Daniel Jara fue asesinado a puñaladas
el 9 de abril del año pasado. Para los acusadores, no quedaron
dudas que Maripil fue el autor.
General Roca >
Las abogadas de la familia de Daniel Jara, el joven asesinado de varias
puñaladas en abril del 2006 en barrio Nuevo pidieron ayer que
se condene a Leopoldo Maripil a 15 años de prisión por
homicidio simple, al entender que está acreditada su autoría
del hecho. Durante la lectura de los alegatos, que se realizó
pasado el mediodía en la Cámara Primera del Crimen,
la Fiscalía solicitó una condena de 11 años,
en tanto que la defensa se pronunció por la absolución.
Ante los integrantes del Tribunal, Carlos Gauna Kroeger, Flora Díaz
y Mario Buffi, la abogada querellante Natalia San Miguel solicitó
que se incorpore por lectura la declaración en la etapa de
instrucción de Lorena Maripil, testigo que luego se abstuvo
de brindar testimonio en el juicio. Tras algunos minutos de debate,
los jueces no hicieron lugar al pedido, al considerarlo «violatorio»
de las disposiciones que establecen casos de incorporación
por lectura de declaraciones.
Luego llegó el momento de los alegatos en el marco del juicio
que se le sigue a Maripil, acusado de haber matado de varias puñaladas
a Jara en la noche del 9 de abril del 2006 en barrio Nuevo, a pocas
horas de haberse escapado de la ex Alcaidía y muy cerca del
lugar donde se festejaba el aniversario del barrio.
La querella
La abogada querellante dio a conocer una serie de argumentos surgidos
de los testimonios escuchados en el juicio que a su entender permiten
dar por acreditada la autoría del acusado del crimen. En este
contexto, y teniendo en cuenta además los antecedentes delictivos
de Maripil, su evasión de la cárcel, el intentar escapar
luego del hecho «entorpeciendo el accionar de la Justicia»,
el ser un detenido «problemático» y el haber aplicado
múltiples lesiones a la víctima, San Miguel solicitó
una pena de 15 años de prisión, enmarcando al delito
como «homicidio simple», considerando que hubo dolo directo.
A su turno, la defensora oficial, Gabriela Labat, solicitó
la absolución por la duda de su defendido, al considerar que
no hay «prueba directa» que lo involucre con el crimen.
«No hay secuestro de armas, solo pruebas testimoniales y rumores
o comentarios», indicó, a lo que sumó «la
indagatoria a Maripil en cuanto a que él no tiene nada que
ver con el hecho».
Al referirse a las declaraciones de los testigos, la abogada solicitó
«que se mida con la misma vara los testimonios de la querella
y la defensa». Y se preguntó: «el que tenga un
cuchillo (el acusado) lo hace autor del homicidio de Jara?».
Pero además consideró que el testigo Madueño
«incurrió en contradicciones en forma permanente»,
además de «no poder afirmar nunca que la persona que
vio era Maripil».
En este contexto consideró que la prueba testimonial, de las
características de las obtenidas en el juicio es la «más
endeble», «quedando evidenciadas las dudas en materia
probatoria para enrostrarle (al acusado) el delito de homicidio simple».
La sentencia será leída por los jueces el próximo
el 11 de octubre a las 12,30.
Pruebas, a pesar de los testigos
La fiscalía
y la querella coincidieron en la valoración de las pruebas.
Y hasta en la reticencia de algunos testigos que pasaron por el juicio.
General Roca > La fiscal de Cámara, Irma
Gadano, coincidió con las apreciaciones de la querella al considerar
que «está probado con claridad la intervención
de Maripil» en el hecho, haciendo referencia además a
las lesiones recibidas por la víctima, y el uso de un arma
blanca con la que fue herido de muerte.
En otro punto de su alocución, la fiscal manifestó las
«dificultades de la prueba», a partir de testigos que
se abstuvieron a declarar o que lo hicieron sin brindar demasiados
detalles, ya sea «por su parentesco con el acusado o por temor
a represalias», destacando a su vez el aporte de los testigos
Madueño y Giles.
Luego solicitó la pena de 11 años de prisión
teniendo en cuenta «las características del hecho, el
intento de escapar de la víctima y la persecución de
parte de Maripil con una clara intención homicida, y las lesiones
sufridas por Jara».
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