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Por Mauro Villanueva
Hoy es un Día de la Madre muy especial para Nidia
Aguilera. Su hija sigue ausente y nadie sabe dónde está.
Sólo los recuerdos y los sueños las vuelven a juntar.
Neuquén > Nidia Aguilera es la mamá
de María Florencia Pennachi. Desde hace siete meses, Nidia
no sabe nada de su hija. A esta altura de su vida, ella confiesa que
las fechas juegan un papel importante, pero “el Día de
la Madre es una fecha institucional. Seguro que me va a costar pasar
este día, pero nada puede superar el dolor que pasamos (la
familia) cuando llegó el 21 de setiembre, cuando Flor cumplió
sus 25 años”.
El tiempo, convertido en una sombra que invade a una familia que trata
de sostenerse entre sí, no le niega su paso y cada vez se hace
más evidente. Cuando Florencia desapareció, en marzo
de este año, el calor todavía perduraba en las calles
porteñas.
Siete meses después, el calor vuelve a presentarse. Dos estaciones
quedaron atrás. El tiempo pasó, y sigue pasando.
Además de Nidia, otra de las personas que conoce, extraña
y busca a Florencia es su prima hermana, Eliana Fernández,
quien se confiesa como la “hermana mayor”.
¿Cómo se vive después de tanto tiempo
sin Florencia y sin tener novedades sobre un posible paradero?
Nidia: la situación te va superando poco a poco y
la ansiedad se vuelve más visible. El otro día, en Buenos
Aires, levanté el teléfono del departamento de los chicos
(Pedro y Florencia) y había tres mensajes que mi hijo no había
escuchado. Uno de los mensajes era de un restaurante, que la invitaban
a comer por ser su cumpleaños. Después llegó
una carta del banco para que Florencia retire la plata de la caja
de ahorros, que tenía desde hace varios meses. Es que todavía
está el sueldo que cobró antes que desaparezca. Ese
tipo de cosas son muy dolorosas.
Eliana: además de doloroso, a veces, este
tipo de situaciones te sorprenden. Para nosotros, todo el mundo tendría
que saber que Florencia no está. Sin embargo, hay mucha gente
que lo desconoce, ya sea porque no se enteró o bien porque
no le interesa. Ya sé que la lucha de la familia se torna muy
egoísta, pero después de tanta movida, de tanto esfuerzo
para tratar de difundir, y después de tanto esfuerzo para sobreponerse
día a día y poder seguir viviendo, este tipo de cosas
se potencian y te sacan todo, te golpean duro.
Y la sensación es de verdadero dolor, de dolor muscular. Es
como si el alma te duele, y se siente.
Para la familia de María Florencia los siete meses que pasaron
ya desde su desaparición fueron duros. Pero los últimos
se transformaron en dolorosos senderos intransitables. Los días
previos a cada 16, la angustia y la impotencia aparecen.
Eliana: el primer mes fue bravísimo, el segundo
igual, y después te das cuenta de que al llegar un nuevo 16,
ya te pasó otro mes, y llegamos al séptimo.
Nidia: cada mes es significativo, pero lo que fue
tremendo, como si sintieras una paliza en el cuerpo, fue cuando se
acercó la noche del 20 de setiembre y estábamos a minutos
del 21, cumpleaños número 25 de Florencia.
¿Cómo vivieron la noche previa y el día
del 21 de setiembre, cumpleaños de Florencia?
Eliana: No dormimos, pasamos la noche hablando por teléfono,
mandándonos mensajes. Creo que fue una noche muy triste.
Nidia: muy mal. Para colmo unos días antes,
el 15 de setiembre, se cumplieron 17 años de la muerte del
padre de Florencia. Un día después, el 16, se cumplieron
los seis meses de la desaparición, y unos días después,
el 21, fue su cumpleaños número 25. Creo que fue el
peor mes de mi vida. Fueron todas pérdidas. Por eso el Día
de la Madre no lo anticipo como algo malo o triste, es más
bien una cosa institucionalizada. Pero el cumpleaños es algo
terriblemente representativo, es otra cosa.
