En la última semana, el
servicio de oncología y pediatría del Hospital Castro
Rendón se movilizó al recibir a un muy especial equipo
médico.
Neuquén > Los doctores Verdín Vacunín
y Flora Susana Sana llegan al hospital con sus caras pintadas de blanco
y la sonrisa bien dibujada, mientras los pacientes esperan ansiosos
el diagnóstico que, lejos de preocuparle, los «colma
de felicidad».
El momento crítico es cuando anuncian cuál será
el remedio y confirman que es «mucha risa» y el tratamiento
a largo plazo es la «alegría», esto sólo
es parte de lo que aportaron en su paso por Neuquén los «payamédicos».
La escena se repitió cuando ingresaron también al Centro
de Salud Amuchen Rucá dependiente de Luncec (Lucha Neuquina
Contra el Cáncer). Pelucas de colores chillones, verde, rojo,
violeta, azul componen el punto más saliente de su indumentaria,
amén de las narices rojas de payaso. El guardapolvos blanco
adornado con matracas, collares, colgantes con luces y los indispensables
burbujeros completan el vestuario de un auténtico y reconocido
“payamédico”.
Sana y Vapurín
“Payamédicos” es una asociación sin fines
de lucro que ha tenido como objetivo contribuir con la salud emocional
del paciente hospitalizado -aclara Andrea Romero, una de las coordinadoras
y creadoras del grupo en el país-. Utilizamos recursos artísticos
y psicológicos relacionados con juegos, música, teatro,
técnica de clown, magia y humor.”
José Pellucchio, otro de las creadores y coordinadores del
grupo, aclaró: “Dentro de los objetivos se encuentra
lograr desdramatizar el medio hospitalario demostrando al paciente,
familiares y equipo médico que el humor, la risa y la fantasía
pueden formar parte de su vida en el interior del hospital”.
Otra mirada
En el área de los procedimientos llevados a cabo por los “Payamédicos”
se encuentra la individualización, privacidad y especialización
de sus intervenciones que requieren de la información que brindan
los equipos médicos que incluyen el nombre y la edad del paciente.
Este primer punto permite “personalizar” la intervención.
Además para ellos es muy importante conocer el diagnóstico
médico por cuestiones de higiene sanitaria y posibles limitaciones.
Y otro punto fundamental es el conocimiento de la evolución
de la enfermedad, el estado actual y el pronóstico que incluye
la situación anímica del paciente y de su núcleo
de convivencia.
El trabajo de los “Payamédicos” se realiza en salas
de internación, en terapia intermedia y terapia intensiva.
Para ellos son importantes todos los lugares del área de internación,
por lo cual intervienen también en pasillos, salas de espera,
prequirófano, salas de recuperación posquirúrgica,
habitaciones de los pacientes. También pueden aparecer con
sus burbujeros y sus pelucas multicolores durante estudios o procedimientos
invasivos o donde el equipo médico lo requiera.
Dentro de los datos aportados por los “Payamédicos”
en su visita a la capital neuquina, consignaron la atención
a más de mil seiscientos pacientes adultos en el Hospital de
Gastroenterología Bonorino Udaondo y en el Hospital de Clínicas
José de San Martín de la ciudad de Buenos Aires visitaron
más de mil novecientos niños a lo largo del año
2004.
Intervenciones
Los «Payamédicos» trabajan al lado de la cama,
en el lugar de internación. Una de las premisas es el pedido
que se les hace a los pacientes para comenzar la “intervención”.
En los casos de internaciones prolongadas realizan un seguimiento
teniendo en cuenta principalmente las necesidades del paciente, las
de su familia y las del equipo médico.
Este grupo de médicos-clown aseguran que están preparados
para garantizar el respeto y la confidencialidad que requiere el medio
sanitario y el hospitalario. Para esto se basan en un código
deontológico que nuclea a las distintas asociaciones de payasos
hospitalarios del mundo.
La formación requiere de ellos el dominio de tres áreas
estrechamente relacionadas: artística, psicológica y
adaptación al medio hospitalario.
Desembarcos
Lo que han dado en llamar “de-sembarcos de alegría”
es una de las modalidades que utiliza el grupo para realizar visitas
puntuales a otros hospitales en los que no trabajan habitualmente
y en esa visitan llevan color, alegría y mucho amor, siempre
con su vestimenta característica y la sonrisa permanente.
