El Gobierno limitó la venta
de combustible. La población, enfurecida, incendió varias
estaciones de servicio.
Teherán (AFP/ NA y Dpa) > El racionamiento de la
gasolina que entró en vigor ayer en Irán desató
airadas protestas y un gran caos en las gasolineras del país,
frente a las cuales los vehículos formaban interminables filas
de espera.
Tan sólo en la capital fueron incendiadas doce gasolineras, según
el cuerpo de bomberos de Teherán.
La tensión sigue siendo palpable en algunas gasolineras de la
capital, donde los automovilistas enfurecidos se enfrentan en ocasiones
a la policía.
«¡Cañón, tanque, fuego de alegría,
muerte a Ahmadinejad!», llegaron a gritar en el barrio de la capital
iraní.
Irán es el cuarto mayor país exportador de petróleo
y pese a que produce a diario 4,2 millones de barriles (cada uno de
159 litros) de crudo, cerca del 40 por ciento del consumo de combustible
se cubre con importaciones.
Irán padece una insuficiente capacidad de refinado con la que
sólo cubre el 60% de la demanda de gasolina, mientras crece el
parque automovilístico (aumentan las ventas de coches y los viejos
apenas se retiran).
Para cubrir la demanda, el Estado gasta anualmente hasta 7.900 millones
de dólares (5.900 millones de euros).