“Los primeros terapeutas de los
chicos son los propios padres”

 
 
“Los principales síntomas de estados depresivos en los chicos son el decaimiento del humor; conductas agresivas, retraimiento social, bajo rendimiento escolar o trastornos de sueño y de apetito”.
Diversos estudios advierten sobre el alarmante incremento de los casos de depresión infantil en los últimos cinco años. La psicóloga Adriana Paladino enfatiza sobre el comportamiento de los padres como la gran clave.

Disminuir tamañoAumentar tamañoCambiar tamaño  Imprimir Imprimir
 
       
   
   
 

Por Laura E. Rotundo

Según diversos estudios difundidos recientemente, se indica que los casos de depresión se han incrementado en forma notable en los últimos cinco años.
El exceso de trabajo por parte de los padres, que provoca una considerable falta de tiempo para compartir con los hijos, los problemas socioeconómicos que se registran en algunos sectores de la sociedad y la sobreprotección hacia algunos niños, pueden generar -involuntariamente- la existencia de estados depresivos.
La psicóloga Adriana Paladino, en diálogo con La Mañana de Neuquén, asegura que los comportamientos de los padres influyen absolutamente en el resultado de la personalidad de los hijos.

¿Cuáles son los principales problemas que manifiestan los chicos o adolescentes hoy por hoy, cuando llegan a un consultorio?
Las distintas patologías que podemos observar en la clínica hoy en día están relacionadas a un denominador común que es la enorme falla en la comunicación entre todos los miembros de la familia. Éste es un aspecto muy importante que se aborda tanto en forma individual con los niños como con los padres y la familia, en general.

¿A qué razones se atribuye comúnmente esa falta de comunicación
que Usted menciona?

Son temas que están relacionados con factores ambientales, emocionales y de transmisión de pautas disfuncionales de una generación a otra. Dentro de los aspectos ambientales, podemos hablar más específicamente de factores socioculturales y económicos.
Muchos conflictos se generan porque los padres emplean muchas horas del día trabajando y, por consiguiente, pasan muy poco tiempo con sus hijos. Ahí se va instalando la falla en la comunicación.
Es importante también destacar cuáles son las distintas etapas evolutivas por las que atraviesan los chicos, que en muchos casos los padres desconocen.

¿Existen muchas diferencias entre los chicos de un nivel socioeconómico más bajo que aquellos que están mejor en este aspecto?
Por mi experiencia, puedo decir que el abordaje en consultorios es con familias de clase media o media alta.
En los hospitales, donde sí asisten chicos de un poder socioeconómico bajo o muy bajo, se percibe principalmente una carencia afectiva originada en algunos casos por la ausencia o la pérdida de una red “socioafectiva” que los contenga. En este aspecto, existe una pauperización desde todo punto de vista, ya que hay mamás completamente solas, que enfrentan situaciones muy complejas mientras llevan adelante la crianza de sus hijos.
Todo esto, obviamente recae sobre lo que es la evolución psíquica y física de los chicos, siempre en períodos claves como, por ejemplo, el ingreso escolar. En este caso, suelen manifestarse diversas problemáticas, básicamente inconvenientes en el aprendizaje y trastornos de conducta. Además, los chicos púberes o que están entrando en la adolescencia también están ligados a trastornos afectivos, del cual el más grave está relacionado con la depresión, que lógicamente es un estado que debe ser tratado por un profesional.

¿Hay efectivamente más casos de depresión que hace unos años o es simplemente que se le da más difusión al tema?
Es real… definitivamente es más común que hoy se registre una mayor cantidad de trastornos depresivos en chicos y adolescentes que hace unos años atrás. Los casos aumentaron y es muy importante cuando las familias consultan ante la depresión de un hijo o porque observan actitudes preocupantes en él… la principal es el decaimiento del humor. A veces, pueden detectarse conductas agresivas, retraimiento social, bajo rendimiento escolar o trastornos de sueño y de apetito. Éstos son los síntomas más relevantes de los estados depresivos.
Desde mi punto de vista, algo fundamental -y que tiendo siempre a detectarlo en las primeras consultas- es observar el temple anímico familiar. Esto está totalmente ligado al clima afectivo imperante en la casa, ya que hay muchas familias que tienden a tener un afecto con tintes depresivos.