Entre esas instituciones se encuentra la Casa de Salud Amuchen Rucá,
el Hospital Regional Eduardo Castro Rendón en la ciudad de
Neuquén, y en la Capital Federal en el Hospital de Niños
Ricardo Gutiérrez, el hospital Fernández, la Colonia
Montes de Oca, el Hospital Rivadavia y el Hospital Muñiz.
El auténtico creador
«Payamédicos» fueron los organizadores de la visita
de Hunter «Patch» Adams a nuestro país y lo acompañaron
en una serie de visitas a los hospitales donde habitualmente realizan
sus intervenciones.
El cierre de la visita tuvo su broche de oro en una conferencia en
la plaza Bernardo Houssay. Patch Adams es el creador del método
de compromiso y actitud tan especial hacia los pacientes. El hermano
de Patch, Wildman Adams visitó la Argentina en octubre de año
2004 conjuntamente con payasos de Italia, Holanda y los Estados Unidos
y del Payasospital de Valencia las doctoras «Ana Lista Especial
Especialista» y «Urgencia Tenga Paciencia».
En todo el mundo
Los sitios que siguen las premisas de Patch Adams se están
diseminando por el mundo. En la Argentina están los «Payamédicos»,
Risaterapia en México, Pallapupas en Barcelona y La Sonrisa
Médica en Palma de Mallorca (España), Bolaroja en Perú,
Doctores da alegría en Brasil, Rote Nasen Clowndoctors en Alemania,
Humour Foundation en Australia, Big Apple Circus Clown Care en Boston,
Estados Unidos.
Otra de las actividades donde desembarcan alegría simultáneamente
en varios centros hospitarios de la Capital Federal es la Payamarcha.
La primera fue realizada con la colaboración de artistas invitados
y asistieron más de 100 “payaamigos”. La consigna
fue realizar la actividad caminando por las veredas sin obstaculizar
el tránsito.
Reír, amar y soñar
“Nosotros trabajamos la terapia de la risa –indica el
doctor José Pellucchi, psiquiatra, profesor de teatro, clown-.
Se ha descubierto que la risa libera endorfinas que producen cosas
como reducir el apetito, reducir la ansiedad y hacer desaparecer el
dolor. Ésa es la clave de nuestro trabajo terapéutico.
Tratamos de acompañar al paciente y su familia en ese momento
diferente de sus vidas. Porque una internación trastoca la
funcionalidad de todos los miembros de un grupo de convivencia. Y
quien permanece internado es el que más se tiene que adaptar
a la nueva situación, a las nuevas caras, a los nuevos horarios
y a la invasión de algunos procedimientos médicos”.
Dr. Palín Botiquín, representante
neuquino
Nacido y criado en la capital, el Dr. Pablo Colletti participó
en el desembarco realizado en los centros de salud de Neuquén.
Neuquén > “Mi ingreso a ‘Payamédicos’
fue por casualidad. Por medio de una amiga me enteré de que
había un curso de Teatro en la Facultad de Medicina. Cuando
fui estaban ellos –indica el Dr. Coletti- me interesó
la idea y comencé a colaborar. La idea es que ‘Payamédicos’
siga creciendo de a poco sin perder la modalidad de trabajo. En lo
personal me interesa seguir haciendo de ‘Payamédico’
y la especialidad que seguramente voy a seguir es Pediatría.
Desde luego que después de que termine mi especialización
pienso volver a Neuquén para desarrollar todos los conocimientos
adquiridos y la experiencia.
La visita me pareció muy positiva, vi a la gente muy contenta
con la presencia de los ‘Payamédicos’, con mucha
energía y muy receptivos, muy bien interesados por la propuesta.”
Los médicos-payasos
Neuquén > Los «Payamédicos»
argentinos realizan las intervenciones bajo la coordinación
del «Dr. Verdín Vacunín y la Dra. Flora Susana
Sana». Pero el staff payamédico está compuesto
por egresados de medicina, psicología, asistencia social y
por estudiantes de los últimos años de estas carreras.
«Dra. Agustina Catecolamina, Dra. Endorfina Papacámara,
Dra. Eureka, Dra. Colombina Proteína, Dra. Pastillita, Dra.
