Despreocupación jubilatoria

 
 

Hasta el 31 de diciembre hay tiempo de optar por el régimen privado o estatal, sin embargo se desconocen los beneficios de cada sistema.

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Ni el Estado como los fondos de pensión realizaron campañas para atraer o retener aportantes. Hasta ahora en Neuquén hubo 3323 traspasos.

Neuquén > Si bien muchos trabajadores están al tanto de que pueden cambiarse de su Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, AFJP, al sistema de Reparto, muy pocos de ellos saben lo que esto significa.
A partir del 12 de abril y hasta el 31 de diciembre, quienes aporten en uno u otro sistema pueden decidir en qué cajas realizar sus aportes previsionales. La ley 26.222 estipula que durante ese lapso, los clientes de las AFJP pueden cambiarse al sistema previsional estatal. A su vez, los que figuren en los padrones de la jubilación del Estado podrán pasarse a una AFJP. Ahora bien, ¿qué significa esto en términos prácticos? ¿Cuál de los dos sistemas le conviene al ciudadano común? ¿Qué pasa con los fondos aportados una vez realizado el enroque?
Según datos aportados por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), hasta el 14 de junio eran 3.323 los neuquinos que abandonaron sus respectivas AFJP para pasarse a la caja previsional del Estado. En Río Negro, fueron muchos más los que decidieron el pase: allí, 14.782 personas eligieron la jubilación estatal. Según Aldo Duzdevich, director de Anses Regional Sur, “la diferencia se debe a que, en esta provincia, los empleados de Estado aportan en el Instituto de Seguridad Social de Neuquén. Es decir, que aportan al Estado. En Río Negro, en cambio, los empleados públicos están en AFJP, es decir que allí el número de aportantes al Régimen de Reparto es muy inferior al que se observa entre los neuquinos”.
Cuando se consultó a varios representantes neuquinos de AFJP, fueron unánimes al declarar que no llevan un control de la situación. “No sabemos cuántas personas cambiaron de régimen porque el cambio recién será efectivo a partir del 1º de enero del año que viene. Los únicos que tienen esas cifras son los de ANSeS”, explicó Jorge Inda, de Orígenes. La desinformación parece ser general, entonces.
Cuando en abril se abrió la opción al cambio, mucha gente eligió volcarse hacia la jubilación estatal. Duzdevich cree que la causa está en que “el sistema de Capitalización no cumplió con las expectativas, o no dio la respuesta que supuestamente iba a dar”. El director de Anses dijo que “cuando la gente empezó a jubilarse por AFJP se encontró con que, por ejemplo, percibibía 50 o 100 pesos por mes. El resto, hasta alcanzar la Prestación Básica Universal, se lo complementaba el sistema de reparto. Pero el resultado práctico de la experiencia AFJP ha sido en general bastante magro. Entonces la gente vio eso y generó una demanda. Cuando el Gobierno tomó esta medida, estaba respondiendo a una demanda preexistente, porque existe en la gente la percepción de que el sistema de AFJP no está funcionando”.

¿Por qué cree que se generó esa percepción?
Uno de los aspectos que juegan para que el régimen de AFJP funcione como debería es el marco macroeconómico de un país. Este sistema está creado para funcionar en un lugar donde una persona a los 20 años ingresa a trabajar en blanco y luego tiene una historia laboral de 30 o 40 años ininterrumpidos, sin largos períodos de interrupción…

Es decir, condiciones de Primer Mundo.
Exacto, condiciones de Primer Mundo. Donde estas condiciones están dadas, pareciera ser que las cuentas que se hacen para el sistema de AFJP cierran para que uno tenga una jubilación acorde, razonable. En las condiciones de países como el nuestro, es muy difícil encontrar una persona con una historia laboral ininterrumpida y en blanco. Lo normal en la Argentina es que la gente ingrese a trabajar a un sistema precarizado, sin aportes o que sólo tenga aportes en determinados períodos de su vida, que haya otros períodos donde pasa a ser cuentapropista, o trabaja en negro. Entonces, cuando viene la gente con su historia laboral, es muy raro que se sumen los 35 de historia laboral adecuada. También hay que tener en cuenta que los sueldos de los que se descuentan esas cantidades no siempre son los más altos, y también juegan las tasas de inflación. Es decir, que hay una serie de ecuaciones que hacen muy complejo que este sistema funcione como se pretendía que lo hiciera.
Otro de los factores de esta discusión tiene que ver con el plano ideológico: si el sistema provisional se debe alimentar exclusivamente de los aportes patronales y del trabajador. Duzdevich afirma que “esto se resolvió durante la gestión Cavallo, donde se tomaron porcentajes de una serie de impuestos (el IVA, al tabaco, a las ganancias, por ejemplo) para apoyar el sistema provisional. Entonces, para el pago de jubilaciones se destina toda una serie de ingresos que no son los recursos de los aportes. Así, cuando vos comprás en un supermercado también estás tributando a tu propio ahorro jubilatorio”.

En realidad, en ese caso estaría tributando para los que se van a jubilar este año.
Sí. Entonces, dentro de veinte años habrá alguien que estará consumiendo y con ello contribuyendo a tu aporte jubilatorio. Esta situación tiene que ver con una cuestión de macroeconomía, con una política tributaria que hace que cada año vaya creciendo la masa recaudatoria. Hoy, ANSeS es el primer depositante público: la mayor cantidad de recursos de reserva que tiene el sistema bancario argentino son los depósitos de ANSeS, que alcanza casi a un tercio de esa reserva. Esos recursos son intangibles, lo cual significa que el Estado tiene que resguardar esos aportes y no los puede emplear, por ejemplo, en el pago de deudas.
Sin embargo, estos dos sistemas previsionales van a seguir coexistiendo. Va a haber gente que seguirá en el sistema de AFJP y otra que preferirá la caja del Estado.

Hablemos en criollo: en el caso de un hombre con sueldo mínimo, cabeza de una familia tipo, ¿qué tipo de sistema provisional conviene?
Habría que analizar cada caso individualmente, teniendo en cuenta cuánto gana, qué edad tiene y cuánto aporta, entre otros factores. Pero, y aquí estoy generalizando, si tiene un sueldo mínimo, lo más probable es que le convenga el sistema de reparto.

Más y mejor información, el gran reclamo

Hernán 25, agente de bolsa

“Estoy en una AFJP que tiene buena rentabilidad, así que me voy a quedar ahí. Pero de todos modos, creo que no se le ha dado a la gente información suficiente sobre el tema.”

Jesús Ramírez 41, técnico en Seguridad e Higiene

“Sé que está la posibilidad de cambiarse al Estado, pero todavía no me decidí. En general, lo que veo es que hay muy poca información.”

Albano Chavero 29, profesor de Educación Física

“Estoy por abrir una empresa con un socio y decidimos que vamos a hacer los aportes en AFJP, porque el Estado tiene muy poca credibilidad. De momento, me parecen más confiables las empresas privadas.”

Alejandro Lértora 30, técnico

“Realmente no tenía ni idea de que se podía cambiar de sistema previsional. Creo que es un tema muy importante, pero se sabe muy poco sobre el tema.”

Julio Cúneo 65, contador público

“Todavía no sé qué hacer, sé muy poco sobre el tema. Creo que debería haber más información sobre un tema tan importante.”

Gimena Herrero 40, comerciante

“Todavía no sé qué voy a hacer. Me gustaría que hagan campañas para concientizar a la población sobre el tema, porque es muy importante y casi nadie sabe nada.”

 

 


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