En un pequeño homenaje,
tres historias de vida que reflejan que la vida continúa a
pesar del dolor, y que con cariño todo se puede alcanzar.
Neuquén > Si bien el Día de la
Madre es todos los días, o por lo menos así debería
ser, hoy se festeja a nivel comercial en todo el país. En cada
punto de la Argentina, cada madre será agasajada de diversas
maneras.
Cuando el sufrimiento, el dolor o la pobreza rodean a una familia,
el mejor regalo que se puede brindar es el amor de los hijos hacia
la madre. Otras contarán con mayores posibilidades económicas
y recibirán grandes regalos.
Sentimientos sin explicación
Pero cuando una mujer encuentra su realización como persona
siendo mamá, no hay elemento material que logre superar el
cariño, las caricias y los buenos sentimientos que los hijos
les pueden brindar.
Desde el momento del embarazo, la mujer comienza a tener sentimientos
inexplicables, algunos dicen que se vuelve hipersensible. Pero lo
cierto es que la sensación de tener un bebé en la panza
y sentir que se mueve, es un privilegio que sólo las mujeres
comparten.
Felicidad completa
Luego llega el magnífico momento del nacimiento, que fuera
de toda explicación científica, el sufrimiento físico
es nulo comparado con la satisfacción y la felicidad interna
que tiene una madre al recibirlo en sus brazos.
Cuando crecen comienzan las preocupaciones, la escuela, diversas actividades,
las primeras salidas a bailar, las reuniones con amigos, los viajes.
Y muchas veces las caracterizan de sobreprotectoras. Pero todo es
fruto de un amor sin fronteras.
En el mundo las personas viven diversas circunstancias, cosas que
pasan que les hacen cambiar la vida en forma completa. Estas historias
reflejan que a pesar de la crueldad de la vida, se puede seguir adelante
con alegría.
Participar en la escuela para educar mejor
Un grupo de madres de la Escuela Nº2 utilizan el teatro
para reflexionar sobre la discriminación.
Entre risas y un poco de imaginación, mamás y profesoras
de música se unieron para comunicarse de una manera diferente
con los chicos.
Neuquén > Ellas son siete mamás,
amas de casa, que junto a las profesoras de música de la escuela
Nº2 ubicada en Av. San Juan y Buenos Aires, formaron un grupo
de teatro. A pesar de diversas edades, lograron unirse para participar
en la educación de sus hijos.
El grupo surgió con motivo de tratar ciertas problemáticas
que día a día vive la escuela, como por ejemplo la violencia
y la discriminación. Está compuesto por Marta Iomi,
Alejandra Nadale, Valeria Rodríguez, Alicia Pietrowsky, Mónica
Perelló, Dulmira “Cuca” Riquelme –abuela-
y Dolores De Ferrari. Las docentes que las acompañan son Noemí
Galán y Ana María Vieyra. Se reúnen todos los
martes de 16 a 17.30.
“Priorizamos temas que se dan en la escuela, discriminación
por ejemplo. Queremos dejar un mensaje en lo que pasa en el colegio”
dijo Alejandra, y Noemí agregó que “por ejemplo,
tratamos la falta de diálogo en la familia y la independencia.
Para eso hicimos la obra ‘La familia de la soga’.
¿Cómo surgió?
Entre risas y buen humor, poco a poco las nueve mujeres van recordando
las obras que desde hace dos años vienen haciendo, desde que
la escuela cumplió 100 años y le pidieron a los padres
que crearan una canción. “Así fue como decidimos
juntarnos, empezó con la canción y después pensamos
que era buena idea comunicarnos con los chicos a través del
teatro” expresó Marta.
Intentan tratar las problemáticas dejando un mensaje y una
reflexión para cambiar ciertas conductas violentas en los chicos.
Para Valeria fue toda una nueva experiencia, porque tenía dudas
sobre cómo iban a reaccionar los chicos y sus propios hijos,
pero comentó que “se enganchan, les encantó a
todos y están siempre a la expectativa de cuándo realizaremos
una nueva obra”.
