Los costos de las prótesis
oscilan entre los 600 y los 1300 dólares. El tipo de cambio
también seduce a los extranjeros a renovar su imagen.
Neuquén > La tendencia es mundial, miles
de mujeres visitan los quirófanos motivadas en gran parte por
el deseo de alcanzar una imagen publicitaria, que vende los grandes
senos como la clave del éxito en la vida.
La moda también llegó a la región y seduce a
las neuquinas, con la idea de, «cuantos más voluptuosas
mejor». Sin embargo, las estadísticas señalan
que hace 20 años atrás, el sexo femenino prefería
ocultar aquello que la naturaleza se había adelantado en regalarle.
Cesar Laje, primer cirujano plástico de la ciudad de Neuquén,
explicó: «En mis 30 años de profesión he
visto una reversión de la tendencia. Antes de cada 10 mujeres
que se sometían a una cirugía de mamas, 9 se realizaban
una reducción».
La «hipomastia», nombre con el que se conoce clínicamente
a las mamas pequeñas pudo solucionarse a través de la
incorporación de nuevas tecnologías aplicadas a las
prótesis de silicona.
«La demanda de implantes cobró fuerza en los últimos
4 o 5 años», indicó el cirujano quien agregó:
“La modernización de las prótesis es significativa”.
El mercado cuenta hoy con aproximadamente 20 marcas que ofrecen una
amplia gama de soluciones para mejorar la estética del busto.
Los costos oscilan entre los 600 y los 1300 dólares, cifras
que encarecen la cirugía a nivel local, pero benefician al
extranjero por la diferencia de moneda.
Si bien la mayor demanda de cirugías por parte de los turistas
se vivió con gran auge durante el 2001, el tipo de cambio actual
continúa favoreciendo a algunas mujeres extranjeras con posibilidades
de hacerlo.
“En Estados Unidos por ejemplo, una operación de este
tipo cuesta 12 mil dólares, mientras que en esta ciudad se
puede acceder por un tercio de ese valor”, señaló
el profesional.
La evolución de las prótesis, hace que cada día
aparezcan nuevas ofertas en implantes de mayor calidad.
«Las más modernas están fabricadas con un gel
de silicona. Pueden tener una textura rugosa, lisa o cubierta de poliuretano
y son multicapas. A diferencia de las anteriores, estas cualidades
permiten que en caso de que se rompan, no se derrame el líquido
aceitoso que contienen».
Función-Esteticidad
Si bien se trata de una intervención estética, Laje
resalta el hecho de que “no deja de ser una operación
y merece como tal los recaudos y la información necesaria para
todos los casos”.
Laje explicó que la cuestión estética para un
profesional no pasa por dejar de lado la funcionalidad de los órganos.
Por esto, «cualquier procedimiento que se haga en una mama,
prioriza la función principal, que es amamantar».
Hay una serie de pasos previos y posteriores a la intervención
que las mujeres no pueden obviar si desean aumentar el tamaño,
el turgor, la forma o la proyección del busto.
Como en cualquier operación, el paciente debe encontrarse en
óptimas condiciones físicas y psicológicas.
Para verificar su buen estado de salud, se requiere la realización
de una serie de estudios generales antes y después del implante.
Además el médico determinará en cada caso, dependiendo
de la edad del paciente y de las características de las mamas,
el sometimiento a chequeos especiales como mamografías o ecografías.
Criterio armónico
La entrevista con el médico cirujano tiene como fin “consensuar”
con la mujer, el tamaño de la prótesis que se colocará.
«Lo fundamental es mantener la armonía, el equilibrio
con el resto del cuerpo para que no se note que la mama está
operada», indicó Laje, quien añadió: «Por
eso es importante tener en cuenta la contextura, el tórax,
la altura y las condiciones de cada paciente para seleccionar la medida
correcta».
«A veces la fantasía y la publicidad hacen que se soliciten
cosas que no son compatibles con la figura de uno», señaló.
En cuanto a la determinación de qué tipo de prótesis
se utiliza, por que vía se coloca y en dónde se pone,
queda bajo la decisión del cirujano. «Son cuestiones
delicadas, en las que entra en juego la salud y de las que sólo
conoce el especialista», indicó.
Sectores demandantes
El grupo de mujeres que más consultas realiza por este tipo
de cirugías está entre los 20 y los 45 años.
Dentro de esta franja etárea las mujeres que aún no
han tenido hijos y tienen poco busto como así también
las que ya han amamantado son las que frecuentemente se someten a
estos implantes.
