“La
esperanza vive en mí”
Charlie Fineman (Adam Sandler) y Alan Johnson (Don Cheadle), antiguos
compañeros de habitación durante la universidad, vuelven
a encontrarse por casualidad en la esquina de una calle de Manhattan.
Cinco años después de perder a su familia en el 11-S,
Charlie –antes un dentista de éxito– se ha retirado,
y Alan está asombrado al ver los cambios que se han producido
en su amigo.
Al mismo tiempo, Alan –que debería estar disfrutando
de su bella mujer, sus hijos y su carrera– se encuentra sobrecogido
por las responsabilidades. Su renacida relación se convierte
en un punto de apoyo para estos dos hombres que necesitan de un amigo
en el que confiar en este momento fundamental de sus vidas.
«Todos nosotros necesitamos un amigo que nos ayude en tiempos
difíciles”, explicó el director y guionista de
“La esperanza vive en mí”, Mike Binder. “Toda
esta película trata de la comunicación - dos hombres
que, juntos, aprenden a empezar a hablar», agregó.
En la cinta, está la relación entre Charlie Fineman
(Sandler) y Alan Johnson (Cheadle), ex compañeros de habitación
de la universidad que se encuentran otra vez por casualidad después
de muchos años. Charlie ha perdido a toda su familia. Aunque,
en comparación, la vida de Alan parece perfecta, se siente
sobrecogido por las responsabilidades familiares y profesionales y
necesita apoyo para aprender a ver la bendición que tiene.
“Uno de los denominadores comunes en la gente que ha soportado
la pérdida de un ser querido es que lo van superando gracias
a sus amigos y su familia, y quería mostrar eso”, expresó
Binder.
“Alan, por otra parte, siente que es incapaz de comunicar lo
que necesita. Tiene un gran matrimonio, pero no lo demuestra. El alma
de esta película es la historia de dos hombres que no tienen
a nadie con quien hablar pero que, a medida que la película
progresa, se dan cuenta de que se tienen el uno a otro».
Una de las razones por la que la historia está ambientada en
Nueva York es que la cinta nació de las experiencias y observaciones
de Mike Binder en un día de tragedia. El escritor y director
estaba en Nueva York el 11 de septiembre de 2001. “Paseaba por
las calles, viendo a la gente que había perdido toda su vida
en un día”, recordó. “Un año y medio
más tarde, estaba de vuelta en Nueva York con mi familia, recordando
a toda esa gente que había visto. Seguí pensando que
para muchos de ellos, ese día nunca terminó —su
trauma continúa. Eso desató la idea de hacer una historia
de un superviviente, años más tarde, y de la gente de
su vida que lo empuja a seguir adelante».
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