«Los inicios fueron duros
porque no estudié para tener una fundación de niños
con cáncer; nació por destino de Dios», dijo Basaur.
Neuquén > «Nacimos por destino de
la vida y desde hace una década atendemos con el corazón».
Esta fue la frase que Pedro Basaur, presidente de Apanc (Amor de Padres
y Amigos de Niños con Cáncer), escogió para explicar
el desempeño de la Fundación que hoy festeja sus primeros
10 años de vida. Una década signada por el amor, la
contención, y el acompañamiento a chicos y familias
de Neuquén, Río Negro y La Pampa.
El surgimiento de Apanc llegó por el padecimiento en carne
propia de uno de sus fundadores, a raíz de la pérdida
de su hijo por leucemia. De ahí en más, el trabajo y
el contacto de Basaur con las personas que padecen esta enfermedad
le es inseparable de su vida cotidiana.
«Todo nació por destino de la vida», comentó
el presidente de la fundación, quien agregó que en la
actualidad se alojan alrededor de 10 chicos, aunque por la fundación
pasaron más de 100 de toda la provincia.
«De todos ellos tengo un recuerdo particular», explicó,
al tiempo que aclaró que «el contacto con ellos es especial.
Uno convive con su vida y con su enfermedad. Por eso recuerdo diferentes
cosas de cada uno de ellos y vivo constantemente su padecimiento».
Contención
La fundación cuenta con una casa albergue, ubicada
en la calle Mendoza 44, donde se hospedan los enfermos y sus familiares.
En el lugar, además de una cama, reciben alimento, acompañamiento
familiar y mucha contención espiritual.
«Desde acá brindamos dos servicios fundamentales, que
son el darle estadía a los enfermos y a sus familiares directos
durante el tiempo de atención, como también acompañarlos
en todo este duro proceso», explicó Basaur, quien también
contó que tienen un servicio de ambulancias que va a buscarlos
a sus casas y los lleva hasta el hospital.
«Es doloroso, muy doloroso. Por eso nuestra función es
la de atenderlos con el corazón. Y ojala que el día
de mañana Apanc no exista más, porque de esa manera
se habrá acabado el cáncer», remarcó.
Comienzos
La Fundación comenzó a gestarse poco antes
de 1997, aunque en su carpeta figura como aniversario oficial un día
como hoy de hace 10 años.
«El crecimiento viene siendo constante gracias al aporte de
muchos vecinos», dijo, al tiempo que explicó que hoy
en Apanc colaboran cerca de 30 personas, quienes trabajan día
a día para engrandecer la función.
Y todos ellos tienen un anhelo no muy lejano: construir seis departamentos
internos y cercar el ingreso a la casa para «lo cual falta muy
poco», adelantó.
«Los inicios fueron duros y difíciles porque yo no estudié
para tener una fundación de niños con cáncer,
sino que esto nace por destino de Dios», expresó, a lo
que acotó: «Acá todos aprendimos a tratar con
las personas y es una función que en el fondo nos gratifica
muchísmo».
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