|
Existen otras opciones para controlar
los precios como es la baja de impuestos que beneficiarían al
campo y al consumidor.
Los representantes de más de 140 mil productores, distribuidos
en las zonas más productivas del país pedían
desde hace varios días un paro agropecuario.
La Mesa Directiva de CRA, integrada entre otros por Pedro Apaolaza,
Rubén Osella y Manuel Cabanellas, en representación
de las entidades Carbap, Cartez y Carsfé respectivamente, decidió
escuchar a sus bases y actuar en consecuencia, por eso, el próximo
domingo comenzarán las medidas de protesta, que se estima se
extenderán por una semana.
Podríamos hablar de los motivos, de los por qué de esta
medida. Seguramente se dirá que la disminución a las
exportaciones de carne, las intervenciones en el mercado de hacienda,
incluso con los cereales, son las causas que provocaron e hicieron
posibles las últimas medidas.
Pero vamos a destacar dos banderas, dos posiciones que jamás
se acercaron. Por un lado la postura de ir a un paro agropecuario,
y por el otro la de mantener equilibrado el mercado interno, controlando
la inflación.
Para esta época, todos los años se registran subas en
los precios de la carne y si algo le preocupa al gobierno es justamente
eso, que los precios estén controlados, que la inflación
permanezca estable y que «Doña Rosa» pueda comprar
carne sin inconvenientes, sabiendo que no hay problema de abastecimiento
alguno.
Entonces el gobierno actúa.
Lo hace con todo el peso de su mano, mostrando todo su poder, ya que
no permite que se liberen completamente las exportaciones.
Todo lo contrario, las limita y se lanza a conquistar el mercado de
los cereales, que interviene y complica perjudicando a los pequeños
y mediados productores.
Pero también están las empresas y los trabajadores del
campo, que generan y producen para exportar. Exportar quiere decir
traer divisas al país, poner en marcha una estructura que genera
y, lamentablemente, es castigada y perseguida.
Entonces el gobierno actúa.
Establece precios de referencia para el Mercado de Liniers. Lo hace
en pos del control inflacionario y del abastecimiento interno. Pero
después de registrarse bajas de hasta 20 por ciento en el Mercado,
solo una pequeña parte llegó a los consumidores. El
resto fue a parar a manos de intermediarios que aprovecharon la coyuntura
para ampliar sus ganancias.
Opciones
¿Alguien pensó en otras opciones? En nuestro último
programa hablamos con la Diputada María del Carmen Alarcón
(Miembro del Grupo Pampa Sur), que habló de bajar el IVA a
los alimentos. Solo mencionamos esto como una prueba real de que hay
otras posibilidades, otras ideas que se pueden tomar en cuenta para
no castigar a los consumidores con alzas inflacionarias ni a los productores,
con recortes o prácticas abusivas.
Hoy en día la falta de ideas y la concreción de medidas
poco acertadas por parte del oficialismo provocaron un mayor malestar
en el sector, que al igual que los consumidores y gran parte de la
cadena cárnica está desorientada. Rumbo incierto que
siempre reaviva el fantasma de la antinomia campo - ciudad.
Los productores siempre mostraron su enojo, su disconformidad. La
ampliación al cupo de exportaciones distendió levemente
la relación gobierno – productores, pero en realidad
el paro siempre estuvo cerca. El presidente Nestor Kirchner hizo oídos
sordos a la propuesta de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas)
a una reunión para destrabar el conflicto y limar asperezas,
pero desde el gobierno la política a seguir es muy distinta
a la que los hombres del campo tienen en mente. Por eso la idea del
paro agropecuario nunca se esfumó por completo y ahora es un
hecho.
(Alejandro Cánepa, portal www.agro-noticias.com)
«El paro es político»
El secretario de Agricultura, Miguel Campos, habló ayer por
primera vez del paro agropecuario, en el quinto día de su realización,
al calificarlo de «político y extemporáneo»
y dijo que la medida de fuerza refleja «las internas que existen
en cada una de las entidades» ruralistas.
Campos desechó también la posibilidad que el paro agropecuario
pueda extenderse más allá del lunes próximo,
fecha prevista para su finalización, y garantizó que
no faltará carne hasta ese entonces.
El funcionario comentó que «los números muestran
que la faena cubre perfectamente los días de paro, y por eso
la apuesta de algunos dirigentes fue decir que se prorrogaba».
