El próximo 30 de diciembre
se cumplirán veinte años desde que la población
impidió la erección de rascacielos en el Parque Central
y salvó el patrimonio y la identidad cultural para las futuras
generaciones.
Casi entre bambalinas, mientras un grupo de jóvenes toman
sus clases de danza y un silencio casi brillante surca los aires del
antiguo galpón del Ferrocarril del Sud, continúan los
preparativos para la próxima reapertura del Museo Gregorio
Álvarez.
Su directora, Gertrudis Rutia, expone las características que
diferencian a este sitio cultural.
“Este museo es patrimonial, tiene una riqueza y una referencia
de todo el territorio neuquino porque nace con la impronta de “Museo
de historia regional”. Las colecciones de arqueología
– continúa Rutia- se remiten a 1942. El museo comienza
en ese año porque se crea la “Sección de historia”
en la antigua gobernación, en base a una colección que
dona en 1946 el inspector de escuelas Daniel Ezequiel Gatica. La colección
es importante porque Gatica la reúne merced a la donación
de maestros y alumnos. En su testamento la dona con el objetivo de
crear un Museo de Historia Regional. Y a partir de esa colección
comienza la historia del “Museo Gregorio Álvarez”.
Cambios en el tiempo
“Luego, en la década del ’70, se hace una investigación.
El Museo nace siendo provincial y es municipalizado en 1993, por eso
nuestras colecciones están reglamentadas bajo la ley de “Patrimonio
Histórico Provincial” –indica Gertrudis Rutia-
donde el municipio tiene una figura tutelar a partir del traspaso.
La riqueza que tienen estas colecciones se ha ido acrecentando a través
del tiempo. La provincia realizó convenios desde la década
del ’70 de investigación con la Universidad de Buenos
Aires. Se editaron, en 1983, publicaciones del arqueólogo neuquino
Jorge Fernando que fue un investigador del gran prestigio.
Estuvo durante 30 años realizando excavaciones en “El
Haychol” y toda la colección de la excavación
que nos habla del poblamiento en Patagonia está en nuestro
Museo. Todo ese material lítico, del período cerámico,
fue pasando por varias generaciones. Todo ese rico acervo arqueológico
lo tenemos aquí en “el Gregorio Álvarez”,
y ese material va a estar en exhibición.”
Gatica, el itinerante
“El museo era conocido por los pobladores de Neuquén
–afirma Rutia- como “Daniel Ezequiel Gatica” hasta
que se le cambia el nombre. Este museo había itinerado por
distintas partes de Neuquén. Comenzó con su primera
sede en la salita de la Escuela Nº 61, después se trasladó
a la vieja casa del escribano Eguren en la calle Brown. Después
estuvo en la calle Santa Fe 163, frente a L U 5. Pero siempre en lugares
alquilados por la provincia. También estuvo en la antigua casona
de los Rosa en la calle Ricchieri. En la década del ’80,
aquí en Neuquén se estaba dando todo un proceso de descentralización
de los ferrocarriles y estos lugares tenían la arquitectura
ferroviaria: el antiguo galpón, la sala de encomiendas, la
sala de cargas. Todo esto estaba siendo descentralizado, comenzaban
las privatizaciones, y estos edificios quedaban inactivos. En el intermedio,
por un convenio, pasan a pertenecer a la Provincia. Había una
intención política –afirma Rutia- de hacer en
todo este sector del Parque Central grandes edificios. A partir de
esta situación la ciudadanía de Neuquén se manifestó
en contra de manera espontánea encabezada por varias personas
defensoras del patrimonio como la arquitecta Montelefor, el señor
Gasowski y tantos otros que no querían que se alterara este
auténtico pulmón de la ciudad, con mucha historia. Fue
tanta la presión que se hizo –indicó Gertrudis
Rutia, directora del Museo Gregorio Álvarez- que estos lugares
se destinaron para uso cultural. Evaluaron que el antiguo galpón
de máquinas le diera lugar al Museo con un edificio definitivo
y bajo una designación declarándolo de interés
cultural. Y la ciudadanía eligió el nombre “Dr.
Gregorio Alvarez” defensor de toda la cultura local aborigen.
Porque su madre era mapuche, su padre español, era un estudioso
de la lengua, de la cultura. Él había fundado en Buenos
Aires la casa de estudios del Neuquén, la revista Neuquenia
donde revalorizaba todo el patrimonio aborigen. El Dr. Álvarez
fue reconocido por sus descubrimientos sobre las propiedades de las
algas del Domuyo. La ciudadanía de Neuquén le dio el
nombre del prestigioso neuquino al Museo y la Junta de Estudios Históricos
lo avaló en homenaje a este pensador y luchador.
Donaron en ese momento un poncho que le había regalado un lonco
al Dr. Álvarez., sombreros de verano, sombreros de invierno
y varios bastones”.
Valor inigualable
Con grandes expectativas en la reapertura del Museo Gregorio Álvarez,
el licenciado Pablo Carballal, subsecretario de Cultura y Turismo
del municipio neuquino, manifestó que el sitio cultural tiene
piezas de valor inigualable.
