Por Pablo J. Frizan El
episodio se transmite hoy a las 21 por la señal de cable Universal
Channel. Sobre su cinta “Luna de Avellaneda”, el cineasta
adelantó que se promulgará una ley inspirada en ella.
Neuquén > El lenguaje de televisión
es totalmente diferente al del cine. Los tiempos son totalmente distintos.
Los episodios se filman en poco días, con respecto a los necesarios
para un largometraje, y es un autentico desafío a todo aquel
que se anime a incursionar en ese vertiginoso mundo.
Sin embargo, la realidad es totalmente distinta para el director argentino
Juan José Campanella. Autor de clásicos como “El
hijo de la novia” y “Luna de Avellaneda”, el realizador
se animó una vez más a la pantalla chica con una de
las series que mayor repercusión está teniendo en Estados
Unidos: “Dr. House”.
El episodio, que marcó un record de 27 millones de televidentes
en Norteamérica, en cuestión muestra al protagonista
luego de su regreso de una clínica de rehabilitación.
Obligado por un arreglo con su jefa, debe realizar doble turno. Algo
que su sarcasmo innato y su propio orgullo no tolerará cuando
vea a sus primeros pacientes.
El capítulo se transmite hoy a las 21 por la señal de
cable Universal Channel y se repetirá el próximo domingo
a las 16.
¿Cómo llegó la oferta para dirigir el
capítulo de Dr. House?
En realidad, yo trabajó en la televisión de Estados
Unidos bastante seguido. Soy un director que trabaja bastante y generalmente
tengo la suerte de elegir porque no hago muchos capítulos por
año. Esta posibilidad surgió porque ellos me conocían
por mi trabajo, me llamaron, y yo quise probar. Yo no conocía
la serie, la vi, me gustaron muchos los guiones y, entonces, me prendí.
El capítulo se filmó en noviembre del año pasado,
con varios meses de anticipación.
Sin dar muchos detalles, ¿de qué se trata el
capítulo?
Te puedo decir que es un episodio muy distinto. Es la primera vez
que no hay “enfermedad de la semana”. No es que tienen
que averiguar una enfermedad. Es una cuestión más psicológica.
La introducción es un engañapichanga. Parece que ese
va a ser el caso, pero no lo es.
¿Cómo fue la experiencia del rodaje, teniendo
en cuenta tu
manejo fluido del inglés?
Yo viví veinte años allá, y tuve menos problemas
con el inglés que Hugh Laurie, quien interpreta al doctor House.
Él es inglés y está obsesionado con hacer el
acento americano. Es algo que realmente lo desvela. Te diría
que las tres cuartas partes de su concentración están
metidas en el acento.
Casi como el personaje. Ya es House…
Exactamente. Es un tipo macanudo, muy amable y muy correcto. Tiene
todo estudiado. Mira que es un trabajo difícil porque casi
todo recae sobre él y, particularmente, mi episodio tenía
muchísima letra. Eran siete u ocho páginas por día,
y él venía sabiéndose todo. De todas formas,
el clima de filmación en “Dr. House” es confortable.
En otras series, a veces es más tenso. Pero en ésta,
es muy confortable y el capítulo se filmó en nueve días.
Igual, voy a dirigir otro capítulo en agosto y uno más
para fin de año.
O sea, vas a tener un año muy “House”…
Igual, ahora voy a hacer uno de “La ley y el orden” y,
seguramente, también haré de una serie nueva que se
llama “Reaper” que es un poco como “Los cazafantasmas”.
Tengo ganas de hacer algo con muchos efectos especiales para practicar
esta cuestión. La televisión sirve mucho para un director
para entrenarse en cosas nuevas y en otros lenguajes.
¿Qué preferís más: la televisión
o el cine?
Mira, son dos cosas totalmente distintas y te diría que, cuando
terminó una película, tengo ganas de hacer televisión,
y cuando terminó televisión tengo ganas de hacer una
película. La televisión es cómo jugar al ajedrez
con reloj. El elemento del tiempo es muy importante, lo que lo hace
un juego estimulante en un sentido. Vos tenés que filmar un
guión que tiene entre cincuenta y sesenta páginas en
ocho días, que es la tercera parte de tiempo que se tiene en
cine. Entonces, hay que pensar de otra manera. Eso está muy
bueno. Pero después de un año y medio, me dan ganas
de volver al cine y poder trabajar con más tiempo.
¿Qué proyectos tenés en el cine?
Estoy empezando a escribir un guión para filmar el año
que viene. Tiene algunas cosas de policial y tiene mucho que ver con
mi humor y las cosas que me gustan a mí de gente cotidiana.
Con los Martín Fierro, entregados la semana pasada,
¿cómo te sentiste que te hayan reconocido de esa forma
por “Vientos de agua”, por más criticada que haya
sido la ceremonia?
