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Mendoza (Télam-Diario «Los
Andes») > La tormenta de lluvia y granizo que azotó
el pasado martes el departartamento de Lavalle, al Norte de la capital
mendocina, causó importantes pérdidas en cultivos de frutales
y viñedos, además de los daños materiales en infraestructura
de servicios y habitacionales.
El gobernador mendocino, Julio Cobos, recorrió la zona el miércoles
pasado junto al intendente lavallino Roberto Righi y explicó
que la destrucción fue mayor «por el efecto arremolinado
de los vientos y la tormenta» del martes.
La tormenta que azotó esta zona ubicada a 34 kilómetros
al
Norte de la capital mendocina, tuvo su mayor intensidad a partir de
las 20 de ese día y provocó daños totales y parciales
en techos de más de quince viviendas y galpones de empaque de
ajo.
Los distritos más castigados por el meteoro fueron La Peg, El
Chilcal, Jocolí Viego, Villa Tulumaya, El Vergel, Jocolí,
Las
Violetas y Tres de Mayo.
Cobos dijo que la granizada fue «intensa y violenta», con
piedras «del tamaño de una bolita» que quedaron congeladas
«por el amontonamiento que ha producido el viento en algunos sectores».
Los pobladores comentaron al mandatario que nunca habían visto
algo similar: «Fue como un remolino gigante» y su efecto
se puede apreciar «en los galpones, cuyos techos de chapa están
retorcidos por efectos del fuerte viento».
«La combinación del viento con el granizo, aunque pequeño
en su tamaño, ha destruido toda la parte cultivada por gente
muy humilde de Lavalle que tenía todas las esperanzas cifradas
en esta temporada ya que los melones estaban listos para cosechar, igual
que gran cantidad de pimientos», lamentó Cobos.
Tal como informó el diario «Los Andes», las tormentas,
muchas de ellas acompañadas de granizo y otras de fuertes vientos
que azotaron la provincia en las últimas semanas, provocaron
daños en miles de hectáreas cultivadas. Aunque no existía
información oficial sobre las pérdidas, se barajaban datos
alarmantes que indicarían unas 6.000 hectáreas con pérdidas
importantes, algo así como el 60% de la producción.
La primera granizada se registró el 4 de diciembre y perjudicó,
principalmente, al departamento de Junín, con Barriales como
el distrito más afectado, y la última (aún sin
estimaciones oficiales) en el primer día del año 2007,
en Lavalle. Entre ambos extremos estos fenómenos climáticos
-comunes durante la época estival- también afectaron a
Rivadavia, San Martín, General Alvear y San Rafael.
El primer día del año la tormenta -con piedra y vientos
huracanados de hasta 100 kilómetros por hora- afectó los
distritos lavallinos de La Pega, El Chilcal, Jocolí Viejo, Villa
Tulumaya, El Vergel, Jocolí, Las Violetas y Tres de Mayo.
“Este fenómeno castigó una franja de unos 17 kilómetros
de largo por 5 de ancho”, aseguró Roberto Righi, jefe comunal
de Lavalle, durante una extensa recorrida por las zonas más comprometidas.
En Lavalle
Los cultivos afectados por el temporal alcanzaron a diferentes estratos
productivos, teniendo en cuenta que se vieron comprometidos viñedos,
plantaciones de frutales de pepita, melones y pimientos. Además,
en varios puntos también resultaron dañados casi en
forma total galpones donde se encontraban almacenadas bolsas de ajo
listos para su comercialización.
“Fue un viento fuerte y mucho granizo chico. No se veía
nada”, destacó Mabel Acosta, quien junto a José
Antonio y sus tres hijos “trabajan” esta tierra desde
hace “unos 12 años”. Las casi 3 hectáreas
de parral, en su variedad syrah, estaban apoyados sobre la tierra.
El viento había arrancado los postes y cortado los alambres.
“De acá no vamos a cosechar nada”, comentó
el hombre a ese diario.
La caminata se prolongó por una “alfombra” de hojas
verdes, ramas y algunos racimos. Y frente a una extensa plantación
de melones (de calidad nacional y orgullo de Lavalle) se pudo observar
con más crudeza el daño. Los frutos habían sido
golpeados de tal forma por la piedra que era imposible poder recuperarlos.
Otro tanto ocurrió con una plantación de pimientos,
informó «Los Andes».
Desde la órbita oficial se pidió el auxilio “inmediato”
a la ministra Laura Montero, quien comprometió la presencia
de gente especializada para tratar de levantar el parral. También
se prometió la entrega de semillas para poder revertir las
pérdidas de los frutos.
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