El dato no se refleja en la participación
en la iglesia tradicional. Las nuevas religiones y cultos abrieron
otro espacio de creencia.
Neuquén > Los neuquinos creen en Dios.
El dato lo revela una encuesta realizada por Eco Consultores en esta
ciudad en la que el 92,5 % de los 320 entrevistados manifestó
su fe en el Señor.
En esta capital, sólo el 6,5 % negó la existencia de
Dios.
¿Cuáles son las causas de estos datos contundentes que
demuestran un incremento en la creencia de la gente en los últimos
años?
Una primera mirada puede orientarse al fenómeno post-crisis
de 2001 con la caída del gobierno radical de Fernando de la
Rúa, cuando los argentinos sufrieron una merma importante en
su nivel de vida.
Esto generó que muchas personas ante los padecimientos se aferraran
más a su fe y en muchos casos, a nuevos cultos, que a veces
hasta prometen la sanación de enfermedades y la bonanza económica.
No es menor el tema de la introducción que tienen estas novedosas
religiones en los medios de comunicación y propaganda. Cientos
de canales de televisión y radios tienen en su programación
nocturna a guías de estos cultos que prometen soluciones a
todos los problemas. Incluso ya existen emisoras que en toda su grilla
tienen productos orientados a los creyentes.
Necesidad
Estos guarismos no sorprendieron a los clérigos consultados,
quienes aseguraron que existe una necesidad en las personas de contar
con un Dios que las guíe.
Además, se mostraron gratificados por los resultados aunque,
en algunos casos, observaron con preocupación esta diferencia
entre la creencia y el acercamiento de la gente a la iglesia.
A pesar del altísimo porcentaje de credo, esta cifra no se
traduce en la participación activa de las personas a la iglesia,
principalmente a la católica, que es la que se profesa como
primera religión en la mayoría de los países
occidentales.
Se estima que en Argentina entre el tres y cinco por ciento de las
personas concurren a misa o colaboran en actividades parroquiales.
En contrapartida, se incrementó el caudal de concurrencia a
las miles de iglesias evangélicas y de otros cultos que, según
comentó el obispo neuquino Marcelo Melani, permiten a las personas
una atención más personalizada.
Estas entidades le dan la posibilidad a los fieles de un trato con
más próximidad sentimental.
En esos reductos el pastor o el guía conoce el nombre de la
persona que asiste, sabe cuál es su familia, el trabajo que
tiene y cuáles son sus necesidades no sólo espírituales
sino también las materiales.
En este sentido, desde la Iglesia Católica explicaron que esta
situación puede ser una de las causales de la merma de la participación,
aunque destacaron el gran números de cristianos que acompaña
las peregrinaciones.
Una de las cuestiones a resolver en los próximos años
es cómo se comportarán estos porcentajes cuando el país
tenga una salida a la crisis.
Si la gente creerá menos es una de las preguntas. Si volverá
a la iglesia tradicional es otra. Una respuesta también nos
la dará cuando encendamos la TV por la noche y observemos cuántos
programas hay de esos que prometen la salvación a las personas.
Religión personalizada: ¿un sacerdote
delivery?
Neuquén > Uno de los temas que se desprende
del acercamiento de los neuquinos a los nuevos cultos -según
coincidió el obispo Marcelo Melani- es por la personalización
del guía espíritual, quien conoce con detalles la vida
del fiel.
Sobre este aspecto, Melani explicó que la iglesia católica
tiene la desventaja de la masividad en el trato con los fieles.
En cambio, los pastores evangélicos consultados mencionaron
que en los últimos años aumentó la cantidad de
personas que visitan sus templos.
Ante esta situación, una de las cuestiones que deberán
resolver los religiosos tradicionales es cómo acercar nuevamente
adeptos a la Iglesia católica.
Una de las soluciones podría ser la prestación de un
nuevo servicio.
Alguien se imagina llamando por teléfono para pedir contención
espirirual. En una de esas un cura delivery le puede traer la paz
necesaria para afrontar las dificultades de la vida moderna.
