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Por Laura E. Rotundo
«Al Presidente Kirchner ésta vez le tocó pasar
al lado de los derrotados, que encabezó Rovira (…). Es
más difícil responder quién perdió que
quién ganó o sacó provecho de la misma, más
allá de los integrantes de la lista del NO y de la mayoría
del pueblo misionero».
«No me parece alentadora la eterna tendencia argentina a saltearse
las reglas, a ventajear continuamente por afuera de la ley y las instituciones.
Ningún país se desarrolló de esa manera y no
creo que vayamos a ser la excepción».
«Creo que no hay un plan económico sustentable, la mayoría
de las medidas económicas que se están aplicando, como
las retenciones a las exLa derrota del Gobernador de Misiones, Carlos
Rovira, es juzgada por la mayoría de la sociedad, como un triunfo
de la democracia y del pueblo argentino.
Facundo Gabriel Galván, profesor en la Carrera de Ciencias
Políticas de la Universidad de Buenos Aires, de la UCA y de
la USAL, dialogó con La Mañana de Neuquén sobre
este resultado manifestado en la provincia norteña y evaluó
además el escenario político general, ante la proximidad
de las elecciones de 2007.
¿Cómo observa la decisión de los misioneros,
manifestada el domingo último?
Todo acto en el cual se expresa libremente la voluntad popular es
un acto para celebrar. Y lo que más rescato del electorado
misionero es que fue un acto en el cual triunfó la democracia,
«a pesar de todo». No hubo prebendas, clientelismo, pagos
colaterales, irregularidades en los padrones o ayudas de última
hora que pudieran torcer los valores morales de los votantes.
En Posadas particularmente, la última medición dio un
índice de pobreza superior al 50 por ciento de su población.
Con mucha más razón tenemos entonces que decir que triunfaron,
sin dudas, los valores y las creencias de los ciudadanos antes que
el asistencialismo oportunista.
En términos políticos, ¿quién
pierde y quién gana con esta derrota del
Gobernador Carlos Rovira?
Además de Rovira creo que los derrotados son aquellos que apostaron
por él durante la campaña. El Gobierno Nacional hizo
una apuesta y en política como en el juego, uno puede ganar
o perder cuando pone las fichas.
Al Presidente Néstor Kirchner ésta vez le tocó
pasar al lado de los derrotados que encabezó Rovira. De todos
modos, no hay que quitar el foco… el principal perjudicado con
el resultado sigue siendo el propio Gobernador de Misiones.
Es más difícil responder quién perdió
que quién ganó o sacó provecho de la misma, más
allá de los integrantes de la lista del NO y de la mayoría
del pueblo misionero. Entre los triunfadores, destacaría al
Obispo Joaquín Piña, que es la figura que más
capital político, en términos de rédito e imagen,
ha cosechado, pero tampoco saca un beneficio directo dado que no tiene
una intención o una vocación política destinada
a competir por cargos públicos en el futuro.
Creo que aquellas figuras de la oposición -desde los políticos
como Roberto Lavagna o Hermes Binner hasta los líderes sociales
como Juan Carlos Blumberg-, que hicieron de Misiones su propio discurso
en los días previos a los comicios, sacan un provecho indirecto.
Como ya dije, la principal figura beneficiada, el Obispo Piña,
es un líder social sin ninguna intención de traducir
ese capital político en votos en futuras elecciones.
¿Cómo modifica o cómo piensa que repercutirá
esta decisión en el escenario de las elecciones de 2007?
Esto es lo más difícil para evaluar. En un principio,
uno advierte un fuerte daño a la figura presidencial y hasta
he escuchado algún análisis donde se especula con una
derrota segura del Presidente en el 2007 a causa de este resultado.
Me parece que es un poco prematuro llegar a conjeturas tan tajantes
y en tan pocos días.
Los comicios de Misiones tuvieron impacto nacional, de eso no quedan
dudas. Que el impacto no fue beneficioso para el Presidente Kirchner,
tampoco quedan dudas. Y que Rovira va a tener que dejar la Gobernación
en 2007 es otra verdad de la cual tampoco quedan dudas.
Ahora… que esto haya desatado una especie de dominó cuyas
piezas ahora empiezan a caer, una tras otra en contra del Gobierno,
en las sucesivas elecciones anticipadas que se realizarán a
nivel provincial antes de la próxima presidencial, eso no está
para nada claro aún. Al contrario, los indicadores económicos
seguirán siendo favorables al Presidente Kirchner durante las
próximas elecciones, por lo que marcan los pronósticos.
