Además, el grupo Sadesa ratificó
su intención de construir la represa Chihuido I, con una inversión
cercana a los 550 millones de dólares. Neuquén
> El tan ansiado proyecto del complejo hidroeléctrico
de Chihuido I y II, que desde hace años pretende realizar Neuquén,
ha tenido en la última semana dos capítulos que hacen
pensar en que el emprendimiento se puede capitalizar.
Al respecto, durante una entrevista concedida a este diario, el gobernador
electo de la provincia, Jorge Sapag, indicó: «Estamos
esperanzados en reavivar con Nación el complejo hidroeléctrico
Chihuidos I y II”.
Con ese emprendimiento, que se levantaría sobre el río
Neuquén, se podrían adicionar varios megavatios al Sistema
de Interconectado Nacional.
Sapag dijo que «el Gobierno nacional tiene interés en
esos proyectos. Creo que se va a poder realizar a través de
estudios más complejos que se deben hacer».
La otra voz que abre una gran puerta para el complejo hidroeléctrico
provino de un privado. El grupo Sadesa, a través de su presidente,
Bernardo Velar de Irigoyen, ratificó su intención de
construir la represa Chihuido I, con una inversión cercana
a los 550 millones de dólares y una capacidad de generación
del orden de los 400 Mw.
En una entrevista al diario La Nación, el empresario adelantó
además que el grupo planea invertir en pozos de gas para poder
abastecer las centrales térmicas de generación que tienen
y que funcionan a gas.
Sadesa tiene una capacidad instalada de alrededor de 4.200 megavatios,
de los cuales 2.500 son térmicos.
Es dueña de Central Puerto, Piedra del Águila, Centrales
Térmicas de Mendoza, Ensenada y Transportadora de Gas del Mercosur.
Con respecto a la situación de la central Piedra del Águila
indicó que “opera hoy algunos metros debajo del límite”
y que está prácticamente sin agua debido a que despachó
mucho y hoy tiene poco nivel de generación.
Velar de Irigoyen evitó hablar de una crisis energética
y explicó que “hay una situación derivada de un
crecimiento vertiginoso de la economía argentina después
de una fuerte recesión”.
“Creo que es una situación que estamos de alguna manera
atravesando; no se han combinado los factores para que estemos en
el mejor de los mundos. Tuvimos sequía, el invierno más
seco de los últimos 10 años” agregó.
Aclaró además que “Lo que llaman «crisis
energética» es consecuencia de un período de transición
que tuvo el país después de una muy fuerte caída
del producto entre el 98 y 2002. El escenario va a mejorar. El año
que viene habrá 1.800 Mw con las centrales de Timbúes
y Campana, 1.600 Mw más por las centrales que está licitando
Enarsa”.
Con respecto a los precios del sector eléctrico consideró
que se van a ir reacomodando como pasó con los precios del
resto de la economía.
Nosotros creemos que los precios del sector eléctrico se van
a ir reacomodando como pasó con los precios del resto de la
economía. Entendemos que hubo una crisis muy fuerte en 2002
y que el Gobierno tuvo que tomar medidas extremas, casi como bombero,
pero las circunstancias están cambiando.
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