Este desacuerdo de fondo, hace improbable
el gran pacto nacional antiterrorista pedido por el presidente Rodríguez
Zapatero.
Madrid (AFP-NA) > El choque
frontal que el lunes opuso en el Parlamento español al presidente
del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al líder
de la derecha Mariano Rajoy ilustró crudamente sus divergencias
de fondo sobre el medio para terminar con ETA: la política
o la fuerza.
Este desacuerdo de fondo, ampliamente contaminado por especulaciones
electorales, hace improbable el gran pacto nacional antiterrorista
extendido a todos los partidos políticos pedido por Rodríguez
Zapatero.
«Va a ser necesario un cambio en la dirección del gobierno»,
afirmó ayer el secretario general del Partido Popular (PP,
derecha), Angel Acebes, denunciando la política antiterrorista
de Zapatero.
El PP está decidido a sacar todos los dividendos posibles con
un fracaso del proceso de paz iniciado por Rodríguez Zapatero
con la organización independentista armada vasca.
Mariano Rajoy dio el lunes el tono de lo virulenta que será
la campaña electoral que se prepara en España para las
legislativas de 2008, acusando a Rodríguez Zapatero de ser
el «único responsable» del «más grande
naufragio colectivo» registrado en 40 años de lucha contra
ETA.
«Usted cometió el error de creer que el terror se resuelve
a través de la negociación. Al terrorismo o se lo vence,
o se lo sufre», dijo Rajoy.
Negociaciones con ETA
Sin embargo se abstuvo de recordar que la derecha española
en el poder había intentado también negociar con ETA
en 1998-99 o que el presidente del gobierno de entonces, José
Maria Aznar, había públicamente calificado a ETA de
«Movimiento Nacional de Liberación Vasca».
Si bien Rodríguez Zapatero enterró definitivamente el
proceso de paz iniciado tras el alto el fuego permanente decretado
el 22 de marzo del 2006 por ETA, parece convencido de que la acción
de la policía y la justicia no solucionarán por sí
solos cuatro decenios de terrorismo vasco, como pretende la derecha.
E insistió una vez más el lunes sobre el hecho que no
habrá «nunca» negociación con la violencia
como fondo.
La sociedad, también responsable
Rodríguez Zapatero piensa, como una gran parte de la sociedad
y la clase política vasca que, finalmente será la política
la que pronuncie la última palabra.
El domingo había explicado en una entrevista publicada por
El País, que ETA no habría podido sobrevivir durante
40 años sin la «determinante comprensión»
y el «apoyo» que tiene de importantes franjas sociales
del muy nacionalista -violento o moderado- País Vasco.
Es por eso que el proceso de paz abortado preveía una doble
negociación: estrictamente «militar» entre el gobierno
y ETA (sobre el desarme de la organización y la suerte de los
presos) y «política», entre partidos vascos sobre
el futuro institucional de la región.
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