Eliana: después está la cosa mágica:
“Bueno, ahora va a volver”. Estás todo el tiempo
alerta, esperando cada día pensando que va a llegar, y pasan
los minutos, las horas, y se termina un día más. Y no
llega.
En los placares del departamento de la calle Güemes, del barrio
porteño de Palermo, las estaciones pasaron de largo. Y no porque
el tiempo no les hizo sombra. Su ropa continúa como aquella
última vez que ella la ordenó, cuando todavía
el frío se veía como algo lejano. Ese frío que
ya pasó.
¿Cuándo creen que la van a volver a ver?
Nidia: la soñé llegando al departamento
de Pedro, y había alguien más, creo que era Eliana.
Me acuerdo que me agarraba de la puerta de la cocina cuando le dije
a Pedro que alguien golpeaba a la puerta de entrada. “Ésa
es Flor, abrí”, le dije. Y ella entraba hecha una reina,
diciendo “hola, ¿qué tal?”.
Eliana: ésa misma noche que Nidia soñó
con ella, yo también soñé eso mismo. Fue una
sensación de verla, de tocarla. Yo no sé cuándo
la voy a volver a ver, pero en realidad, yo la vi. La necesitamos
tanto que la corporizamos en los sueños. La veo como estaría
ahora, con el pelo más largo que la última vez que la
vi, con la piel bronceada por el sol. Creo que la voy a volver a ver
pronto.
¿Qué creen que pasó el 16 de marzo?
Nidia: sólo sabemos una secuencia que termina
a las dos de la tarde, cuando llama por teléfono al trabajo
para avisar que no iba a ir. También hay una llamada a un número
equivocado, como si hubiese querido comunicarse con alguien pero se
equivocó el número. Después de eso, su celular
no funcionó más.
¿Y la Justicia qué les dice?
Nidia: la Justicia no nos dice nada. Nos cuentan
que tienen un perfil de Florencia, cuando nosotros ya lo tenemos.
Yo les dije a los fiscales y a los policías: ‘ustedes
están investigando a la gente equivocada’. Por ejemplo,
yo nunca fui citada a declarar. Y la Policía dio por sentado
que Florencia se llevaba mal conmigo, cuando vivía en otro
lugar, y desde hacía mucho tiempo. Ella era libre, hacía
lo que quería. A mi sólo me molestaba la gente con la
que se juntaba, con la gente que salía, y esa libertad tan
declarada que ella mostraba. Pero nunca le prohibí nada, era
mayor de edad.
¿Cómo vieron el trabajo de investigación
por parte de la Policía y la Justicia?
Nidia: las investigaciones estuvieron bien hechas.
Pero no se investigó todo lo que se tenía para investigar.
De hecho, todavía hay una persona que nunca fue citada, y es
la única persona que no conocemos, que figura su teléfono
en la lista de llamadas de la factura telefónica. No sabemos
quién es, pero la Policía no lo llamó. Tal vez
no aporte nada a la causa, como dicen los investigadores, pero no
nos quedamos conformes con una suposición. Son vacíos
que llaman la atención. Vinieron hasta Neuquén a entrevistar
a las amigas de Florencia y un teléfono desconocido para la
familia no lo investigan.
La vida diaria de Nidia Aguilera es sumamente difícil. Y ella
lo confiesa. Según relató en varias ocasiones, desde
que se despierta –muy temprano- hasta que se acuesta, el televisor
está encendido en el canal TN Noticias. No dio una explicación
al respecto, pero sería fácil pensar que mantiene la
ilusión de que una noticia de último momento tenga el
nombre de su hija como título abrazada del verbo “aparecer”.
Eliana: además está el problema de
las noches. El momento de dormirte es terrible. Pasan las horas y
uno da vueltas en la cama pensando que cada vez falta menos tiempo
para levantarse y empezar un nuevo día.
¿Son más difíciles las noches de ahora
o las de antes, cuando Florencia llevaba pocos días desaparecida?
