«Baja el rendimiento escolar,
se desinteresan por tomar contacto con otras personas, no se interesan
por nada», asegura un especialista.
Koblenz (dpa) > No se interesan por las diversiones,
no tienen tiempo para los amigos, carecen de apetito para comer: inquietos
por este comportamiento de sus hijos, los padres de familia pueden
llegar a descubrir que, tras estos síntomas, el culpable son
los videojuegos, no las drogas.
La consola de juegos y el televisor pueden convertirse en adicción,
y con muy negativas consecuencias para los niños. «Baja
el rendimiento escolar, dejan de interesarse por tomar contacto con
otras personas, no se interesan por nada», dice Peter Grosch,
director general de un grupo de ayuda a la adicción, de la
Iglesia evangélica alemana en Mecklenburg. Puesto que raramente
salen y se mueven, estos niños suelen sufrir con frecuencia
de obesidad.
En general es difícil discernir cuándo los videojuegos
se convierten en problema. Si con el tiempo los niños no hacen
otra cosa, entonces es claro que se trata de una adicción,
dice Grosch. No obstante, es difícil ver una definición
clara en cuestiones tales como cuántas horas de juego se convierten
en peligro.
«Es importante que los padres se den cuenta de los cambios en
el comportamiento de sus hijos», dice el psicólogo Juergen
Detering. Si el niño deja de hacer sus tareas como de costumbre
o comienza a alejarse de sus amigos, hay ya razón para alarmarse.
Vida
Un estudio hecho recientemente por el hospital Charité de Berlín
reveló hasta qué punto las computadoras están
presentes en la vida de los niños. La encuesta, realizada entre
niños de entre once y doce años, demostró que
el 80 por ciento poseía su computadora propia. Casi el 70 por
ciento de los chicos y el 44 por ciento de las chicas tenían
una videoconsola de juegos. El nueve por ciento revelaba claras indicaciones
de que estaban pasando ante la pantalla más tiempo del que
debieran. Los propios niños se daban cuenta de que ocupaban
demasiado tiempo ante la computadora y que esto les estaba afectando
sus relaciones con sus amigos y su familia.
El sólo hecho de que un niño disfrute jugando en el
ordenador no es causa de alarma. «La fascinación con
los juegos está relacionada con nuestros reflejos», explica
Detering. Los humanos estamos biológicamente programados para
seguir estímulos. «Cuando te sientas frente a la pantalla
de la computadora tienes la sensación de estar involucrado
directamente en algo. Se producen de esta forma más fácilmente
experiencias exitosas que en la vida real».
Diario
Pero esto involucra también peligro. «Esta satisfacción
puede hacer que los niños se interesen menos por los desafíos
diarios de la vida real», apunta el psicólogo. Las amistades,
las aficiones y los deberes implican todos un esfuerzo, añade
Grosch.
A juicio de Martin Zobel, psicoterapeuta de Koblenz, esta nueva forma
de adicción al juego suele ser a menudo resultado de problemas
familiares: «No hay niño con un alto consumo de computación
sin una razón para ello», dice. Especialmente en peligro
se hallan los niños que se sienten descuidados o cuyos padres
están separados, y que carecen de suficiente estímulo
o compañía en casa. «Muchos padres son malos ejemplos
a imitar, puesto que ellos mismos pasan mucho tiempo frente a la computadora
o el televisor». Los padres se alegran de cuando los niños
al menos están en casa, dice Grosch. «Aparte de esto,
no les importa demasiado qué están haciendo los niños
en sus cuartos».
Los padres que tengan la sensación de que sus hijos están
pasando demasiado tiempo ante la computadora deberían abordar
el tema, pero sin formular acusaciones. Si el niño justifica
su computadora a todo precio, ello debería servir de advertencia
adicional, dice Martin Zobel. En todo caso, los padres no deben quitarle
la computadora o la videoconsola. «Las prohibiciones generales
no logran nada», dice Grosch. Aconseja a los padres examinar
los juegos mismos y advertir a los niños de sus peligros potenciales.
Tiempo
Zobel desaconseja que los niños tengan su computadora en su
propio cuarto. Hay que acordar claramente un tiempo sin computadora,
de modo que los niños ocupen su mente en otras cosas. «Es
importante que el niño tenga otras formas de ocupar su tiempo,
algo que lo entretenga y lo conecte con la vida familiar».
Si los padres no saben qué hacer, pueden dirigirse a una consejería
de tratamiento de adicciones o a una consejería familiar. «A
veces ayuda ir allí con los niños», señala
Grosch. «Suele tener más efecto si es un consejero quien
les habla».
Expuestos a la televisión
Neuquén > Si bien los videojuegos pueden
convertirse en una adicción peligrosa para los chicos, a esto
hay que sumarle la adicción de los grandes –y también
los niños- por mirar la televisión. Un estudio realizado
meses atrás en esta ciudad reveló que los neuquinos
pasan entre dos y tres horas y media mirando televisión por
día.
Del estudio se desprenden algunas cuestiones sumamente importantes.
Por ejemplo, quienes más tiempo pasan prendidos frente al televisor
son los chicos de entre 13 y 20 años. Sin embargo, resulta
llamativo que apenas por debajo de ellos se ubican las personas que
tienen entre 36 y 49 años, que pasan poco más de tres
horas diarias frente a la TV.
Finalmente y, realizando una mirada analítica, se puede apreciar
que la diferencia (de horas de exposición frente a la televisión)
es casi inexistente entre las diferentes edades. Los chicos de 13
a 20 años pasan 3.07 horas diarias por día, mientras
quien menos se expone a la TV es la franja de 21 a 35, que pasa un
promedio de 2.88. La diferencia es de nada más que 0.19.
Prevención de la adicción a la
pantalla
1.- Tratar de que el niño se interese en los deportes. De
vez en cuando, apague la televisión y los videojuegos y juegue
con su hijo.
2.- Leále a su niño.
3.- Limite el tiempo para estar con la televisión a dos horas
al día (o menos).
4.- No use la televisión como distracción o como niñera
para los chicos que están en edad escolar.
5.- Si el niño tiene mal desempeño en la escuela, limite
el tiempo en el que pueda ver o estar frente a la TV.
6.-Establezca la hora de dormir sin que se altere por algún
programa que le guste al chico.
7.- Apague la televisión entre comidas.
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