“Dentro del primer sector, la demanda proviene especialmente
de mujeres con muy poco desarrollo mamario, que ocasiona incomodidad
e inseguridad a las mujeres”, mencionó.
En el otro grupo se encuentran aquellas, que después de amamantar
a sus hijos o por pérdidas repentinas de peso, sienten que
necesitan reafirmar y aumentar los senos.
“Habitualmente realizo cirugías a pacientes maduras y
que ya han culminado su proceso de desarrollo físico”,
explicó el especialista.
Si bien existen casos de jóvenes que desde temprana edad desean
realizarse estas cirugías, no es frecuente que se hagan porque
se requiere un desarrollo físico de los órganos”.
Otro parcela femenina que suele visitar el quirófano es el
de las mujeres mayores de 40 años.
«Generalmente vienen por segunda vez porque ya se hicieron un
implante hace 20 años y necesitan mejorar su apariencia».
El recambio de prótesis de silicona se da más que nada
por una cuestión estética. “No es frecuente que
se rompan debido a su composición, pero pueden dañarse
tras sufrir un fuerte accidente”, indicó el cirujano.
Las medidas de las prótesis de siliconas vienen en diferentes
tamaños. Su volumen se mide por centímetro cúbico.
«Las que se colocan frecuentemente son las de 200 y 300 centímetros
cúbicos, aunque se pueden fabricar a guto de cada mujer»,
dijo.
Mito desmentido
A principios de los 90 hubo una declinación en el uso de
las prótesis de silicona, sobretodo en Estados Unidos y en
la comunidad europea. Se creía que este elemento podía
contribuir a la aparición de enfermedades autoinmunes como
la esclerodermia o el cáncer de mama.
Estudios científicos posteriores no han podido demostrar esta
relación y las pacientes con prótesis no sufren mayores
riesgos que cualquier otra mujer a desarrollar posibles enfermedades.
Los controles previos y posteriores que requiere la cirujía
mamaría han contribuido a que enfermedades como el cáncer,
sean incluso detectadas a tiempo.
Sin embargo, necesitan cierta prevención quienes ya padecen
estos tumores.
Qué es una silicona
La prótesis más utilizada y moderna está hecha
de silicona que viene del silicon. El silicon es el elemento más
abundante en la naturaleza y está presenta en varias combinaciones
formando materias como la tierra, el vidrio o las rocas.
Las siliconas son plásticos o polímeros (combinaciones
de silicon, oxigeno y otros elementos químicos). Pueden ser
liquidas, geles o sólidos.
La silicona es el material más compatible para su uso en el
ser humano. Se utilizan en medicinas, dispositivos y preparados médicos.
Se usan en desodorantes, cremas hidratantes, sprays, laxantes. También
para lubricar las jeringas y el interior de las botellas de medicinas
y sueros y en la cobertura de las superficie de válvulas y
marcapasos. La silicona también se emplea en la fabricación
de prótesis de articulaciones, catéteres, drenajes,
prótesis faciales, prótesis de testículo, prótesis
de glúteos y de gemelos, así como expansores tisulares.
«La cirugía me dio más seguridad»
La cirugía ayuda a las mujeres con complejos a recobrar
su
seguridad y autoestima. Además obliga a mantener un control
regular y adecuado de las mamas.
Neuquén > Marta Iriarte es una neuquina,
madre de 2 chicos. Después de amamantar a su último
hijo de 5 años, decidió realizarse una cirugía
de mamas.
«Nunca sentí complejo por mis senos, tenían una
buena medida y estaban acorde con mi contextura», relató.
Sin embargo, tras los embarazos sus senos fueron perdiendo progresivamente
su forma.
Estos cambios llevaron a Marta en el 2002 a consultar con un gran
número de cirujanos sobre las características y las
condiciones de los implantes de silicona.
«Mi mayor miedo eran los rumores que circulaban por la posibilidad
de contraer cáncer de mamá, pero los profesionales de
Buenos Aires y Neuquén con los que tuve oportunidad de conversar
coincidieron y me convencieron con válidos argumentos de que
no era probable tal relación», indicó Marta.
«Después de una gran cantidad de chequeos previos, me
operé y estoy más que conforme con los resultados, porque
puedo hacer una vida completamente normal», expresó Marta,
quien concluyó: «No solo me siento más segura
y femenina sino que además los estudios posteriores que debo
hacerme desde entonces me ayudan a controlar cada tanto mi estado
de salud, chequeo que antes de la operación evadía».
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