¿Jesús nació el 25 de diciembre?

 
 


La Iglesia Católica fijó la fecha en el siglo IV, pero la controversia continúa. Algunos estudios afirman que en realidad habría nacido el 14 o 15 de setiembre del año 7.


Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir

 
       
   
   
 

Buenos Aires (Télam por Ana M. Bertolini) > Los Evangelios no mencionan cuándo nació Jesús y si la Navidad se celebra el 25 de diciembre, es porque la Iglesia eligió esa fecha en procura de desterrar el culto al Sol, que paganos y antiguos cristianos observaban en el solsticio de invierno en el Norte (verano en el Sur).
Dos milenios más tarde, el tema sigue siendo fuente de especulaciones en la Iglesia Católica, a pesar de que ya en el Siglo III el papa Fabián había calificado de sacrílegos a quienes intentaran determinarla.
Es que el deseo de celebrar la Navidad de una forma clara y uniforme, había llevado a varios teólogos cristianos a proponer datas tan dispares como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, y el 20 y 25 de mayo.
La Iglesia Católica de Armenia fijó su nacimiento el 6 de enero y las de Egipto, Grecia y Etiopía, el 8 de ese mes.
Fue el papa Julio I quien a finales del siglo IV concertó que la Navidad comenzara el 25 de diciembre y culminara el 6 de enero con la fiesta de Epifanía.
Basándose en el relato bíblico de la estrella de Belén como anunciante de la venida del Niño Dios, recientemente varios astrónomos propusieron una tesis más realista: Jesús pudo haber nacido entre el 14 y el 15 de septiembre del año 7.
Para esto perfeccionaron los cálculos del astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler, quien en el Siglo XVI alegó que la famosa estrella de Belén fue en realidad una triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el signo de Piscis.

Adoración pagana
La necesidad de festejar la Navidad se remonta a la adoración pagana del Sol durante el solsticio de invierno del Norte (de verano en el Sur) que por entonces caía en 25 de diciembre.
El culto solsticial se hacía durante la muerte aparente del Sol para lograr su resurrección y garantizar la supervivencia del hombre, de su siembra y de sus rebaños.
El dios solar tomó varios nombres diferentes: Krisna y Buda en India, Mitra en Persia, Horus en Egipto, Apolo en Grecia, Bochica entre los chibchas colombianos, Kulkuká con los mayas, Quetzocoalt entre los aztecas y Wiracocha para los incas.
En Roma, dentro de las Saturnales, que duraban una semana, el solsticio de invierno también era un día sagrado llamado Dies Natalis Invicti Solis (el nacimiento del Sol invicto).
A principios del siglo IV, el emperador Constantino oficiaba de sacerdote supremo de esa religión, que era la oficial.
El Sol aparecía por todas partes, inclusive en las enseñas reales y en las monedas acuñadas en el imperio, y por eso al reinado de Constantino se le llamó «La Imperatoria del Sol».
Muchas generaciones de cristianos participaron de este culto en función de que la Iglesia demoró cuatro siglos en fijar la celebración de la Navidad, de modo que, cuando finalmente lo hizo, se vio precisada a fecharla en 25 de diciembre procurando desarraigar el culto pagano y transferir la devoción a Jesús.
De todos modos, el culto al Sol Invicto, siendo esencialmente monoteísta, abrió la senda al monoteísmo de la cristiandad.

¿En Belén?
Respecto al lugar donde nació Jesús, en la Biblia existen relatos contradictorios, que el escritor español Pepe Rodríguez, experto en temas religiosos, destacó: «Tanto Marcos (Mc 1,9) como Juan (Jn 1,45) señalaron rotundamente que Jesús era oriundo de Nazaret (Galilea) y no de Belén (Judea); y Lucas (Lc 2,4) situó a José y María viviendo en Nazaret antes del parto», escribió.
Algunos estudios estiman que en realidad, situar su nacimiento en Belén no obedeció a un hecho cierto, sino a la necesidad de forzar el cumplimento de las profecías, para poder otorgarle a Jesús una ascendencia davídica (hijo de David) y validar así su condición de Mesías.
Esto pudo haber pasado porque en el año 303 el emperador pagano Diocleciano destruyó todos los documentos cristianos que encontró.
En el año 331, Constantino comisionó y financió nuevas versiones de la Biblia, lo que permitió a los custodios de la ortodoxia arreglar y reescribir sus contenidos.
Es probable que en esos momentos hayan tenido lugar muchas alteraciones cruciales al Nuevo Testamento, que en esencia no resulta obra de la historia, sino de las creencias y elucubraciones de los escritores y copistas del siglo IV.

