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Por Laura E. Rotundo
Enrique Zuleta Puceiro es líder de la Consultora Opinión
Pública Servicios y Mercados (OPSM).
Las elecciones legislativas, previstas para el próximo 23 de
octubre, fueron el tema central de este reportaje en el que el analista
también da su opinión sobre los temas que merecen un
debate profundo en la República Argentina, por parte de todos
los sectores políticos.
Zuleta Puceiro destacó además, el papel que hoy por
hoy juega la sociedad civil en la recuperación del país.
A tan poquito tiempo de los comicios legislativos, ¿cómo
observa el
escenario de campaña?
Pienso que el escenario de campaña, no está en manera
alguna, definido por dos razones fundamentales. La primera es que
es una elección, por sus características, con un proceso
muy selectivo por parte de la gente, no es una elección de
poder y por lo tanto, no tiene ese componente decisivo que es quién
va gobernar.
Lo que produce esto es que la ciudadanía valore muy diversas
cosas, como la representatividad, características de la oferta
política en general, aspectos programáticos y campañas.
Es una elección que no necesita ni convoca decisiones inmediatas.
El segundo factor que está jugando es que en la República
Argentina se profundizó un gran proceso de fragmentación
política sumado a un nivel importante de “transfuguismo”
político. A la gente le cuesta identificar a qué partido
pertenece, entender cómo están constituidas las coaliciones
y conocer sus características.
Son estos dos factores los que explican porqué la elección
está como en suspenso y, si bien, hay muy poco “no sabe,
no contesta” en los distritos electorales, esto no quiere decir
nada porque la gente aún va a seguir tomando decisiones aunque
hoy diga que va a apoyar a tal o cual fuerza política.
Respecto al oficialismo y a la oposición... ¿cómo
se encuentran
hoy en las encuestas?
El juego gobierno - oposición está muy desdibujado y
no es un factor argentino, es un hecho general de la política
actual y particularmente de los presidencialismos. Si alguien me preguntara
quién es el opositor a (Néstor) Kirchner y no hay oposición,
yo también preguntaría quién es el opositor a
George W. Bush, a Hugo Chávez, a Inacio Lula Da Silva o a Ricardo
Lagos. La verdad es que el juego de la oposición no es muy
claro.
En la República Argentina, ¿son oposición Ricardo
López Murphy y Elisa Carrió? No lo parecen. ¿Es
la oposición el radicalismo? Lo parece un poco más porque
van a haber 42 diputados, siete provincias... lo cierto es que la
oposición al Gobierno está en el propio Peronismo y
de allí que el Distrito de Buenos Aires haya tomado tanta importancia.
Cabe pensar que el duhaldismo, con sus aliados, van a ser realmente
una oposición importante en el caso que éste crezca
o que por lo menos resista la presión a la que está
sometida en la zona bonaerense. En el congreso hubo diversos episodios
recientemente, durante las últimas sesiones que trataron de
hacerse, que han demostrado el juego concertado entre los diputados
duhaldistas y el resto... por lo tanto, creo que hablar de oposición
es una generalización.
Tendríamos que conversar acerca de las oposiciones, visto que
por su propia naturaleza el oficialismo es un movimiento aluvional,
heterogéneo, que reúne a sectores muy diversos... desde
los dirigentes sindicales tradicionales hasta las organizaciones de
derechos humanos y desde ciertos piqueteros integrados hasta un voto
justicialista moderado como el que apoyó a Kirchner ese 22
por ciento en los comicios de abril de 2003.
La realidad es compleja, no sólo en nuestro país, sino
en general -en insisto con esto- en todos los regímenes presidencialistas.
¿Cómo impacta la interna del PJ en la opinión
pública?
La verdad es que tiene muy poca repercusión, ya que las discusiones
del justicialismo son sobre cosas formales y rituales. Una gran parte
del debate, durante casi un mes, fue polemizar acerca de si Evita
viviera, sería de Cristina Fernández de Kirchner o de
Hilda “Chiche” Duhalde y esto tiene que ver con el uso
de los símbolos partidarios y con el ejercicio de ciertas solemnidades,
propias de las campañas... por eso no impacta mucho la interna
en la población.
Creo que en la Provincia de Buenos Aires, por primera vez en sesenta
años, el PJ hace campaña sin recursos. Si uno considera
cómo hizo campaña siempre el peronismo, con un despliegue
enorme de medios materiales, con pagos a proveedores, con planes sociales
y con caravanas, cabalgatas y realmente los recursos eran inmensos.