Eliana: cada vez cuesta más. Cada día que pasa va creciendo
la pérdida, la realidad de que Florencia no está.
Nidia: no es que la familia baja los brazos, tiene
menos compulsión para seguir luchando. El tema es que crece
demasiado eso otro, que es la pérdida. Y poco a poco se va
agrandando, y te ocupa todo el espacio de tu vida. Perdés capacidad
actuante, perdés todo.
¿Y qué les queda entonces?
Nidia: queda el dolor.
La desaparición de Florencia, una
chica a quien se la «tragó» la tierra
El asombro
de los familiares de Florencia sigue siendo el mismo de cuando se
cumplió el primer mes desde aquel 16 de marzo.
Neuquén > A las cinco de la mañana
o cerca del mediodía del 16 de marzo de 2005. Ni siquiera el
horario en que Florencia Pennachi salió de su departamento
del barrio porteño de Palermo se sabe con precisión.
Siete meses pasaron ya desde aquel día, un largo recorrido
repleto de angustia y misterio, de suposiciones y esperanza. Es que,
para muchos, es imposible entender cómo una joven de 25 años
puede desaparecer de un día para otro, y nunca más ser
vista.
Florencia Pennachi tiene 25 años y es de Neuquén. Hasta
el 16 de marzo vivía con su hermano, Pedro, en un departamento
de la calle Güemes al 4700, del barrio porteño de Palermo.
Hoy, siete meses después, nadie sabe dónde está.
Nadie sabe si está viva.
Según explicaron fuentes allegadas a la investigación
que se inició tras la desaparición de Florencia, ese
mismo miércoles 16 de marzo le avisó –telefónicamente-
a su jefe que no iría a trabajar, porque no se sentía
bien.
Su hermano, Pedro Pennachi, contó que la noche anterior había
estado con amigos en su departamento hasta las 2.30. Según
detalló, nadie había notado nada extraño en ella.
Dos días después de la desaparición, y luego
de que Pedro realizó la denuncia ante la Comisaría del
Barrio de Palermo, Nidia Aguilera, su madre, viajó desde Neuquén
hasta Buenos Aires.
Todo lo que siguió después fue confusión, suposiciones
y mucha ayuda.
A los pocos días de la desaparición familiares, amigos
y compañeros de Florencia iniciaron una intensa búsqueda
que incluyó, entre otras cosas, llegar a los medios de comunicación
de todo el país, logrando una rápida notoriedad.
Días después, la organización no gubernamental
Red Solidaria inició una campaña de búsqueda
a nivel nacional e internacional.
La organización presidida por Juan Carr realizó una
campaña de difusión de la imagen de Florencia a nivel
nacional, aunque fortalecida en Buenos Aires, sin precedentes. Hasta
el día de hoy se puede apreciar la foto de la joven neuquina
pegada en las ventanas de todos los patrulleros de la Policía
Bonaerense.
Con la difusión plasmada, y acompañada por la habilitación
de números telefónicos gratuitos para brindar información,
una gran cantidad de vecinos de Capital Federal llamaron diciendo
haber visto a Florencia. Ninguno de los aportes logró dar con
su paradero.
A fines de abril, un mes y medio después de la desaparición,
un sujeto fue detenido por la Policía luego de intentar cobrar
el rescate por el supuesto secuestro de Florencia.
En agosto, cuando se cumplieron cinco meses de la desaparición
de Florencia, su madre se mostró entera y dispuesta a seguir
luchando para volver a ver a su hija. Superada por una verdadera falta
de la verdad sobre el “qué pasó” con su
hija, Nidia se ató a la esperanza que la acompaña desde
aquel 16 de marzo y se soñó volver a verla pronto: “Yo
creo que Florencia va a aparecer en el verano. Ella cumple los años
el 21 de setiembre. Ella va a aparecer después de su cumpleaños.
Y creo que va a ir directamente a Buenos Aires, no va a venir a Neuquén.
No sé por qué, pero no creo que venga a verme a mí.
Primero va a ir a buscar al hermano”.