Sin embargo, muchos analistas, periodistas y funcionarios sostienen
que el Gobierno no posee un plan estratégico conjunto, sumando
a lo económico un proyecto educativo, social y definido para
mantener el crecimiento que desde 2003 se registra en Argentina. ¿Qué
comentario le merece esta apreciación?
Me parece que es demasiado amplia la pregunta para poder responderla
brevemente. Creo que no hay un plan económico sustentable,
la mayoría de las medidas económicas que se están
aplicando, como las retenciones a las exportaciones o los controles
de precios, ya vienen fracasando en muchos países desde hace
muchos años.
También me parece preocupante que se siga postergando la realización
de un debate, sin anteojeras ideológicas, sobre temas como
el ALCA y sobre los distintos acuerdos comerciales que permitirían
explotar mejor las potencialidades de nuestros productos, la calidad
de nuestros consumos y que nos abriría a otros mercados sin
desmedro del MERCOSUR.
Hay indicadores como los del crecimiento económico que nos
hacen pensar en forma optimista sobre la economía, pero hay
también indicadores preocupantes como los déficit que
están previendo muchas provincias para el 2007. Los incrementos
en los gastos públicos provinciales no se han visto acompañados
por un igual incremento en la recaudación durante este año,
y tampoco hay indicios de que el año que viene -año
electoral- se vaya a recaudar más y gastar menos.
Respecto de lo educativo y lo social me sería prácticamente
imposible llevar adelante una evaluación de cada uno de los
programas que se implementan en cada uno de los distritos. Creo que
hay cosas que se están haciendo bien y hay otras que no. La
situación educativa es preocupante en aspectos tales como el
nivel de agresividad y de falta de hábitos culturales que se
observan en muchos alumnos de colegios primarios y secundarios. Un
país que no apuesta muy fuerte a su educación, es un
país sin futuro.
Respecto de lo social, son graves los casos en los que la realización
de «asistencialismo social» tiene únicamente fines
políticos o se lleva adelante dependiendo del color político
del destinatario. No digo que todo que se está haciendo esté
mal, sino que lo más grave en la variable social es eso, tal
como sucede con las reiteradas denuncias de arbitrariedades en el
reparto de los planes sociales.
En líneas más generales, ¿cómo
observa el panorama político
si hablamos de oposición?
Respecto de cómo repercute esto en la oposición las
cosas tampoco están muy claras. Cabe preguntarse, primero que
nada, como estaba compuesta la lista del NO en Misiones. La oposición
a Ramón Puerta estaba compuesta y apoyada por líderes
con una alta heterogeneidad ideológica -desde los referentes
de la centro derecha local hasta los líderes de la izquierda
misionera y desde el peronismo más cercano a Puerta hasta los
principales radicales del distrito-, alineada detrás de un
líder de unidad provincial indiscutido como demostró
ser el Obispo Piña.
Una alianza electoral de esa naturaleza, no es una alianza pensable
a nivel nacional en el 2007. A mi entender, tampoco sería deseable
una alianza de tal naturaleza dado que ese tipo de alineamiento se
puede lograr para oponerse a cuestiones concretas y con un alto grado
de consenso, como puede ser la necesidad de oponerse una reelección
indefinida. Pero difícilmente pueda concebirse tal heterogeneidad
para una alianza electoral que quiere llevar adelante un plan de gobierno
coherente.
¿A qué figuras destacaría como «posibles»,
para jugar de rivales frente al candidato que represente al kirchnerismo
en los próximos comicios?
Los candidatos que puedo ver como «posibles» son aquellos
que han demostrado alguna voluntad de presentarse como oposición
al Presidente Kirchner. Lavagna, Jorge Sobisch, Mauricio Macri, Binner,
Ricardo López Murphy o Elisa Carrió creo que han manifestado
en diversos momentos su intención de ser candidatos en las
próximas elecciones, o al menos, son hoy por hoy son los mejor
posicionados.
Sin embargo, creo que Lavagna está perdiendo demasiado tiempo
con sus idas y vueltas y que su base de apoyo ha levantado más
críticas que beneficios. También creo que los principales
referentes de la centro derecha especulan demasiado y están
tardando en lograr un acuerdo respecto de los distritos en cuáles
van a presentarse, tal como sucede con Macri y su indecisión
sobre la candidatura en la Ciudad.
¿Y a la UCR?