Azulina Acquaporina, Dra. Candelaria Boticaria, Dr. Chipamusculovich
Canguros, Dra. Valentina Vitamina, Dra. Filomena, Dra. Lunaria Cóndilo
de Cúbito, Dr. Palín Botiquín, Dra. Petunia,
Dra. Anastasia Nestesia, Dr. Estreptomocus Basilocus, Dra. Lucero
Suero, Dra. Clotilde, Dra. Pipeta Pizpireta, Dra. Fulanina Capsulina,
Dr. Raimundillo Suerillo Grillo», son los encargados de dar
felicidad en el dolor.
La hormona de la felicidad
Los seres humanos tenemos sentimientos de felicidad, tristeza, cariño
o agresividad
Gracias al trabajo de investigación se sabe que existen centros
de placer o de dolor que se activan a través de impulsos nerviosos
y de hormonas.
En 1975 se descubrieron sustancias responsables de las sensaciones
satisfactorias, a las que se llamó “endorfinas”.
Según experiencias realizadas con ratones luego afirmada en
los seres humanos, se demostró que los individuos que producen
baja cantidad de “hormonas del bienestar” tienen predisposición
a convertirse en alcohólicos o drogadictos.
Se comprobó también que situaciones de estrés
sostenido provocan la disminución de los niveles de endorfinas
en sangre. Además se descubrió que existen situaciones
placenteras que estimulan su producción.
La leche materna incluye nutrientes necesarios para el bebé
durante los primeros seis meses de vida y contiene endorfinas que
hacen que el pequeño se sienta feliz.
El amor es uno de los grandes disparadores de endorfinas ya que
este sentimiento desborda la sensibilidad y disminuye los niveles
de estrés y depresión.
La historia del médico-clown llegó
al cine
Robin Williams personificó a Patch Adams el médico-payaso,
creador de la terapia.
Neuquén > Patch Adams quería ser
médico pero también quería ser actor. Sus calificaciones
en la escuela de medicina le observaron negativamente su tendencia
a la «felicidad excesiva». Uno de los profesores de la
facultad sentenció: «Adams si usted quiere ser payaso
trabaje en un circo». Pero Patch se decidió a combinar
sus dos vocaciones, paciente y doctor, en un instituto mental.
Para Robin Williams, protagonista del film, Patch es una «anomalía
extraña, increíblemente justa. Usa camisas con flores
con un colgante que de vez en cuando hace ruido. Es una persona diferente;
es un médico dedicado y apasionado por la salud de sus pacientes.
Creo que nunca deseó ser parte del sistema, por eso tuvo que
crear un nuevo sistema.
Patch trabajó en la universidad de Virginia entre los años
’60 y ’70, luego creó su propio instituto «Gesundheit»
dedicado al ejercicio de una medicina personalizada y comprometida
con el paciente.
El director del film Tom Sha-dyac dijo que «Patch intenta descubrir
qué incidencia tiene su compromiso y atención paternalista
con los pacientes. Y se da cuenta de que logra que aumenten sus niveles
de endorfina y el deseo de recuperarse».
Adams explica sus prescripciones de humor y por qué él
está dispuesto a vestirse como un mono, llenar una habitación
con globos o una palangana con tallarines con tal de obtener una sonrisa
de sus pacientes, mantener una conexión espiritual o provocar
un instante de alegría en un enfermo. La compasión,
el compromiso y la empatía son las bases de la filosofía
de Patch, tan importantes como remedios al igual que los más
grandes adelantos tecnológicos. Pero pocos compartieron inicialmente
la filosofía del Dr. Patch. El decano de la Universidad se
opuso a sus métodos, mientras sus compañeros lo consideraban
infantil.
Finalmente Patch encuentra su lugar en la sala de los niños,
donde sus ayudas divertidas, fuera de lo común, son el bálsamo
para los miedos de los pequeños.
La sabiduría convencional no es la filosofía de Patch
sino el luchar, permitiéndose como médico ser vulnerable,
con la idea que servir a los demás. Para él esta es
la mejor manera de combatir los problemas propios
En la actualidad sabemos sobre las endorfinas y la importancia de
la mente en el proceso curativo. Ese conocimiento no existía
antes de los años ’70 cuando Patch armó su filosofía.
Él es realmente un pionero en el descubrimiento de los valores
medicinales de la risa y de la tolerancia.
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