Alicia opinó que “en la escuela se dan situaciones como
apodos que llevan a la discriminación y de allí surge
la violencia, por eso la idea de tratarlos, porque esas cosas hieren”.
Las obras son un disparador para que los chicos “se planteen
las cosas y las reflexionen, son otro método al sermón
y al consejo que se les brinda” comentó Mónica.
Con producción propia
Cada parte de la obra es creada e ideada por ellas. El vestuario,
el maquillaje, la música, los textos, los elementos a utilizar,
la escenografía. “Hasta la producción es original,
nada trucho, lo hacemos nosotras” dijo Alejandra.
El sábado 7 de octubre pasado presentaron un ballet con la
música “El vals de las flores” de Tchaicovsky en
un bingo a beneficio de la escuela. Según Noemí, “de
ahí surgió que nos abriéramos y mostráramos
lo que estamos haciendo, porque nos alentaron los demás”.
Por ello, el próximo 24 a las 16 se presentarán en la
escuela 198 de Villa Ceferino.
“Es una manera de participar en la escuela y estar en contacto
con la realidad que viven las mismas y apoyar a los docentes. Los
chicos ven a los padres y a los docentes de otra manera” dijo
Valeria.
“Las madres vivimos para nuestros hijos”
A pesar de que su hijo desapareció hace treinta años,
Inés trata de vivir con alegría. Según dijo,
lo hace por “los que todavía viven”.
Neuquén > A veces la vida ofrece diversos
obstáculos y el camino por recorrer está lleno de piedras
y ramas. Inés Ragni, madre de Plaza de Mayo de Neuquén,
tuvo que transitar un sendero difícil, hace treinta años
atrás.
Fruto de la dictadura militar, su hijo al igual de 29 mil personas
más, desaparecieron bajo el perfil de una “reorganización
de seguridad nacional”. Inés tenía una agencia
de quiniela cuando su hijo desapareció. Sin embargo, se las
arregló para seguir trabajando y comenzar una lucha sin fin.
Con el paso del tiempo no pudo dedicarse al negocio y optó
por ser ama de casa, cuidar de sus hijos y su marido, sin abandonar
nunca la lucha.
En este día, Inés dijo que hay que “recordar 30
mil hijos desaparecidos que no están en estas fechas pero que
se siguen recordando porque hay más hijos y hay nietos. También
están los hijos de los amigos que tienen contacto con nosotros.
No nos juntamos con tristeza, sino con alegría porque hay que
recordar este día con alegría”.
Con otros ojos
Durante estos treinta años de lucha y dolor, Inés aprendió
a ver la vida en forma diferente. “Nos cambió mucho la
vida, pero a raíz de que van pasando los años nos vamos
dando cuenta de que la vida sigue. Y la vida sigue en otros hijos,
en los nietos, en todos los que hoy estemos para seguir luchando por
todos los jóvenes, por todos los estudiantes”.
Para Inés, al igual que el resto de las Madres y Abuelas de
Plaza de Mayo, la lucha es toda una responsabilidad. “Tenemos
que seguir sin dar un paso atrás. La única lucha que
se pierde es la que se abandona. Entonces las Madres hemos jurado
con nuestra primera consigna ‘Aparición con vida’”
aseguró. Y agregó que “mientras en este país
no haya justicia y todos los asesinos y torturadores no vayan a la
cárcel esa consigna no se baja”.
En la búsqueda
En estos días, Inés está pendiente de lo que
sucede con la situación del testigo por la causa Etchecolatz,
Jorge Julio López. “A 30 años que han pasado de
la dictadura militar, se dice que estamos en gobierno democrático.
Sin embargo, hay varios desaparecidos. Jorge Julio López se
sumó a ellos desde hace 20 días cuando tenían
que protegerlo” opinó. Y agregó que “Nos
duele muchísimo que hoy tenemos que empezar a peregrinar igual
que hace 30 años atrás. López sería un
hermano nuestro porque es una persona mayor, pero lo tenemos que buscar.
El presidente al primer o segundo día de su desaparición
tendría que haber dispuesto medios para protegerlo”.
