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Por Silvio Ricci
Salieron de la provincia el 25 de diciembre y el 11 de enero
llegaron a la cumbre cargados de anécdotas.
Neuquén> Todos tienen casi o más
de 50 años, y a horas de haber pegado la vuelta, ni se les
nota que hace unos días estuvieron parados en la cima de la
montaña más alta de América, el cerro Aconcagua.
Están enteritos, sus caras más oscuritas por los efectos
del sol cordillerano, pero con el corazón hinchado de orgullo
por haber logrado cumplir el sueño de escalar los 6.959 metros
que tiene este gigante argentino.
Son siete neuquinos los “héroes” de esta aventura
que, para ellos, quedó y quedará grabada a fuego por
el resto de sus vidas. Aunque prometieron volver, “esta primera
vez no se olvida nunca”, confiesan.
Juan Hantusch, Germán Arias, Jorge Álvarez, Juan Carlos
Pereira, Sergio Larenas, Hugo Ramírez y Domingo Gómez
son estos “pibes”, todos integrantes del grupo Andar,
que con un esfuerzo increíble, dejando atrás afectos
irremplazables, se le animaron al Aconcagua que, tras 17 días,
quedó rendido a sus pies.
Un largo camino
Cuando tres de los muchachos “andinistas” (Hantusch, Gómez
y Ramírez) le contaron a La Mañana las miles de anécdotas
luego de su periplo cordillerano, fue inevitable que a uno se le pusiera
la piel de gallina y hasta lo invadiera una sensación de envidia,
pero de la sana -que se entienda-, simplemente por la voluntad que
tuvieron y tienen estos hombres a animarse a algo, que al común
de la gente, y más si uno no es oriundo de esta región,
le parece casi imposible de realizar.
“Estamos un poco cansados”, respondieron al unísono
a la pregunta de cómo estaban, pero sin ocultar la cara de
alegría, por estar de vuelta con los “suyos” y
poder contar sus experiencias.
La marcha hacia Mendoza comenzó el 25 de diciembre, justamente
el día de Navidad, para llegar a la “tierra del sol y
del buen vino” y así preparar la estrategia para domar
al Gigante de América.
La expectativa crecía día a día, y más
cuando comenzaron el recorrido hacia Confluencia a 3.300 metros de
altura. La segunda parada fue en Plaza de Mulas a 4.300 metros, lugar
donde estuvieron entre 7 u 8 días y donde recibieron el 2006.
“Lo que más grabado me quedó de pasar Año
Nuevo allá arriba fue la nieve, algo que nunca había
experimentado en mi vida”, dijo Hugo Ramírez, presidente
de Andar. Pero los tres tuvieron un recuerdo en común muy especial
ese primero de enero, “los seres queridos”, “aunque
ahí arriba y con lo que nos quedaba por “andar”,
no había mucho tiempo para la añoranza”, aclaró
Ramírez. En tanto que Hantusch remarcó: “Éramos
los únicos argentinos entre 50 personas presentes, y saludarte
con gente de otros países en esa fecha es bastante fuerte”.
¡Cumbre!
El próximo destino fue Nido de Cóndores, adonde llegaron
el viernes 6 de enero. Desde ahí estaba todo planeado para
“atacar” la cima del Aconcagua. Pero se sabe que a veces
el clima es traicionero y a menudo juega malas pasadas, y ellos, que
iban sin guías, fueron precavidos y como el viento sopló
muy fuerte, decidieron suspender el ataque.
El sábado 7 el viento fue muy intenso y, tras una comunicación
con la patrulla de la montaña, la cual les anticipó
que el clima “venía embromado”, los siete neuquinos
debieron permanecer en sus carpas para “capear el temporal”,
lo cual demoró el ascenso final a la cima.
Pero el miércoles 11 arrancó con buen clima y sin viento
y ahí, a las 4.10 de la mañana, emprendieron el “asalto
final”. “Tenía mucho frío en los pies, por
suerte salió el sol, si no pegaba la vuelta antes”, confesó
Juan Hantusch, quien a las 15.10 fue el primero en pisar la cima del
Aconcagua.
Él, al igual que sus compañeros, se desplomaron sobre
tierra al poner el primer pie en su soñado objetivo.
“Al llegar arriba le agradecí a Dios y a mis seres queridos
e inmediatamente nos abrazamos todos y lloramos como chicos”,
se emocionó Domingo Gómez.
Y no es para menos, como para no quebrarse, si llegar a la cima del
Aconcagua no es para cualquiera, y menos para estos “siete magníficos”,
que lo anhelaron desde hace meses y lo vieron hecho realidad un 11
de enero de 2006, fecha que jamás será borrada de sus
cabezas.
Emociones y alegrías de un viaje sin
igual
Pasaron por varias sensaciones, desde sentidos homenajes
hasta hechos muy divertidos.
Benedicto Castillo y Gustavo Martín recibieron tributo
por parte
del grupo Andar.
Neuquén > Si bien el ascenso al Aconcagua
fue un desafío personal para cada uno de estos siete neuquinos,
antes de partir hacia Mendoza, no se olvidaron de «su gente».
Ese inolvidable 11 de enero, al hacer cumbre en su objetivo, los andinistas
rindieron un sentido homenaje, colocando una cruz en la cima, a dos
personas muy queridas por ellos, Benedicto Castillo, ex presidente
del grupo Andar, quien falleció hace siete meses, y a otro
escalador, Gustavo Martín, que perdió la vida tiempo
atrás al intentar subir al Aconcagua.
De todo
Si bien el final de esta historia fue feliz, los «siete magníficos»
tuvieron que soportar de todo, desde vientos fortísimos, temperaturas
inferiores a los 20 grados bajo cero, hasta un aseo precario, pasando
por sueños de grandes banquetes y camas mullidas donde dormir
como la gente.
«Teníamos que fabricar el agua, hacer nuestras necesidades
en bolsas especiales y comer lo que teníamos, que en un momento
se acabó y un grupo debió bajar a Plaza de Mulas para
buscar más víveres», contaron los expedicionarios.
Pero a ellos, a pesar de todo, jamás se les borró la
buena onda, «a veces hay uno que otro que se le salta la chaveta,
pero entre todos salimos adelante».
Eso es un verdadero grupo.
25/12
Parten rumbo a Mendoza los neuquinos, que 17 días después
escribirían su propia historia, llegando a la cima del Aconcagua.
75
Fueron los minutos que permanecieron los andinistas de Neuquén
en el techo de América, cuando, en general, la gente se queda
entre 15 y 20 minutos.
15.10
Del miércoles 11 de enero es la hora en que Juan Hantusch,
el primero del grupo, pisó la cima del Aconcagua. El último
llegó 20 minutos después.
11
Fueron las horas que tardaron en llegar desde Nido de Cóndores,
la última parada, hasta lo más alto del Aconcagua.
7
Son los hombres neuquinos que desafiaron los 6.959 metros del Aconcagua:
Hantusch, Ramírez, Arias, Álvarez, Pereira, Larenas
y Gómez.
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