Por marcela león
Uno de cada cuatro hipertensos sigue las conductas correctas para
evitar una complicación orgánica.
Neuquén > Un corazón enferma por
desamor, pero se recupera con dosis de nuevo amor. También,
como dice el poema “Corazón libre” de Rafael Amor,
puede alcanzar la libertad si no deja de luchar.
Más allá de la poesía, la cuestión cambia
cuando las estadísticas desnudan la cruel realidad: las enfermedades
del sistema circulatorio y del corazón son la primera causa
de muerte en el mundo, y en Neuquén, la segunda luego de los
tumores.
El avance de la medicina, acompañado por las innovaciones científicas
y tecnológicas, logra salvar millones de vidas todos los días.
Sin embargo, la responsabilidad de no enfermar y no morir es absolutamente
individual.
Por esta razón, se estableció el 25 de septiembre como
el Día Mundial del Corazón para sensibilizar a todas
las personas acerca de los factores de riesgo que favorecen las cardiopatías
y los accidentes cerebrovasculares y promover su prevención.
“Desde el punto de vista epidemiológico, podemos dividir
al mundo en dos grandes grupos; los que cuidan su alimentación,
el hábito de fumar, hacen ejercicios regularmente, controlan
factores de riesgo y hereditarios como la diabetes, controlan su estrés
y hasta se toman la vida con calma; del otro lado la antítesis”,
aseguró el doctor Alfredo Muruaga, del Instituto Cardiovascular
del Sur.
“Comparemos el corazón, las arterias, las venas, los
vasos capilares, la sangre con una red de agua; una bomba que distribuye
el líquido por diversas cañerías: la falta de
mantenimiento de la red va acumulando sarro al interior de las cañerías,
se tapan, el agua no llega, y si llega está sucia. La bomba,
el corazón, hace cada vez más fuerza, y entonces se
rompe, se quema y sale de circulación”, describió.
Según datos de una encuesta realizada en Latinoamérica,
el 65% de los argentinos entrevistados desconoce que el accidente
cerebrovascular o “stroke” es la principal consecuencia
de la hipertensión arterial. Por su parte, el 14% de los encuestados
consideró no tener presión arterial elevada porque se
sentía bien y no tenía síntomas, desconociendo
el hecho de que la hipertensión es una enfermedad asintomática
y que requiere control médico para su diagnóstico.
Es así como las estadísticas indican que el 50% de los
hipertensos ignora su diagnóstico. De los que sí lo
conocen, sólo la mitad recibe tratamiento y, a su vez, sólo
el 30% de ellos está bien controlada. Es decir, aproximadamente
uno de cada cuatro hipertensos sigue las conductas correctas para
evitar una complicación orgánica.
Si bien la mayoría de los entrevistados indicó que puede
reducirse el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, el 6 por
ciento señaló el control de la hipertensión como
una de las medidas de prevención. El hecho es que el riesgo
de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta notablemente cuando
una persona hipertensa no controla su presión, ignorando que,
al mismo tiempo, se incrementan los niveles de presión arterial.
Lo que puede desencadenar un desenlace fatal para el enfermo.
Diagnósticos
La hipertensión arterial es la elevación persistente
de la presión arterial por encima de los valores establecidos
como normales. Suele aparecer sin síntomas. Con frecuencia
el diagnóstico se realiza en forma tardía y casual,
cuando los órganos ya están afectados de manera significativa.
El diagnóstico es fácil y de bajo costo. Sólo
se necesita medir la presión en condiciones confiables. Sin
embargo, salvo en los casos en que las cifras son muy elevadas, se
requieren dos o tres mediciones para verificarlo.
Cuando se mide la presión arterial se tienen en cuenta dos
valores: el más elevado se produce cuando el corazón
se contrae (presión arterial sistólica); y el más
bajo se refiere a la relajación entre un latido y otro (presión
arterial diastólica).
Se considera que una persona es hipertensa cuando por lo menos en
3 mediciones sucesivas su presión arterial máxima es
igual o mayor a 140 mm Hg (milímetros de mercurio), y su presión
mínima es igual o superior a 90 mm Hg.
El objetivo principal del diagnóstico precoz es evitar o, por
lo menos, demorar la posibilidad de complicaciones serias: accidentes
cerebrovasculares, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca
o renal que no sólo ponen en serio riesgo la vida, sino que,
en aquellos que sobreviven, pueden provocar defectos invalidantes
que impiden o modifican su capacidad laboral.
Enfermedades
(Cerebrovasculares, isquémicas, hipertensión
arterial, insuficiencia cardíaca)
Segunda causa de muerte detrás de los tumores: 497 muertes
Primera causa de muerte de 65 años y más
Segunda causa de muerte de 45 a 64 años
Quinta causa de 20 a 44 años
Fuente: Estadísticas Vitales 2006 – Sub. Salud
NEUQUÉN
Factores de riesgo en Argentina
Actividad
Física
El 46,2% de la población realiza un nivel bajo de
actividad física.
Peso corporal
El 49,1% de la población presentó exceso de
peso.
Presión arterial
El 78,7% de la población se controló la presión
arterial en los últimos dos años. De éstos, el
34,7% presentó presión arterial elevada en al menos
una consulta.
Colesterol
El 56,8% de la población mayor de 20 años refirió
haberse medido alguna vez el colesterol. El 27,9% de la población
manifestó tener colesterol elevado.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
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