“Para obtener resultados, las políticas
deben ser sostenidas en el tiempo”

 
 
«El empleo en negro debe combatirse con unidades económicas más eficientes. En la medida que las pequeñas empresas, micro emprendimientos, talleres y comercios puedan funcionar con más eficiencia, va a haber más posibilidad de pagar cargas sociales».
Alejandro González Escudero preside la Fundación Economía y Sociedad (Fundecos) y en diálogo con
«La Mañana de Neuquén» explicó su visión
sobre los desafíos que se deben enfrentar para
continuar creciendo.


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Por laura rotundo

Alejandro González Escudero presidente la Fundación Economía y Sociedad (Fundecos), en esta entrevista con La Mañana de Neuquén plantea cuáles son los desafíos del Gobierno, si éste decide mantener el crecimiento.
Destaca como un problema urgente de resolver la crisis energética y también explica qué es el Índice de Satisfacción Laboral (ISL), una medición creada por la Fundación que coordina.

¿Cómo observa actualmente el panorama económico argentino?
La economía argentina viene manteniendo unas tasas de crecimiento muy importantes y ha recuperado prácticamente todo lo perdido durante la última crisis de fines de 2001 y 2002.
Creo que claramente, a partir de este año, los desafíos que en este aspecto se deben enfrentar no tienen nada que ver con mirar atrás y sentirse contentos porque no estamos en el fondo del pozo, sino en pensar cómo seguimos ascendiendo.

¿Y cómo advierte la postura de la conducción económica para lograr esto?
Yo creo que en este punto, aparecen algunos interrogantes, principalmente porque desde Fundecos estamos convencidos de que el eje central de preocupación tiene que ver con las inversiones para poder seguir aumentando el consumo, tal como se ha venido haciendo hasta este momento y a su vez, para seguir teniendo la posibilidad de dar mayores ingresos a la población.
Respecto de este punto específico, el Gobierno parecería que no tiene una estrategia nítida.

Desde la Fundación que Usted preside, ¿creen que este punto
influiría en que varíe el comportamiento de las principales
variables económicas, en un plazo inmediato?

No, yo creo que el 2006 está asegurado y, a menos que el mundo se vuelva loco, el año próximo también lo está, por lo que no deberían registrarse turbulencias importantes.
Lo que nosotros decimos es que podríamos “parar” el crecimiento y el país se mantendría, pero sin crecer.
De esta forma, estaríamos usando al máximo nuestra capacidad de generar energía, muchas actividades estarían ya en los umbrales de utilización máxima de su capacidad y en ese escenario potencial, tampoco podríamos pensar que los empleados ganen más o que se les aumente más los haberes a los jubilados.
En fin... podríamos detenernos en la situación actual y el país estaría estable.
Si en cambio, se decide seguir creciendo, me parece que haría que detenerse a analizar qué políticas se establecen porque sino empezarían a observarse desajustes y cuellos de botella porque cierta infraestructura no aguanta. De hecho, la crisis energética actual ya no se puede ocultar e incluso puede llegar a profundizarse, pero esto se agrava en la medida que sigamos creciendo.

Y en este contexto, ¿cuál sería el camino a seguir?
Uno posible sería plantearse: como no voy a poder resolver el tema de las inversiones, no crezco más y me conformo con el lugar a dónde llegué y hasta aquí todos contentos. Obviamente, no creemos que esto sea lo mejor pero para lograr otras cosas hay que diseñar políticas que hoy no se ven claras.

¿Cree que deberían realizarse ciertos cambios en el sistema impositivo local y que esto influiría de alguna manera en atraer más inversiones?
Lo que se necesita es claridad en las reglas de juego.
El sistema impositivo argentino sí es distorsivo, pero sobre todo para el lado del consumidor. Pero... ¿por qué lo juzgamos así desde esta perspectiva? Porque como principalmente está asentado en impuestos a los consumos, el consumo de una persona pobre -de ciertos productos básicos- no difiere de una persona rica. Por eso decimos que hay una distorsión que vuelve regresivo al sistema.
En cuanto a que un régimen tributario aliente la inversión, las experiencias en Argentina no han sido demasiado buenas.
Yo creo que para estimularla, desde el Estado, con las herramientas que éste tiene, se pueden lograr muchas cosas...