Las peregrinaciones a la cabeza
En Argentina y esta región, las nutridas caminatas
religiosas reflejan la creencia de la gente.
Neuquén > Las masivas concurrencias a
peregrinaciones refuerzan la idea de que los argentinos creen en Dios.
Ejemplo de esto es la conocida «caminata a Luján»
y visitas a su basílica, y las excursiones a San Nicolás
de los Arroyos, en las que decenas de miles de personas profesan su
fe religiosa.
En el caso de esta región, miles de neuquinos peregrinan todos
los años al santuario de Ceferino Namuncurá en Chimpay,
en la vecina provincia de Río Negro, donde los fieles renuevan
sus esperanzas espirituales.
Otra caso fue cuando se conme moró el día de San Cayetano.
Una nutrida columna de fieles caminó desde la Catedral de esta
ciudad hasta la capilla del Parque Industrial.
En aquella jornada, todos manifestaron su devoción al hombre
del pan y trabajo, a pesar de la lluvia y el frío que acompañó
la movilización, pero que no pudo con la fe de la gente.
«Colmar las inquietudes del hombre de
hoy en día»
El obispo neuquino, Marcelo Melani, postuló una solución
para acercar a la gente a participar activamente en la iglesia.
El prelado mostró su preocupación por la baja
participación activa de los ciudadanos en actividades religiosas.
Neuquén > “En la vida moderna, como
decía Juan Pablo II, las personas tienen un ansia de Dios,
hay una búsqueda de él en el corazón de la gente”,
disparó el obispo Marcelo Melani ante la consulta sobre el
alto caudal de creencia religiosa de los neuquinos.
En este sentido, sostuvo que “el hombre no puede vivir sin tener
a Dios presente en su vida” y se lamentó porque estas
cifran no se traducen en la participación activa de los ciudadanos
en la iglesia católica.
Además, Melani se alegró por los números ya que
expresó que “en las estadísticas nacionales da
un 80 por ciento”.
Sobre la cada vez más escasa concurrencia de la gente a misa
y la baja participación en actividades religiosas, el obispo
sostuvo que el hecho de que los argentinos no se acerquen a la iglesia
“por ahí, quiere decir que el dios que profesamos no
es el que ellos sienten y la iglesia le presenta otro”.
Colmar inquietudes
Para Melani, una de las soluciones para frenar este desinterés
por la participación y reflejar la fe de las personas en la
llegada a la Iglesia “puede ser presentar una imagen de Dios
que colme las inquietudes del hombre de hoy en día”.
“Me parece que tenemos que transmitir un Dios más comprensivo,
por ahí estamos presentando uno muy abstracto en el mundo de
la cibernética y las computadoras”, explicó el
religioso.
Además, reivindicó las peregrinaciones que se realizan
en este país y convocan a miles de fieles que expresan su fe
y esperanza en ellas.
«A veces se cree en Dios y no en
nosotros»
El obispo Luis Agüero no se sorprendió de las
estadísticas y remarcó que existe una diferencia entre
el creer en Dios y creer a Dios.
Neuquén > Monseñor Luis Agüero,
obispo de la Iglesia Misionera de Evangelización Católica
y Apostólica no Romana de esta ciudad no se asombró
al conocer los altos porcentajes surgidos de la encuesta realizada
por ECO consultores y calificó a esta provincia como “netamente
cristiana”, con ciudadanos creyentes y muy allegados a la palabra
de Dios. Además, remarcó que no es lo mismo creer en
Dios que creer a Dios.
“Neuquén es una provincia cristiana que cree en Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aquí predomina ampliamente
el cristianismo dividido en iglesias católicas y evangélicas,
pero con una amplia mayoría entre los cristianos”, mencionó
el obispo Luis Agüero.
“Insisto mucho en que no sólo tenemos que creer en Dios
sino creer a Dios. Hay una gran diferencia entre el ‘en’
y el ‘a’”, agregó.