Hoy es claro que el duhaldismo no tiene esos recursos y también
es claro que el Presidente, por una cuestión de formato propio
del kirchnerismo tampoco los utiliza, aunque los tenga. Son actos
cerrados, fuertemente estructurados y con grandes mecanismos de seguridad,
pensados para la televisión.
¿Qué temas cree que merecen un debate profundo
y urgente entre todos los sectores políticos de nuestro país?
Es indudable que las reformas, llamadas “estructurales”
están pendientes y está claro que, más allá
que esté creciendo el trabajo formal, Argentina atraviesa un
problema de desempleo gravísimo derivado particularmente del
marco regulatorio de las políticas laborales, de las evoluciones
de la jurisprudencia de la política laboral y entonces tenemos
un inconveniente realmente serio en el régimen del trabajo.
También tenemos un sistema muchísimo más grave
y más complicado en materia tributaria, ya que en los últimos
años se ha ido acumulando en el país, capa tras capa,
de políticas de emergencia en materia tributaria e impuestos
que sólo existen en la República Argentina y que castigan
drásticamente a la pequeña y mediana empresa que representan
al único factor generador de empleo posible, no sólo
en Argentina, sino en casi todo el mundo.
Esta temática tributaria mantiene al Gobierno en un estado
de emergencia, ya que un porcentaje muy significativo del superávit
fiscal está ligado a impuestos profundamente distorsivos, por
no decir perversos... como las retenciones a la exportación,
los anticipos de ganancias, el impuesto al cheque. Está pensado
no hacia la producción sino hacia la recaudación.
Por otro lado, en este momento, hay mucha seriedad por parte del gobierno
respecto a la recaudación y por lo tanto, se demuestra que
el sistema gira en el vacío y este es otro gran debate que
está pendiente, sobre la seguridad, que demuestran que cada
vez más combinan más a las mafias, a la política,
a la policía y en general faltan diagnósticos, faltan
planes estratégicos y hay muchas declaraciones y pocas realidades.
Ultimamente, todo lo que enumeré ha hecho eclosión y
se ha colocado en el primer plano de las demandas de la gente, la
cuestión educativa. Ya no es meramente que quien tenía
mejores condiciones educativas, más se quejaba de la educación
sino que también hay una evidencia de que sectores muy importantes
de la ciudadanía están quedando afuera del sistema educativo
y tenemos gente con tres generaciones viviendo en situaciones de emergencia
e incapacidad de acceso a una educación, ya no digo decente,
sino viable a los efectos del trabajo y de la incorporación
al sistema productivo...
También podríamos hablar de la salud, la seguridad jurídica,
la situación del sistema judicial, pero la verdad es que ninguno
de estos temas se puede mejorar, aisladamente, por un solo gobierno
ni por genial que sean sus ministros. Son todos temas que sólo
pueden diseñarse y plantearse, dentro de una perspectiva de
concertación social y política.
Son casi todas políticas que deben hacerse localmente, en el
ámbito provincial y ahí tropezamos nosotros con la situación
del federalismo, que está prácticamente suspendida.
Al no haber un régimen de coparticipación federal impera
la emergencia; esto le conviene a los gobernadores y también
a la Secretaría de Hacienda pero lo cierto es que resulta difícil
pensar en reformas en este campo si no se afrontan el resto de los
cambios. ¿Cómo hacemos un régimen de coparticipación
con un sistema fiscal perverso como el que existe? Lo mismo ocurre
con el sistema financiero y con aspectos muy centrales de la relación
Nación y Provincias.
Yendo puntualmente a la imagen de los candidatos, ¿cómo
se encuentran hoy?
Los candidatos varían según las provincias. Yo creo
que hay 24 plebiscitos, no existe uno nacional. En las provincias,
el voto y la realineación de los partidos tienen que ver más
con la política provincial que con la nacional... sino, no
se explicaría la situación de Neuquén, la de
Corrientes, la de Catamarca o la de Capital Federal. Se puede ir a
cada provincia y demostrar que el eje nacional es irrelevante y que
prima la situación local.
Allí, los gobernadores están muy bien establecidos e
incluso un Gobernador que puede llegar a perder -si bien no hay nada
decidido todavía- es Jorge Obeid de Santa Fe porque, a pesar
de tener una muy buena imagen de gestión, la eventual derrota
tendría que ver con la desaparición de la Ley de Lemas
que privilegiaba a los candidatos justicialistas.