«Pero en conversaciones informales que mantuve con directivos
de la Sociedad Rural y la Federación Agraria, ellos están
dispuestos a no seguir más allá del lunes», indicó
Campos, en declaraciones a Radio 10.
Además de estas dos entidades, el paro agropecuario –que
comenzó el domingo pasado- es motorizado también por
Confederaciones Rurales Argentinas.
Preferencias
El titular de Agricultura sostuvo además que el campo «está
en en condiciones preferenciales. Por eso, digo: el campo no para.
Los que paran son los dirigentes. Se trata de una medida de fuerza
de tres entidades, totalmente política y extemporánea».
El funcionario destacó que el sector agropecuario «tiene
hoy una rentabilidad excepcional, que no ha tenido en muchos años.
Y no hay que olvidar que los productores forman parte de una sociedad
que tiene un 30 por ciento de pobreza, con lo cual no se justifica
el paro».
«En los 90 desaparecieron 100 mil productores y no se hizo ningún
paro de este tipo, que está reflejando, sin dudas, los intereses
internos de las entidades que lo convocan, y no las necesidades de
los productores», se quejó.
Campos consideró que la medida de fuerza -prevista por un total
de nueve días- refleja las «internas en cada una de las
entidades, que por lucha de poder deben aparecer más combativos
para ir ganando posiciones».
Se recupera el consumo interno
Cada argentino consumió 63,3 kilos de carne durante
este año, registrando un aumento del 1,8% con respecto a 2005.
El informe mensual de la Cámara de la Industria y
Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, Cicra,
permite analizar la puja con el campo.
En un contexto en el cual la producción de carne vacuna se
mantuvo en torno a las 265/270 mil toneladas de res con hueso mensuales
y las exportaciones se ubicaron en torno a 67 mil toneladas r/c/h
por mes, el consumo interno (aparente) también se estabilizó
en un promedio mensual de 200/203 mil toneladas r/c/h.
El análisis es durante los primeros diez meses de este año
en comparación con igual período del año anterior.
La excepción estuvo en agosto, mes en el cual se registraron
envíos a faena superiores a lo normal, provocados por la sequía
en las zonas productoras. En aquel mes, la producción de carne
llegó a 294 mil tn r/c/h y el consumo interno a 237 mil tn
r/c/h.
Cuando se considera el acumulado de enero-octubre 2006, el consumo
interno absorbió un total de 2,054 millones de tn r/c/h, es
decir 2,8% más que en similar período de 2005. En esta
mejora influyó definitivamente el cierre temporario de las
exportaciones cárnicas, ya que las colocaciones externas disminuyeron
más que la producción de carne. En términos comparativos,
en lo que transcurrió del año el consumo interno total
alcanzó el mismo nivel que en los primeros diez meses de 2004.
El consumo interno por habitante se ubicó en 63,3 kilogramos
anualizados en enero-octubre de 2006, quedando 1,8% por encima del
promedio observado en enero-octubre de 2005.
Nuevamente, este guarismo resultó similar al de los primeros
diez meses de 2004.
Precio de la carne vacuna
En octubre el precio de la carne vacuna que releva el Indec para la
elaboración del índice de precios al consumidor (IPC),
registró la séptima disminución consecutiva.
En esa oportunidad, fue de 0,3% mensual, acumulando desde marzo de
este año una reducción de 7,6% (-3,0% entre puntas del
año).
La desagregación de la medición muestra que los cortes
delanteros experimentaron una reducción más significativa
(-9,1%) desde que se estableció el acuerdo de precios entre
la cadena de valor y el gobierno en abril pasado (con el objetivo
de liberar gradualmente las exportaciones).
Por su parte, los cortes traseros acumularon una caída de 7,5%
en el mismo período. En cambio, las menudencias y achuras registraron
un alza de 3,6%, afectadas por cuestiones estacionales. Los semipreparados
en base a carne vacuna registraron una variación de sólo
0,8%.
Todo esto fue posible a partir de la disminución del precio
de la hacienda en pie. Entre puntas del período acumuló
una baja de 11,0%. Ahora, este período hay que dividirlo en
dos partes.
Entre marzo y junio, mientras los envíos al exterior estuvieron
mayormente restringidos, el precio promedio del animal descendió
20,4% (con caídas muy superiores para los novillos pesados
y las vacas conserva, que son categorías de exportación).