El monseñor del barrio Alto Godoy, del Oeste neuquino, expresó
que no todos tenemos en claro esa diferenciación y ahí
entra en juego el problema de la verdadera creencia. “Cuando
creemos a Dios creemos a su palabra; en nuestro caso, los cristianos,
hemos tomado como palabra la Biblia y la tomamos como de él
y la hacemos nuestra, lo cual nos alimenta la fe y nos entrega confianza.
Creer en Dios es que existe un Dios pero él está allá
y yo acá”, remarcó.
“Ésta es la idea -continuó- de aquella persona
que se justifica, pero se mantiene a distancia y mezcla las cosas,
como por ejemplo, gente que cree en Dios y a la vez en la reencarnación
o en la magia negra; entonces son, seguramente, las personas que no
conocen ‘a’ Dios.
Al momento de seguir ejemplificando la realidad de un creyente en
Dios, Luis Agüero dijo que “a veces se cree en él
pero no tanto en nosotros y la institución. Ése es otro
claro ejemplo del que no conoce ‘a’ Dios”.
“Las iglesias no dejan de ser una institución formada
por hombres llenos de debilidades y bautizados en unidad, donde nos
reunimos para pedirle a ese Dios que él sea quien nos influencie,
y a través de su palabra llegar a comprender y entender las
diferentes equivocaciones que realizamos habitualmente”, aseguró.
Por último, el obispo se refirió al encuentro de la
gente, la iglesia, Dios y la concurrencia a esta institución.
“Todo depende de la presentación y cómo nos encontramos
con Dios. A veces necesitamos tener un encuentro particular, en paz
e íntimo, alejándonos del bullicio y el ruido, y elegimos
presenciar ese encuentro a solas; mientras que en otras oportunidades
preferimos las asambleas, donde todos los cristianos se reúnen
para agradecerle, pedirle lo mejor a él”.
La calle opina
Lílian Peña, barrio 192 Viviendas.
“Creo en Dios, pero también respeto a todas aquellas
personas que tienen una ideología religiosa distinta a la mía”.
Alberto Salazar, barrio Unión.
“Yo considero necesario creer en Dios aunque reconozco que soy
una persona que no asiste con frecuencia a la iglesia. Considero,
además, que esta provincia se caracteriza por una fuerte fe
cristiana”.
Jaquelina Ortiz, barrio Belgrano.
“Considero que esta provincia es cristiana, pero no creo que
llegue a una cifra tan elevada como decir que el 92,5 por ciento de
nosotros creemos en Dios”.
María Cheuquel, barrio Gran Neuquén.
“Creo en Dios porque todas las peticiones que realicé
él me las cumplió. Ojalá que todos tuviéramos
el mismo pensamiento”.
Juan Vejares, Centro.
“Creo en Dios porque siempre estuvo en mis momentos difíciles.
Eso me hizo aferrarme más a él”.
«La gente busca certezas»
Carlos Maravankin, del Centro Hebraico, opinó del fenómeno.
Para el representante del judaísmo, las crisis socio-económicas
acercan a las personas a la creencia en Dios.
Neuquén > “Hace 30 años atrás
el hombre tenía una vida más definida en cuanto a trabajo,
vivienda, familia; en el mundo de hoy, estas variables no son seguras”,
comenzó su argumentación el vicepresidente del Centro
Hebraico de Neuquén, Carlos Maravankin, sobre el notable aumento
en la creencia de Dios.
En este sentido, el miembro de la única institución
judía de la provincia explicó que “la gente necesita
certezas en la parte espiritual de su vida y ahí está
Dios. En momentos complejos, las personas requieren tranquilidad espiritual”.
Recordó que “en 1989 vivimos una situación terrible
en la que uno salía del trabajo e iba corriendo a comprar porque
los precios ya estaban más caros que la tarde anterior. También
pasó lo mismo con las catástrofes de los gobiernos militares”
y aseveró: “Estas situaciones generan que la gente se
acerque a Dios”.