Con la tranquilidad que transmite su voz, Inés manifestó
que “tenemos que darnos cuenta que tenemos que seguir cada día
más fuertes en esta lucha. No hay que tener miedo. Nos interesa
que tienen que ir a la cárcel, no es por odio ni venganza,
es pedir justicia”.
En familia
El festejo de hoy la encontrará rodeada de sus hijos, nietos
y amigos que se “agregarán a la mesa, que para nosotros
es una mesa muy grande y eso es muy lindo”. Para Inés,
“es un día que lo recordamos con mucha alegría,
porque hace falta la alegría también y siempre estamos
con tristeza y así no se puede vivir”.
Con el pañuelo blanco impecable sobre su cabeza, Inés
dejó un mensaje para todas las madres en su día. “Diría
a todas las mamás que pasen un muy buen día, todas esas
mamás que tienen la suerte de tener a sus hijos alrededor de
la mesa y que tengan la suerte de un trabajo digno para darle ese
día una rica comida, un rico postre, que ese día cada
mamá pueda hacer algo rico para los hijos. No importa que sea
el día de la madre y digan que no tenemos que trabajar, la
madre trabaja igual, porque las madres viven para sus hijos no los
hijos para las madres” expresó.
Vivir con alegría a pesar del dolor
Alicia González atiende con cariño a pacientes
con cáncer.
Hace 39 años que eligió ser enfermera. Para
ella es una vocación innata, que con el paso de los años
le enseñó a manejar situaciones difíciles.
Neuquén > Alicia González es enfermera
de Luncec (Lucha Neuquina contra el Cáncer) ubicada en Islas
Malvinas 1329. Con sus 57 años atiende y brinda confort a las
personas que están internadas en la fundación. Hace
catorce años que trabaja en Luncec, aunque es enfermera desde
los 18 años. Tiene cuatro hijos y seis nietos.
Su función es trabajar con las personas con enfermedades terminales.
“Yo trabajo con lo relacionado al dolor en la última
etapa de la vida de las personas y se brinda cuidados paliativos,
que abarcan la medicación y la hidratación para que
no sufran tanto” comentó Alicia.
“Es un sentir muy especial del estado de cada uno, se ve como
van muriendo lentamente y es como una florcita que se va marchitando”
contó Alicia. En cada gesto, cada caricia que puede brindar,
Alicia trata a los pacientes con ternura, como una forma de intentar
aliviar por el difícil momento que les toca vivir.
Parte de la familia
Alicia es una mamá del corazón que trata a cada uno
de los pacientes como si fueran parte de su familia. Según
Alicia “la última etapa de sus vidas la pasan en la cama,
y nosotros aprendemos a quererlos como si fueran nuestra familia.
Hay una muy buena convivencia”. Y agregó que “ellos
están en la cama, se levantan de a ratos, se juntan, miran
televisión y toman mate. Se trata de brindar un ambiente cálido
y hay una psicoterapeuta que les hace hacer actividades recreativas”.
Para Alicia, su profesión implica tener un compromiso día
a día “con un sentir más allá de lo cotidiano”.
Aprender a manejar situaciones de dolor y sufrimiento no es tarea
fácil para cualquier persona. Alicia encontró la manera
de comprometerse con su trabajo durante ocho horas y cortar el cable
que la conecta al regresar a su casa, para poder disfrutar de su familia.
No cargar con la mochila
“Uno va ejercitando la forma de sacar esa carga, a través
de la retroalimentación, el ser humano, quiera o no, siempre
está haciendo la empatía” comentó. Y agregó
que “se logra con mucha fe porque es una lucha espiritual, porque
por más que uno diga tengo cansancio mental o físico,
pero también está el espíritu, la vida de cada
uno de nosotros tiene que ver mucho con este espíritu y el
alma de cada uno”.
Igualmente, para ella lleva años poder manejar “lo que
uno vive en su interior durante ocho horas y regresar a su casa para
intentar tener una vida normal, sin descolgarse del mundo”.
En este día “les deseo a todas las madres del mundo que
sean muy felices y vivan con paz. Es un papel difícil en la
vida cotidiana lograr ser una muy buena mamá” expresó.
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