¿Por ejemplo?
Bueno... la primera cosa sería la que cuesta menos: decir lo que se va a hacer, para luego sostenerlo y “cumplirlo” a lo largo del tiempo... es el principal factor que genera confianza. Esto se manifiesta con normativa estable, leyes que no se cambian, en conseguir un Poder Judicial que funcione eficientemente, en exigir el cumplimiento de los contratos. Las cuestiones que acabo de enumerar no requieren ni mucha plata, ni mucha tecnología... casi se pueden hacer en una oficina, pero hay que tener una gran voluntad que justamente es en lo que considero que el Gobierno falla.
En general, lo que se observa a nivel internacional y de parte del empresariado extranjero es que existe un enorme descreimiento hacia la conducción oficial y existe un fuerte temor de que adopte comportamientos erráticas.

Desde la Fundación, ¿cómo creen que puede combatirse el empleo en negro?
Consideramos que éste se va a combatir con unidades económicas más eficientes. En la medida que las pequeñas empresas, los micro emprendimientos, los talleres y los comercios puedan funcionar con mayor eficiencia, va a haber mayor posibilidad de pagar las cargas sociales.
El empleo en negro obedece a varias causas y a veces es una cuestión de “supervivencia”, ya que si alguna pequeña empresa paga todos los impuestos laborales, no tiene posibilidad de generar algún retiro para el titular... y esto no va a suceder nunca.
Si progresamos y nuestras empresas son mejores, más compañías van a estar en condiciones de incorporar a la economía formal, a sus empleados. La informalidad está asentada, en gran medida, en actividades que no son eficientes. Si cada una de las unidades económicas logra superarse, el empleo en negro iría reduciéndose.
Yo creo que el que tiene el posibilidad de tener a sus empleados “en blanco”, no duda en hacerlo porque hoy el riesgo de tenerlos en negro es altísimo y un juicio laboral puede dejarlo sin ningún patrimonio.

¿Y ustedes creen que el Gobierno se orienta hacia este pensamiento?
Lo que creemos es que en inversión, si bien se están tratando de impulsar algunas obras de infraestructura que son necesarias, el Gobierno destina gran parte de lo que realiza a la construcción de viviendas... lo cual está bien porque hay un problema habitacional en nuestro país, pero también lo primero es una necesidad.
En gran parte, las obras y las inversiones del Gobierno, se deciden con criterios políticos que no siempre coinciden con lo que desde un punto de vista económico es mejor.
En relación con la inversión del sector privado, lo que se hace es lo que mencioné anteriormente... si finalmente establece reglas de juego claras y las cumple, y si el Poder Judicial funciona en forma eficaz, esto provocaría un cambio positivo en la imagen de los Estados nacional, provincial y municipales hacia los inversores.
La incertidumbre existente respecto del comportamiento de los órganos del Estado, hace que la tasa para descontar un proyecto sea mucho más alta. Lo cual genera que un negocio, para que sea “negocio” y se emprenda, tenga una rentabilidad mucho mayor. Esto explica claramente porqué no se registran más inversiones acá...

¿Últimamente cuál ha sido la tasa de interés en nuestro país?
Muy baja, al igual que en todo el mundo. De manera que muchos proyectos que con tasas de interés más altas no son rentables, pasan a hacerlo con una inferior.
Creo que esto es lo que está pasando... los proyectos de inversión en Argentina no son atractivos, en muchos casos, ni para los inversores locales ni para los del exterior.
Sí se debe destacar que la inversión en construcción ha sido atrayente, principalmente para la suntuaria. Ha habido y hay actualmente muchos emprendimientos privados, en Buenos Aires y en distintas localidades de todo el país, que se han volcado hacia esta dirección.
Pero... si bien esto es inversión, desde un punto de vista de la actividad económica, no se considera que sea “multiplicadora”. Sería mejor invertir en industrias, en producción y no en viviendas.

Respecto de la crisis energética, ¿cómo cree que podría revertirse?
Fundamentalmente, creo que deberían acelerarse todas las obras de infraestructura que están proyectadas y que tienen grandes atrasos en el plan energético que hace un par de años anunció el Gobierno.
La otra opción es reforzarlo, a través de volcar la obra pública hacia algo que beneficiaría a todo el país. A veces, éstas se atrasan por razones burocráticas o porque se piensa que poner tal o cual obra en determinado lugar, puede favorecer o perjudicar a algún político, mientras que en este aspecto deberíamos considerar al conjunto.