¿A qué edad los estados depresivos suelen volverse más complejos a la hora de tratarlos a nivel psicológico?
El ingreso a la escolaridad primaria es un hito. El niño entra en lo que llamamos la “segunda infancia” y esto implica para él todo un esfuerzo de adaptación, ya que existen nuevas reglas, nuevas pautas a nivel socioescolar.
Sin embargo, el período evolutivo más delicado es el del pasaje de la pubertad a la adolescencia, a los doce o trece años de edad. Todo adolescente, con el ingreso a esta nueva etapa, sufre un proceso de “despersonalización”.

¿Cuáles son las fallas, seguramente involuntarias, que en general
detecta en los padres?

El temor… que es un aspecto evidentemente emocional. El temor es básico, está ligado al miedo y forma parte de la existencia humana. No hay ser humano en la tierra que no haya percibido una vivencia de temor porque esto inherente a toda persona.
Muchas veces el miedo se acentúa excesivamente y muchas veces los padres, por temor a equivocarse y a no saber cómo abordar al hijo, tienden a quedarse un paso atrás. Éste es un aspecto importante… si cometen errores, lo que nosotros como terapeutas tendemos a hacer es darles herramientas a los papás para que se animen a acercarse a sus hijos, aunque el adolescente sea cruel o no responda a las expectativas que tienen los padres.
Personalmente, considero que ante los conflictos de cualquier índole los primeros terapeutas son los propios padres.

¿La mayoría de los chicos manifiesta en su personalidad las mismas fallas que tal vez usted detecta en los padres, por ejemplo en la inseguridad?
Sí, absolutamente y es bastante común, observar también en los últimos tiempos, características fóbicas. En este caso, volvemos al aspecto ambiental, a la inseguridad social y al miedo a que el hijo sea lastimado o que sufra un asalto, etcétera. Siempre se suele sobreproteger al hijo, lo que termina generando reacciones o comportamientos “panicosos”, que lamentablemente inciden negativamente en lo que pueden ser nuevos aprendizajes de adquirir hábitos de autonomía e individuación, que son los aspectos básicos de toda familia.

Actualmente es muy común escuchar que un niño tiene ataques de pánico. ¿Es también porque realmente sucede o porque se le da más difusión a este trastorno?
También es real. Padres muy temerosos y excesivamente sobreprotectores tienden a generar hijos con características fóbicas y en algunos casos con manifestaciones de los ahora tan habituales ataques de pánico.
Hoy hay chicos muy inseguros a los que les cuesta desenvolverse en el medio. Esta puede ser una salida… la otra es que el hijo adopte el camino de la reacción: ante un padre muy temeroso, un hijo reaccionario. Y esta patología es otra totalmente diversa y es la llamada disocial… un joven que se enfrenta a un mundo que considera hostil y amenazador, arremetiendo con las herramientas que sea.

 

 


La Mañana Neuquen
Redacción Cómo anunciar  |  Webmaster
Neuquen - Fotheringham 445 - Teléfono 449 0400
Copyright © 2002-2004 - La Mañana Neuquen - Todos los derechos reservados
 
 
 



Min.: 21°c
Máx.:
37°c
Cielo algo nublado. Vientos moderados del oeste, rotando al sur.
 
 

Energía
Productivo

 


Especiales La Mañana Neuquén

Visite La Mañana Cipolletti

Visite La Mañana Roca
 Transportes Interurbanos
 Guía Profesional
 Teléfonos de urgencia
 Farmacias de turno
 Transporte Aéreo
 Quiniela
 Horóscopo
 
 
 
 
 
 
 

Cine
Teatro
Recitales
Televisión
Videos

 
 

Revista Caras