Madres neuquinas que hicieron grande
nuestra provincia junto a los pioneros
Priorizaron
el trabajo y la solidaridad en un ambiente ostensiblemente hostil
marcando el origen de las familias señeras de la ciudad de
Neuquén.
Algunos de los nombres de aquellas mujeres que le dieron
el fruto de su vientre a la gran capital de la provincia.
Neuquén > Aunque los protagonistas de
la pionera historia neuquina siempre son, en primer plano, los hombres,
la seguidilla de generaciones que habitan y habitaron estas tierras
fueron gestadas por mujeres en un ambiente decididamente hostil.
En los primeros años, sin médico, apenas con la ayuda
de alguna comadrona dieron a luz a los niños que comenzaron
a poblar las bardas con juegos, aventuras y una indiscutible formación
primaria, en la legendaria Escuela Nº 2.
Promotoras solidarias
Las madres neuquinas laboriosas y solidarias llegaron a la ciudad
con el deseo de formar un hogar con trabajo y un futuro para la familia.
Cuántos llantos ahogados al encontrar la puerta de la casa
tapada con arena después de que soplara el implacable viento
desde la cordillera.
Muchas instituciones tuvieron a las madres como promotoras y protagonistas.
La Cooperadora Escolar Conrado Villegas donde los niños recibían
control médico y una alimentación adecuada las tuvo
como grandes colaboradoras.
La Catedral neuquina y la comisión Pro-templo estuvo formada,
mayoritariamente por madres. Las inolvidables kermeses, las ferias
de platos y los bailes para recaudar fondos, también vieron
a las madres trabajando sin descanso.
Muchas son las pioneras como Rita Canevaro, esposa de don Manuel Linares,
que vivió una activa vida social formando parte del primer
grupo de primeros pobladores. El 12 de setiembre de 1907, por citar
un ejemplo de los años de la fundación, fue inaugurada
la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores. La Comisión
de Beneficencia estaba formada por madres de la localidad. Por citar
algunas de ellas, integraron la comisión Josefa de Jordán,
María Elcira Jordán, Julia de Rodríguez Spuch,
Romana de Podían, Julia de Pelagatti, Eleuteria G. de Claro,
Florencia Ochagavía de Nordenstrom, Adela Portela, Juana de
Teillefer, Lila Montero de Bazo, Amalia M. de Caraza, Amalia de Cazeaux
y Teresa G. de Ibáñez.
Florencia Ochagavía, gran madre neuquina, es recordada en el
barrio que lleva su nombre Villa Florencia así como Villa María
que recuerda el nombre de la esposa del legendario don José
Fava.
También, en los años de la fundación, Ruth Reed
esposa de Eduardo Talero sufrió por las heridas que, durante
la evasión de presos, le inflingieron a su único hijo
Eduardo.
Cómo no recordar a Clelia Comerio esposa de Pedro Rosa y madre
de toda una generación de mujeres dedicadas a la alta costura.
Y a Juanita Dagorré, esposa de Alejo Serrano, propietarios
de la panadería “La Estrella” como también
a Antonia Michelena y a la famosa doña Dolores Fernández
de Serrano ligadas todas a la misma firma comercial.
Doña Dionisia Alfaro, otra madre pionera casada con Nazareno
Abelli y pilar de varias generaciones de neuquinos. Otra madre de
los primeros años fue doña Esther Schapiro, esposa de
José Edelman, con quien tuvo varios hijos, uno de ellos el
primer gobernador elegido por el pueblo, don Angel Edelman.
Las hermanas Matilde y María Elena Caviglia que se casaron
respectivamente con Angel Pérez Novella y Javier Salvadó,
dieron origen también a dos familias que perduran en la región
con un profundo recuerdo de esas abnegadas mujeres que llegaron a
la desértica Estación Neuquén para formar sus
hogares.
Manuela de la Rosa es el nombre de otra fértil madre de siete
hijos que nacieron, crecieron y se desarrollaron laboralmente en la
región. Cómo no recordar a doña Ema Mathiu, suizo
francesa, casada con Fernando Zingoni, y madre de ocho hijos. Y otro
nombre de madre pionera: Jesusa Criado, casada con Enrique Carro y
pedestal también de familias señeras de la capital.