Por otro lado, ¿cómo creen que podría encararse el problema de la pobreza?
Este índice, afortunadamente, se ha ido reduciendo en Argentina.
Pero este tema puede observarse y analizarse desde distintas áreas. Una bastante interesante tiene que ver con la desigualdad y la corrupción... en general, parecería que a nivel internacional, existe una correlación entre mayor pobreza, mayor corrupción... esto significa que en los países de menos recursos, se registra más corrupción.
En este aspecto, creemos que el Estado podría disminuirla y si esta inferencia se cumple, ayudaría a que bajara aún más la pobreza.

¿Cómo observa las discusiones que últimamente surgen respecto de acceder más fácilmente a los créditos?
En general, si se trata de préstamos a personas físicas, existe un problema en todo el mundo. Para dar crédito se requiere patrimonio o ingresos que puedan ser sostenibles en el tiempo.
Evidentemente, las mejoras que recién comentábamos sobre la inversión y la reducción del empleo en negro, aumentan la posibilidad de que la gente se “califique” como para obtener un crédito. Alguien en blanco puede recibirlo, pero el que está en negro, es muy difícil que lo logre dentro del sistema bancario y tiene que ir a otros lugares.
Yo diría que últimamente el crédito para comprar lo que comúnmente se llama “bienes de consumo durables” ha aumentado bastante, lo que se incrementó muy poco fue el crédito hipotecario. Respecto de este último, es muy poco probable que crezca porque se necesita tener estabilidad jurídica.
La población que está en el sistema laboral formal, ha mejorado -sabiendo que hemos empezado de muy abajo, allá por 2002- en una proporción bastante sus ingresos, debido a que sus ingresos se han incrementado en varias ocasiones porque muchos gremios consiguieron estos aumentos.
La hipoteca de la casa es un tema pendiente... todo lo que ha salido en los últimos meses, en relación a tratar de darle a los inquilinos un crédito hipotecario barato, es como un tanto difícil que llegue a funcionar porque los números no cierran bien como quiere el Gobierno e insisto en remarcar que el marco jurídico es muy endeble y suena muy extravagante, en nuestro país, pensar en plazos de 30 años.

¿Cómo observaría una modificación en el tipo de cambio?
Yo creo que la opción que tomó el Gobierno fue de tener un tipo de cambio alto y coincido en que hay que sostenerlo. Haber hecho eso, significó para la población un enorme esfuerzo e implicó empobrecimiento pero esto se dijo que se hizo con el propósito de favorecer la producción local, la industria nacional, el desarrollo de la actividad económica y el potencial exportador del país.
Con eso sólo no alcanza para conseguir lo que acabo de mencionar pero sin lugar a dudas no se va a lograr si atrasamos el tipo de cambio. Muchos nos hemos visto perjudicados por esta situación porque realmente ganamos menos ahora en moneda dura que antes.
Sin embargo, parece que este esfuerzo tiene un objetivo atractivo. No sé si vamos a llegar, pero lo peor que podríamos hacer es volver a dar otro cambio de rumbo salvaje, ya que para obtener resultados las políticas deben ser sostenidas en el tiempo.

Por último... ¿de qué se trata el Índice de Satisfacción Laboral (ISL) que ustedes crearon y miden en Fundecos?
Nosotros trabajamos en la elaboración del ISL, que es básicamente una medida de la percepción que tiene la sociedad acerca de su situación laboral personal, el mercado laboral y las acciones del Gobierno orientadas hacia el trabajo.
Dentro de las preguntas que hacemos, que conforman el índice, también figuran los comentarios sobre la situación actual, además de analizar luego las perspectivas.
Es un trabajo interesante, que hacemos desde 2002 -año en el cual también creamos la Fundación- y nos parece bastante valioso, ya que no hay muchas mediciones similares.

¿Qué datos arrojó recientemente este estudio?
El ISL del mes de septiembre de 2006, dio -de 0 a 100-, 58, lo cual le marca un incremento del dos por ciento respecto del mes pasado. Al estar arriba de 50, éste indica que está por arriba de lo que es la indeferencia: algo así como que no juzga ni bueno ni malo a su situación laboral. En 2002 este mismo índice daba 34.
Lo que se ha recuperado más es la visión acerca de las políticas del Gobierno. Hace cuatro años, rondaba entre el 15 y el 20 por ciento, hoy alcanza 48, de manera que en la salida de la crisis, la población fue modificando la visión en este punto.
Igualmente, los encuestados evidencian una disociación: por un lado, observan bien la economía respecto de cómo incide en el mercado laboral pero no piensa que hayan políticas demasiado buenas.

 

 


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