se van a sufrir un golpe. Pero de ninguna manera eso les quita
las ganas de andar el moto, lo asumen como parte de las reglas del
juego y subestiman la gravedad en que puede incurrir un accidente.
Es más, algunos exhiben sus internaciones o cicatrices como
medallas honoríficas.”
El funcionario dijo que en la ciudad de Mar del Plata se hizo una
investigación similar que arrojó resultados parecidos
a la que se realizó en Neuquén capital y explicó
que, de acuerdo a las Ley Nacional de Tránsito, la moto “debe
ocupar el centro del carril y no tiene que ser desplazados a la derecha.
Allí es donde se ve una contradicción en el discurso
de los motociclistas, porque si bien se consideran víctimas
porque los automovilistas ignoran esto - no los respetan y los desplazan
hacia la derecha – al mismo tiempo no renuncian a esta cuestión
que les permite a la moto pasar entre vehículos y de alguna
manera tener una ventaja respecto a los otros vehículos. Lo
mismo con aquellos que realizan los deliverys, dado que en un ámbito
donde todos trasgreden ellos se benefician con esa trasgresión”.
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