“Es parte de nuestro patrimonio histórico que hacen a
la identidad no sólo de la ciudad de Neuquén, que es
muy joven, sino también para la identidad de la región,
de la provincia.”
Dotado de piezas arqueológicas y etnográficas con una
antigüedad comprobada de siete mil años, el museo está
en la última etapa de su reparación y refacción.
Todos los servicios sanitarios fueron remozados y se llevó
adelante el mantenimiento imprescindible para evitar que el salitre
deteriore su estructura. Vidrios y vitrales fueron reacondicionados
para que luzcan en todo su esplendor.
“Se ha hecho una tarea de refacción muy minuciosa y estimamos
que en pocos días más estaremos haciendo la reapertura
con un concepto moderno, dinámico, vital de lo que son las
muestras. Nada estático –afirmó Carballal- con
la posibilidad de ir cambiando y diseñando distintas muestras.
Todas referidas a un concepto arqueológico y antropológico
y paleontológico.”
Las muestras a las que alude el licenciado Pablo Carballal son hallazgos
de diversos lugares de la provincia con el fin de reconvertir al museo
en difusor de la identidad de la capital y el interior.
“Confío en que cuando se haga la muestra permanente y
se vea la riqueza de las piezas que tenemos, se podrá hacer
un proyecto de ley o vamos a obtener el permiso necesario a nivel
provincia, para que nuestra cultura se vaya difundiendo y divulgando
en otros puntos de la provincia y del interior del país.”
Importante inversión
Con una inversión estimada en unos 400 mil pesos,
la secretaría de obras públicas del municipio llevó
adelante, hasta el mínimo detalle, la obra civil de refacciones
y remodelaciones en el edificio que formaba parte de la infraestructura
ferroviaria de la Estación Neuquén.
Nuevos centros culturales
Mientras
continúa en estudio la Torre Talero ampliarían la oferta
turístico-educativa en el Paseo de la Costa.
“Lo que se está pidiendo es que se vean las refacciones
que hay que hacerle a la Torre Talero. Porque, por la antigüedad
que tiene habría que tener la certeza que no haya riesgos para
quienes la visiten- indicó el subsecretario de Cultura del
Municipio, licenciado Pablo Carballal- En algunas partes tiene posibilidad
de derrumbe. Unos arquitectos y un ingeniero están evaluando
cuál sería la mejor manera de arreglar la Torre sin
perder la originalidad que tiene. Pero esto va a llevar un tiempo.
También habían hecho tratativas para ver si se la podía
declarar “Patrimonio Histórico de la Humanidad”,
pero no tiene la antigüedad necesaria. El problema es que para
que no pierda la originalidad histórica que tiene, pueda ser
visitada sin que se corra ningún riesgo. Se pueden hacer algunas
actividades en el verano como en “Neuquén Cultural”
que se hace” Danza en la Torre” por la “Escuela
Experimental Contemporánea de Danzas” pero no se puede
ingresar a su interior. Esto va a llevar un tiempo considerable, de
estudio, de evaluación, de factibilidad técnica y requiere
también una inversión muy importante. Estimamos que
el año que viene se empezaría con alguna obra de refacción
porque no se quiere dejar nada librado al azar.”
Temporaria
“Existe la posibilidad de hacer una muestra cultural-artística
que sea temporaria, que no sea fija. En el exterior se podrían
explotar sus bondades, además se va a unir al circuito turístico
del Paseo de la Costa. Se está viendo eso. Se está pensando
un centro cultural también para el paseo de la Costa. La expansión
que ha tenido Neuquén demográficamente, culturalmente
y económicamente hace que se estime que esto va a continuar,
por lo tanto es necesario expandir las fronteras de la cultura.”
Maestro ejemplar
Nació el 28 de noviembre de 1889, en el paraje de Ranquilón,
departamento de Ñorquín. Médico, especialista
en piel, vivió sus primeros años en Chos Malal. En 1904
se trasladó a estudiar a Buenos Aires y en 1910 se convirtió
en el primer maestro nacido en la Patagonia, recibido en la Escuela
Normal Nacional Mariano Acosta. En 1919 se recibe de médico,
en la Universidad Nacional de Buenos Aires, convirtiéndose
nuevamente en el primero, en este caso como médico neuquino
y patagónico.
Investigador incansable, su afecto a la tierra neuquina lo llevó
a comenzar, a los 40 años una enorme tarea de investigación
sobre Neuquén plasmada en los siete tomos de “Neuquén,
su historia, geografía y toponimia”. Escribió
además “El tronco de oro”, “Pehuén
Mapu” y “Neuquén de mi canto” entre otras
de sus obras y fue corresponsal del diario La Nación de Buenos
Aires. . El 11 de octubre de 1986 cerró sus ojos para siempre
a la edad de 96 años. Ochenta días después su
nombre era instalado en el antiguo Museo Regional de la capital neuquina.
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