Crisis en la sociedad
En relación a las diferencias entre la cantidad de personas
que participa de actividades religiosas y la creencia en Dios, Maravankin
sostuvo que una de las causas “puede ser la crisis de participación
que existe en la sociedad argentina”.
“Por qué no puede pasar también en las instituciones
religiosas”, inquirió el representante del judaísmo,
quien aclaró que no es la situación de su religión
en esta provincia, ya que sostuvo: “En nuestro caso, ha habido
un acercamiento más importante en los últimos años”.
Maravankin valoró esta situación y aseguró que
“la gente necesita hacer un corte de la locura de la semana
y lograr un poco de paz espiritual”.
En relación al avance de los nuevos cultos y las promesas que
realizan a sus seguidores, Maravankin no quiso polemizar, pero reconoció
que estas iglesias, en algunos casos, ofrecen soluciones más
que atrayentes para los fieles.
“Igual está en cada persona la decisión de dirigirse
a una u otra religión”, concluyó.
«Muchos tienen un Dios de
plastilina, muchos se lo fabrican»
El pastor de la Iglesia Evangélica Bautista Jesús
es Rey, Hugo Márquez, reflexionó sobre el notable credo
en Dios.
Neuquén > Desde el escritorio de la Iglesia
Evangélica Bautista Jesús es Rey, que funciona en Roca
al 400 de esta ciudad, el Pastor Hugo Márquez opinó
por qué cada vez la gente concurre menos a la iglesia.
“Desde mi lugar, considero que mucha gente necesita respuestas
para su vida cotidiana. Varias veces, los vecinos no pueden esperar
que llegue el domingo para ir a la iglesia. Por eso nosotros tenemos
alrededor de 160 hogares que les permiten a ellos acercarse y contar
lo que les pasa en el día a día”, aseguró
Márquez, pastor de la institución desde hace 18 años.
La iglesia cuenta con 15 lugares en toda la provincia, seis están
ubicados en la ciudad capitalina. Según reconoció Márquez,
hace más de 65 años que ellos están en la provincia
y han tenido un masivo ingreso en su iglesia.
“En estos momentos estamos trabajando con 500 jóvenes
que atraviesan distintas situaciones y están encontrando una
salida”, dijo Márquez. Los días domingos en el
lugar se puede ver alrededor de 2.500 personas que participan en distintas
actividades.
Creencia en Dios
A la hora de reflexionar sobre el elevado porcentaje que asegura que
el 92% de los neuquinos cree en Dios, Márquez comentó:
“El problema no es si la gente cree en Dios o no cree en Dios,
el tema pasa por preguntarse en qué Dios creen. A mí
no me deja tranquilo que el 92% de los neuquinos crea en Dios. Muchos
tienen un Dios de plastilina, muchos se lo fabrican, como a un ídolo”.
Entre las explicaciones de este fenómeno, Márquez sostuvo
que “una es que en los últimos tiempos se han mezclado
diferentes conceptos. Conceptos que tienen que ver con cuestiones
de paganismo, supersticiones, o que vienen desde la cultura popular”.
En este sentido, ejemplificó: “Una persona se compra
el mejor auto y sin embargo no lo retira desde la concesionaria hasta
que no le cuelga una cinta roja; o están las otras personas
que abren un negocio y colocan una riestra de ajos. Esas personas
no coinciden con mi Dios”.
El creyente agregó que “no importa cuánta gente
cree o no cree en Dios. A mí me preocupa los creyentes que
van a la iglesia pero se sienten protegidos por una cinta de color,
una herradura o el horóscopo”.
Búsqueda
Por último, el hombre aseguró que “ninguna cultura,
a lo largo de la humanidad, ha podido vivir sin una creencia que trascienda
y configure un ser superior. El hombre siempre busca a Dios, tal vez
hay momentos de soberbia por parte del hombre y lo niega, pero, en
definitiva y con el paso del tiempo, choca con su propia debilidad
y fragilidad, ahí se da cuenta que necesita de Dios”.