En cambio, desde junio en adelante, la reapertura de las ventas externas
(incluyendo la liberación para los cortes provenientes de las
dos categorías señaladas más arriba) y la estacionalidad
que caracteriza a la primavera (la mejora de las pasturas favorece
la retención de los animales en el campo), hicieron que el
precio promedio recuperara parcialmente la caída inicial (12,6%).
Ascenso
Desde comienzos de 2005, cuando se inició el proceso de ascenso
del precio al consumidor de la carne vacuna, hasta octubre de 2006
el valor del animal registró un alza de 14,9% (en pesos) y
en promedio los cortes relevados por el Indec hicieron lo propio en
24,6%.
Por último, la reducción gradual del precio promedio
de los cortes vacunos a partir de abril y la leve recuperación
del precio del pollo (con caídas en mayo y junio, que fueron
más que compensadas a partir de julio), hicieron que el precio
relativo carne vacuna-aviar disminuyera en forma casi continua en
el período considerado. En octubre se ubicó 9,2% por
debajo de marzo, lo que hizo que entre puntas del año acumulara
una caída de 2,1%.
Cayeron 80% los envíos a Liniers
El paro agropecuario se siente en el Mercado de Hacienda de Liniers,
ya que en tres días ingresaron unas 6.000 cabezas de ganado,
un 80 por ciento menos que el promedio de entradas para los lunes,
martes y miércoles, a pesar de la presión oficial. Ayer
jueves no hubo operaciones en este mercado.
En ese período suelen ingresar más de 30 mil animales
al
Mercado de Hacienda, que el miércoles sin embargo se vio despoblado
de vacunos y con caras largas entre los consignatarios.
El miércoles ingresaron 2.634 animales, aportados en su mayoría
por las Fuerzas Armadas y algunos productores que ostentan su cercanía
al Gobierno.
Este ingreso representa menos de un cuarto del número usual
para un miércoles.
Sin embargo, el Gobierno consiguió mantener estables los precios,
pero gracias a que los animales ingresados a la plaza son de baja
calidad y en algunos casos con falta de engorde, indicaron en el recinto
concentrador. Hoy no habrá actividad por ser feriado.
Ejército
Del ganado ingresado, casi 1.800 correspondieron a los envíos
efectuados desde dependencias ubicadas en el interior del país
pertenecientes al Ejército.
Pese a la baja en el ingreso de animales, por el momento se estima
que no habrá desabastecimiento de carne, ya que los frigoríficos
comprometieron su stock, que aumentó en forma considerable
los días previos al paro de actividades.
«Hasta el lunes, cuando termina el paro, el abastecimiento de
carne está garantizado, pero si se extiende la medida se puede
complicar», afirmó el secretario del Mercado, Osvaldo
Macri.
El mercado de Hacienda es uno de los termómetros que mide el
alcance del paro de los ganaderos.
Además de los envíos realizados por las Fuerzas Armadas
se registran otros ingresos de ganaderos que aceptaron la propuesta
del gobierno.
Las tropas enviadas a Liniers procedieron, en más del 80 por
ciento de los lotes, del Comando de Remonta y Veterinaria del
Ejercito Argentino y de la Armada.
Otro 10 por ciento lo aportó la empresa CreSud, vinculada al
grupo Irsa, conducido por Eduardo Elsztain y propietario de algunos
de los shoppings más importantes del país.
El ingreso en las tres jornadas operativas se ubicó en 6.161
cabezas bovinas, que se vendieron a valores muy bajos respecto de
la semana anterior, debido a la falta de calidad y terminación
de las tropas que salieron a subasta en el ente concentrador. (Noticias
Argentinas)
La dependencia del pasto
Mientras rema su posición en la producción frente
a las mejores ventajas que ofrecen los granos, sufre los coletazos
de una sequía que, además de animales, redujo forrajes.
Por otra parte, con la suba del maíz, los ganaderos cada vez
suplementan menos y necesitan pastorizar más. Según
la perspectiva del analista Carlos Marín Moreno, hay una «suerte
de pastorización de la ganadería».
El pasto comenzó a llegar y la tendencia a que reemplace el
maíz es creciente. «Veo que empieza a haber más
siembra de sorgo forrajero, que era una especie abandonada para el
verano. Aparecen las primeras consultas de semillas forrajeras para
sembrar en otoño: la gente quiere hacer rollos para tener en
el invierno y tratar de bajar la necesidad de granos en el momento
en que el campo se achica», detalló. La carne aumentó
en el mundo un 60% en los últimos 20 meses.
|
|