Los xeneizes se impusieron 4 a 2 a
Peñarol y se alzaron con el título de la Liga Nacional
de Básquetbol. Oroná por ahora descartó venir a
Independiente Buenos Aires > La serie
final entre Boca y Peñarol que se definió el martes
a favor de los xeneizes fue seguida con especial interés por
los aficionados del básquet de la región ya que en las
filas del flamante campeón, milita Gustavo Oroná, el
oriundo de la ciudad de Cinco Saltos que se dio gusto de festejar
su primer título en Primera y, además, de ser el goleador
de la final (89 a 81) con 25 puntos.
Oroná es bien conocido en el Alto Valle ya que hizo todas las
inferiores en Independiente club en el que jugó liga A y B
y también en el Deportivo Roca. Este año estuvo muy
cerca de jugar el TNA para el Rojo y es uno de los nombres que los
dirigentes tienen en carpeta para la próxima liga que tendrá
al elenco neuquino otra vez en la élite. «Estoy contento
por el campeonato y también porque se consiguió sin
que fuésemos los favoritos», expresó Oroná
quien siempre manifestó su deseo de volver a jugar en el club
en que se formó deportivamente «aunque por ahora tengo
compromisos en Buenos Aires y en Boca quieren que me quede»
expresó a radio Manantial de General Roca.
Por lo pronto quiere festejar: “Se imaginan, es mi primer título”.
A la hora de rescatar las claves de la victoria en la serie que terminó
4-2, destacó: “Boca ganó porque fue el equipo
más inteligente de la final. Supo llevar a Peñarol a
un terreno incómodo y eso fue decisivo porque Peñarol
se sintió impotente y no pudo resolver, afirmó».
Piccato tuvo mucho que ver en la consagración
Buenos Aires > Para llegar al título,
Boca debió pasar por varias situaciones complicadas, entre
ellas el alejamiento del hacedor de este equipo: Eduardo Osvaldo Cadillac.
La posta la tomó Gabriel Piccato. Los jugadores entendieron
la filosofía del nuevo técnico, se juntaron más,
tiraron para adelante, pasaron por situaciones límites, las
superaron con más garra y temple que básquetbol, pero
hoy pueden estar orgulllosos de haber salido adelante y en estos momentos
codearse con la gloria.
Peñarol fue el dominador de la fase regular, hizo méritos
suficientes para ser campeón, pero enfrente se encontró
con un rival al que no pudo dominar nunca en la serie y que cayó
en la teleraña defensiva que le tendió Piccato, gran
responsable de cambiar la mentalidad al equipo y colocarlo en lo más
alto.
El haber contado con el jugador más valioso (MVP), Leonardo
Gutiérrez, que no anduvo tan bien en la fase regular pero que
explotó en la serie final, fue un plus que tuvo Boca.
Y además contó en la etapa decisiva con rendimientos
superlativos de Gustavo Oroná, un jugador silencioso pero que
aportó a la causa, Jammal Robinson, que fue creciendo poco
a poco para terminar siendo figura, lo mismo que Legaria y el revulsivo
que resultó ser cuando entró Luis Cequeira, todos junto
al intermitente Martín Leiva.
El equipo de la Ribera saborea un nuevo título, que fue conseguido
en buena ley ante un gran rival como Peñarol, que quedó
en deuda a la hora de la verdad.
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