El pesebre, una tradición cultural

La recreación, sobre todo en los barrios, del establo de Belén es una característica que nació en Italia y pese a perder terreno continúa realizándose en la Argentina.

Buenos Aires (Télam, por Elba Pérez) > La celebración de la Navidad tiene su ritual más entrañable en la tradición del Santo Pesebre que inició un santo italiano en el siglo XIII y dio origen a devociones cultas y populares, a formas teatrales que la Contrarreforma expandió a la Europa católica y a Latinoamérica.
El genio poético y misional de San Francisco de Asís originó en 1223, en una cueva del valle de Rietti, la representación corpórea del milagro de la Encarnación del Verbo. Con la ayuda del alfarero Giovani Vellita transformó la gruta de Greccio en imaginaria réplica del establo de Belén.
La intervención de los fieles, la nocturnidad iluminada precariamente, la entonación coral de villancicos preanunciaron el auto sacramental y fundaron las bases del teatro en Occidente.
Pero estas derivaciones no obturan la circulación piadosa y devota del pesebre como ritual doméstico y cultural que persiste hasta hoy.
Este patrimonio no está comprendido, estimado ni protegido por las instituciones oficiales y son banalizados hasta el kistch grotesco del mercado que proponen los Santa Claus, trineos y renos, en análoga dislocación cultural que instaló a Halloween, Día de San Valentín y otros incentivos de consumo.
Algunos memoriosos recuedan la peregrinación de los niños por las calles de su barrio. En la ventana a la calle una luz advertía la presencia de un pesebre, que podía ser visitado y recompensado con una limonada o golosina casera.
Montañas de papel madera, nieve de harina, lagos de espejo, discrepantes dimensiones entre personajes, nubes de tul y la infaltable presencia de una estrella representaban el prodigio navideño.
No era necesario pertenecer a una familia creyente y devota porque en el porvenir, la leyenda circulaba sin preguntas, los vecinos abrían sus puertas al visitante con hospitalidad confiada. En los templos el incienso y el rito daban, una vez más, dimensión trascendente a la esperanza de redención.

Intacta
Sin embargo, en la actualidad, algunos templos porteños mantienen la tradición y algunos museos dan al pesebre un espacio en la programación de fin de año. Son retablos bellos, históricos y estéticamente valiosos en el que colaboran coleccionistas que aportan piezas valiosas, procedentes de Italia, España, Portugal y Latinoamérica.
En algunas parroquias la fe vivifica la virtual y anticipatoria intalación del Santo Pesebre, Belén o Nacimiento, nominaciones varias de la misma tradición.
Otras regiones del país -como Catamarca, La Rioja, Salta, San Juan, Chaco, Misiones, Corrientes e inclusive en Neuquén- sostienen y recrean la escenificación del milagro navideño para reflexiva devoción de los fieles.
Un poeta salteño Rafael Jijena Sánchez creó en 1955 la Hermandad del Santo Pesebre, filial argentina de la Universalis Foedarapio Praesepista. con sede en la romana Piazzo del Grillo.
Jijena fue impulsor de la tradición milenaria, dio a conocer internacionalmente su difusión y singularidad latinoamericana, investigó, documentó y reseñó con ejemplaridad el avatar de la fe cristiana a través de los siglos.
Este sentimiento milenario no está por ahora incluido en el patrimonio cultural argentino donde se proponen que revisten la «milanesa napolitana», la fainá con muzzarella o el flan con dulce de leche, delicias gastronómicas que parecen competir y tener prioridad sobre contenidos más hondos y abarcativos.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 
 
 
 



Min.: 7°c
Máx.:
23°c
Cielo parcialmente nublado. Vientos leves del sector este.
 
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos

 
 

Revista Caras