La verdad que yo no entiendo mucho las críticas al Martín
Fierro. Me llama un poco la atención que gente que se la pasa
criticando use horas de sus programas radiales y de televisión
para hablar del Martín Fierro. Si no tuviera esa importancia,
no le das bola y listo, como pasa con casi todos los otros premios.
Es verdad que hay muchos rubros de los que no puedo opinar por que
no conozco. De radio, yo no escuchó y algunas cosas como noticieros
yo no puedo opinar. Pero, en lo que a nosotros respecta con “Vientos
de agua”, éramos el único programa que no tenía
ninguna estructura que lo apoye detrás y ningún canal
en particular. Es un programa que estaba bastante solo y lo votaron.
No sé, lo criticaran, dirán lo que quieran, pero una
cosa es evidente que es que no responden a ningún tipo de interés
a diferencia de otros premios. Cuando yo digo que responden a intereses,
no me refiero a coimas y nada por el estilo. Lamentablemente, yo que
siempre pugne por premios de la industria y de los pares, me encuentro
que tanto en el cine como en la televisión, nuestras industrias
son chicas. Entonces, se vota a los amigos, como todo el mundo, y
en los emmys la gente del programa vota a sus programas. Pero, la
cantidad de gente votante es tanto mayor que siempre el número
de independientes es muy superior al número de los que tienen
alguna relación con los votados. Acá no. Entonces en
los premios de la industria se los da a amigos y yo, de alguna manera,
creí que esto podía llegar a ser así también,
y me equivoqué.
¿Qué diferencias notables hubo en la transmisión
en España de “Vientos de agua” y la que se hizo
en Argentina?
Acá en Argentina se vio toda y en España no. En un momento,
se pensó que no tenía la audiencia masiva que necesitaba
el programa en España. Se dieron cuenta que se estaba pirateando
muchísimo por Internet y, entonces dijeron “esto es más
para un público como si fuera una película en cuanto
a cantidad de gente”. Es una historia argentina, no es una historia
española. “Protejamos eso, y hacemos un dvd con todo,
una edición muy bien publicitada”. Y de hecho, fue el
segundo más vendido del año de España. “Lost”
fue la primera y “Vientos de agua”, la segunda.
¿Te ofrecieron dirigir Lost?
Una vez me hablaron, porque es la misma gente de un programa que yo
hice el año pasado, «Six Degrees» que acá
no creo que llegué ya que no anduvo muy bien. Eran los mismos
productores y era también de su creador, J.J. Abrams. El problema
de “Lost” es que se filma en Hawai. El compromiso es distinto.
Como yo vivo acá, trató que los compromisos de viaje
no sean de mucho tiempo. Además, no es una serie que yo siga
bastante. Lo que sí sigo y que me encantaría es “24”.
Me conocen todos los que trabajan ahí pero la gran macana es
que, por la naturaleza, es tan continuada y el estilo tiene que ser
muy unificado. No contratan a directores por un capítulo, sino
que dos seguidos es lo mínimo. Tenés que estar dos meses
allá y la verdad es que es un poco duro. Tenés que conocer
mucho la historia. Y en el caso de “House” me mostraron
algunas cosas que se necesitaron para el capítulo en el que
estaba yo, pero son historias que empiezan y terminan. “24”
no es así. Tenés que estar muy a tono con lo que se
está haciendo en el momento.
¿Qué comentarios te han hecho por la calle
la gente que se ha identificado con los personajes de tus películas?
Me ocurre con todas las películas y con “Vientos de agua”.
Son películas que a los que les gustan, les han calado bastante
hondo. Las cosas que podes leer en los sitios de Internet son increíbles.
Con “El hijo de novia”, había parejas de viejitos
que se casaron. Pero, sin lugar a dudas, la que más impactó
tuvo en lo social fue “Luna de Avellaneda”. De hecho,
te doy una primicia. El miércoles que vine, acá en La
Plata, se va a promulgar una ley de protección, de incentivación
y reactivación que se llama la “Ley de Luna de Avellaneda”.
Pegó muy fuerte porque le pegó a la gente de los clubes.
La cuestión de clubes es totalmente argentina. Los clubes,
como Luna, no existen en ningún otro lado del mundo. A todos
los lugares a los que iba tenía que explicar que era esto del
club. Es una cosa muy nuestra. Mi hermano me decía que “El
hijo de la novia” es sobre nuestra madre. A él le pega
tan de cerca como a mí. Pero con “Luna…”,
él que fue presidente de su club, fue más fuerte. Es
lo que me pasa en lo general con las películas, porque también
nacen así. Así las pienso yo, es lo mío. Yo hago
“House” y no es lo mío. Por ahí te va a
gustar el capítulo si seguís la serie, pero no te va
a emocionar.
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