Al igual que doña Victoria Martínez de Castaño,
oriunda de España que le dio a Neuquén siete hijos que
mantienen el orgullo de su terruño en la Confluencia.
Benigna Yánez que se enamoró del hacendado Manuel Bustingorry
dueño de El Chocón y crió amorosamente dieciséis
hijos.
En la actualidad, muchos son los nombres de madres que dieron el fruto
de su vientre a la gran capital. Y muchas más, aunque no pertenezcan
a familias pioneras van poblando la ciudad. Este domingo recibirán
el mejor regalo que una madre puede recibir, un gran beso de cada
uno de sus hijos.
Una mamá todo terreno
Gladys Díaz y Venus Montero son una madre y su pequeña
hija, quienes
el fin de semana pasado conquistaron el campeonato argentino de
Mountain Bike en Mendoza.
La mamá comenzó a correr a los 31 años,
y eso contagió a la niña, quien, en su primer campeonato,
fue campeona.
Neuquén > Uno las ve a Gladys y a Venus
y nota rápidamente que ese amor de madre a hija y de hija a
madre es… simplemente amor, con todos sus contenidos a cuesta.
Y este lazo entre esta mujer de 33 años y la niñita
de 5 va más allá de ese vínculo que la vida les
dio, ya que las une la pasión por la “bici”, más
específicamente el Mountain Bike.
Y para ratificar lo que dice la letra de aquella canción de
la película Tango Feroz, “pero el amor es más
fuerte”, Gladys y Venus se fueron el fin de semana pasado a
Mendoza y la “rompieron” en el Campeonato Argentino de
Mountain Bike, trayendo a la provincia de Neuquén dos títulos
para sumar a sus vitrinas.
Y la alegría y la emoción invaden a esta joven madre,
quien también tiene dos hijos más, cuando habla de su
consagración en la categoría dice: “Si bien salí
segunda, esta posición me alcanzó para obtener el título,
ya que anteriormente había ganado una y en la otra también
terminé segunda”.
Pero la “chochera” de Gladys creció cuando le tocó
hablar de su hija: “Venus ganó en la categoría
mini, en la cual estaba peleando con un nene de San Luis”.
La historia de Gladys Díaz estuvo siempre vinculada al deporte.
“Desde chiquita siempre me encantó el fútbol,
es más mi sueño fue ser comentarista deportiva y cuando
tuve la oportunidad de hacerlo para una radio, mis padres no me dejaron”,
confesó la flamante campeona argentina.
De la pelota a la bici
Pero, como Gladys es una mujer que jamás se rinde, al final
se salió con la suya e integró el equipo Sol de América
en Plottier, hasta que conoció a su otro amor, Ángel
Montero, quien practicaba ciclismo, luego dejó y gracias al
amor que los úne, él volvió a tomarle el gustito
a este deporte.
“Él, por Ángel, me dijo que dejara el fútbol
porque tenía las piernas muy golpeadas y comenzó a inculcarme
el ciclismo; lo tomé y ahora no lo dejo más, me encanta,
aunque si bien me falta aprender mucho, quiero día a día
progresar en esto”.
Una madre sobre ruedas
La señora Gladys Díaz, a parte de entrenar todos los
días, es una mamá todo terreno, ya que se dedica a full
a la educación de sus tres hijos y además al cuidado
de la casa. “Por suerte mis hijos son muy buenos y no me hacen
renegar demasiado; colaboran mucho conmigo”, comentó
orgullosa mamá Gladys, quien agregó respecto a Venus,
la jovencita deportista: “A ella no la presionamos para que
corra; queremos que esto lo tome como un juego, que se divierta”.
Con esa lucidez y con toda la responsabilidad del mundo, Gladys Díaz
tomó su bicicleta y junto a su “nena” se fueron
a la barda, porque era el turno de las fotos.
¡Feliz día, Gladys! |
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