Los neuquinos son más adeptos
Más del 84 por ciento de los neuquinos asegura ser
adepto a alguna religión. Esta cifra está por encima
de los datos nacionales y mundiales.
Las mujeres y las personas mayores son, en esta ciudad,
la franja más adherente a los dogmas religiosos.
Neuquén > En esta capital, la gente se
siente adepta a una religión. El 84,8 por ciento de los entrevistados
por Eco Consultores se declaró religioso.
Esta cifra demuestra que los neuquinos se sienten más adeptos
en comparación a los promedios que se registran en este país
y en el mundo, ya que 8 de cada 10 argentinos se declaran religiosos
y en el resto de los países ese valor ronda el 70 por ciento.
Los representantes de los distintos cultos consultados manifestaron
que estos números reflejan la necesidad de la gente de sentirse
respaldados y contenidos por alguna religión.
Ofertas
En este sentido, una de las causas de este crecimiento se puede encontrar
en el aumento de las ofertas en esta materia, con la instalación
de miles de nuevas iglesias y templos que profesan otro tipo de actividades
religiosas.
Además, el hecho de que nuestro país haya pasado por
diferentes etapas de crisis ha llevado a cientos de personas a refugiarse
en las distintas instituciones religiosas. Otro aspecto a tener en
cuenta es que las personas de edad avanzada se sienten más
frágiles.
«La gente cuando está bien no va a la iglesia, en cambio
cuando atraviesa situaciones muy traumáticas como la finalización
de una relación, la muerte de un hijo, la posibilidad de enfrentar
una operación de riesgo, recién ahí asiste a
la iglesia», explicó el pastor evangélico Hugo
Márquez.
Diferencias
El 84,8% de adeptos es casi un 8% menos de las personas que creen
en Dios.
Para el vicepresidente del Centro Hebraico de esta ciudad, Carlos
Marvankin, esta situación puede ser un indicador de que es
menor la cantidad de gente que adhiere a un culto a través
de su liturgia y su relación con ella.
“Yo creo en Dios, pero no creo en nadie que me lo pueda representar
en este mundo”, disparó un vecino de esta ciudad al ser
consultado acerca de la diferencia en creer en Dios y sentirse adepto
a una religión.
Por su parte Pablo López, del barrio Santa Genoveva, indicó
que no se puede separar «de ninguna manera» la religión
de la creencia en Dios.
Un dato llamativo es que las mujeres se declaran más religiosas
que los hombres.
También es destacable que las personas cuando ingresan en períodos
de mayor madurez, reconocen estar más ligadas a la religión.
Mujeres al frente
Las mujeres se sienten más adeptas a las religiones que los
hombres en esta ciudad, ya que nueve de cada diez consultadas aseguró
esa postura, mientras que casi el 79 por ciento de los neuquinos tuvo
esa posición.
Este aspecto “puede surgir de que la mujer en esta sociedad
tiene más tiempo que el hombre para participar de las actividades
religiosas”, confió una fuente cercana a una iglesia
católica de esta capital.
Los más grandes, más religiosos
Neuquén > Un aspecto revelador de las
entrevistas realizadas en esta ciudad sobre las personas adeptas a
las religiones es que los neuquinos, con el transcurso de su vida,
más se sienten ligadas a una doctrina religiosa.
Esta situación se refleja en la marcada diferencia entre los
adolescentes de 13 a 20 años y las personas que superan el
medio siglo de vida.
En los primeros casos, el 78,3% se declaró adepto a un dogma,
mientras que la gente mayor lo hizo en un 95,5 por ciento.
Además, un 82,2% de los neuquinos de 21 a 35 años se
sienten adeptos a una religión, mientras que los adultos de
36 a 49 lo hacen en un 88,4 por ciento.
Según los representantes de los distintos cultos consultados,
estos guarismos reflejan que con el paso del tiempo la gente “hace
más suyos” los diferentes dogmas y se «aferra más»
a ellos, como contención.
|