El segundo partido en términos de recursos institucionales,
que todavía continúa siendo justamente la U.C.R., se
debate entre impulsar a Lavagna, nominar candidatos propios o aceptar
la concertación de los «Radicales K» que son justamente
los que están a cargos de recursos de gobierno, razón
por la cual tampoco cabe pensarlos como una opción sustantiva
contra el oficialismo.
Por último, los referentes de la izquierda, en sus versiones
moderadas y extremas, tienen un grave problema de divisiones y faccionalismos
que los anula, cosa que no es nueva en ese sector del espectro político.
¿Cuál es su visión respecto del funcionamiento
de las instituciones en la República Argentina?
Creo que es preocupante el funcionamiento a nivel general de las instituciones
en nuestro país y no sólo de las instituciones políticas.
En otros lugares del mundo los sindicatos tienen otros roles mucho
más encuadrados en marcos legales sólidos para llevar
adelante sus luchas y sus reclamos. No quiere decir que nuestros sindicatos
no persigan ideales, o que esté mal que busquen beneficios
para sus afiliados, pero en otro lugar del mundo no tienen que cortar
una avenida o levantar barreras de peaje para lograrlo.
Para canalizar los reclamos sociales en los países desarrollados
-institucionalmente antes que económicamente- están
las instituciones. Éstas deben ser las únicas encargadas
de las mediaciones entre las demandas y los tomadores de decisión,
no me parece alentadora la eterna tendencia argentina a saltearse
las reglas, a «ventajear» continuamente por afuera de
la ley y las instituciones. Ningún país se desarrolló
de esa manera y no creo que vayamos a ser la excepción.
En ese sentido, la falta de cumplimiento en el rol de canalizadores
de demandas de los partidos políticos los vuelve grandes responsables
del desgaste institucional que vive hoy nuestro país.
¿Y con qué medidas concretas cree que podría
revertirse ese desgaste institucional que existe en nuestro país?
Creo que justamente debe apostarse a fortalecer las instituciones
en lugar de debilitarlas. Actualmente se está impulsando la
derogación de la ley de internas abiertas y simultáneas
que, en efecto, fracasaron en su implementación. Pero si esa
ley fue fruto de las demandas de «renovación política»,
¿no convendría ponerse a pensar un poco en el por qué
del fracaso, en lugar de extirparlas sin mayor debate?
El hecho de que la gente no se acerque a votar a las internas partidarias
tiene sus motivos y hay que encontrarlos para encontrar las causas
del fracaso de las internas abiertas. La gente no cree en los aparatos
partidarios, en la capacidad de influir con su voto en una interna
y no se involucra porque los siente como cosas alejadas y negativas
a su realidad.
La realidad es completamente al revés, los partidos políticos
son los encargados de llevar nuestras demandas a través de
los cargos públicos para los cuales los votamos, si la gente
se acercara a votar a las internas, en el mismo momento en el cual
se están armando las listas se mejoraría notablemente
la calidad de la representación.
Mucha gente no entiende que la culpa no la tiene la «lista sábana»,
que en última instancia permite cierta proporcionalidad y representación
de las fuerzas nuevas en los distritos grandes, la culpa radica más
en los procedimientos que se utilizan para conformar las listas. Mientras
más nos alejemos de la confección de las listas, más
se va a agudizar el problema de la canalización institucional
de las demandas.
¿Cómo advierte el futuro político de
nuestro país de aquí a corto plazo?
Creo que se vienen momentos muy «moviditos» para
los argentinos, la campaña al parecer ya no tiene un principio
y un fin claro. El gran avance de los medios hace que cada uno de
los actos del Presidente y de los líderes de la oposición
esté siendo juzgado continuamente, de modo que las presidenciales
de 2007 ya se están palpitando hoy pero a medida que nos acerquemos
se va a poner cada día peor.
¿Y a largo plazo?
Somos un país con todas las condiciones para salir adelante
y para lograr un lugar de relevancia a nivel internacional, me parece
que en democracia salir adelante depende fundamentalmente de nosotros,
de la sociedad.
Soy bastante optimista respecto de las potencialidades que tiene la
República Argentina a largo plazo, en todos los planos. Nuestra
democracia ha superado duras pruebas desde 1983 y, más allá
de la profunda gravedad de la crisis que vivió el país
en 2001, la posibilidad de un golpe militar en nuestro país,
por suerte ya es una opción impensada. En comparación
con los demás países de Latinoamérica tenemos
todavía muy buenos indicadores socioeconómicos, estamos
en una zona del mundo donde impera la paz sobre la guerra y carecemos
ya de grandes divisiones societales irreconciliables como las que
impidieron la estabilidad en nuestro pasado reciente y lejano.
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