El resto de los gobernadores van a hacer grandes elecciones y lo propio
ocurre con los intendentes que en general tienen buena imagen. Todo
lo que tiene que ver con los gobernadores le da mucha fuerza a las
listas oficialistas y esto se ve también en algunos aspectos
de la “oposición”. Por ejemplo, el radicalismo
realizó su interna abierta en quince distritos y en todos,
triunfó el oficialismo partidario con la excepción única
de Formosa, donde un dirigente de una Organización No Gubernamental
(ONG) como la Red Solidaria logró derrotar al aparato partidario...
pero es un caso aislado. La regla es primacía de los ejecutivos
y, dentro de la oposición, primacía de los aparatos
partidarios oficiales.
Y hablando un poquito más del futuro, pensando tal
vez en el 2007, ¿a qué candidato ve con más proyección
nacional?
No hay duda que la candidatura que más perfilada se encuentra
es la de Carrió. Para hacer esto, la líder del ARI ha
variado sustancialmente -diría que en 180 grados- su diagnóstico
acerca del país y ha iniciado un proceso de recomposición
de alianzas, caracterizado por la incorporación de gente notable
en cada distrito, de raíz netamente moderado, como es el caso
de Enrique Olivera (ex Presidente del Banco Nación).
Todo esto suma cuestiones que la venían debilitando en su diseño
inicial de campaña. Hoy Carrió es una gran líder
de sectores moderados y yo diría que ha dejado de expresar
el centro-izquierda y esto también da que pensar que habrá
un crecimiento en los liderazgos de la izquierda, en los ámbitos
locales... un ejemplo claro es el de Santiago del Estero donde esta
fuerza creció mucho.
También en la Provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal
está más fuerte éste ala política, que
si bien es fragmentada, dividida y autocontradictoria, representa
en definitiva un voto de protesta que encuentra su expresión
en pequeñas fuerzas políticas.
No veo todavía resuelto el problema de la centro-derecha, donde
es evidente que López Murphy tiene dificultades y le toca bailar
con la más fea que es el distrito Provincia de Buenos Aires,
donde el juego de pinzas de las dos raciones del peronismo, prácticamente
está excluyendo cualquier posibilidad del sector que representa.
Sin embargo, estimo que esta cuestión de la centro-derecha
es una cuestión pendiente y que en algunas provincias, este
sector está expresado en los gobernadores, ya sean justicialistas
o de los llamados “frentes cívicos”, que tienen
precisamente la característica de unir radicales, peronistas
y fuerzas de centro-derecha.
Por último, ¿cómo advierte el futuro
político de nuestro país?
No hay que apresurarse en el juicio, pero ciertamente la República
Argentina ha protagonizado últimamente varios milagros.
Uno de ellos, es el de la reestructuración de su situación
exterior que se pensó que iba a ser mucho más grave
y extendida en el tiempo. El segundo hecho, es el milagro de una recuperación
de la política con toda la bronca y el distanciamiento que
ésta sigue produciendo en el ciudadano común, pero lo
cierto es que nadie imagina hoy situaciones que pasen por fuera de
la política.
Todo esto no se explicaría, sin el tercer milagro ocurrido
y el más importante, que es el de la sociedad civil que está
muy recompuesta. Las ONGs ejercen un protagonismo muy grande, la opinión
pública impone sus agendas y veo grandes dificultades de los
políticos para eludir o, de alguna manera, gambetear a una
opinión pública que está muy informada y es muy
responsable.
En este hecho cumplen un gran papel los medios de comunicación
social, más allá de algunos excesos mínimos que
ocurren entrando en política. Están verdaderamente jugando
un papel revolucionario porque están estimulando, formando
e informando una demanda.
La Argentina vive hoy una gran revolución de la demanda. En
otros tiempos, la evolución era desde la oferta... los líderes,
los programas, las plataformas y hasta las ideologías. Hoy
esto se invirtió y la oferta tiene poco que decir frente a
la cantidad y la calidad de demandas que están marcando las
agendas, los tiempos, los cronogramas y las posibilidades de desarrollo
del país.
Esto es muy bueno y es muy parecido a lo que ha sucedido en otros
países, como Italia y España que hoy son modelo de desarrollo
político, precisamente después de haber tenido una revolución
de las demandas (mani pulite o la revolución de las autonomías)
sumado a una gran re-evaluación que la población hizo
del poder local. En Argentina esto es incipiente, pero está
ocurriendo. La gente aprecia notablemente la tarea de los intendentes
y de los gobernadores que son hoy las figuras centrales de las elecciones.
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