|
Mendoza > El Consejo
Federal de Inversiones (CFI) aportará este año un millón
de dólares para la promoción de vinos y se prevé
un aporte similar para el año que viene. El anuncio fue realizado
por el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, quien se hizo eco de las
estimaciones del sector que estiman para este año un nuevo
récord de las exportaciones de vino, las que superarían
los 500 millones de dólares.
Por su parte, representantes de la cadena de valor de la industria
vitivinícola coincidieron en que la clave para el negocio mundial
del vino en 2015 es «aprender hoy a leer el mercado e interesarse
por los consumidores sin tender a la estandarización».
En cuanto a las posibilidades futuras de los pequeños bodegueros,
los empresarios sostuvieron que «deben alcanzar la segmentación
a través de una estrategia coherente».
Éstos fueron algunos de los puntos en que coincidieron los
distintos disertantes del Segundo Foro Vitivinícola que se
realizó el pasado 8 de setiembre en Mendoza, organizado por
Bodegas de Argentina, Área del Vino y Export Service. En cuanto
a las inversiones del CFI para el sector vitivinícola, Cobos
explicó que se tratará de fondos destinados «a
fortalecer la política exterior», al tiempo que destacó
que «la Nación tiene un rol fundamental en eliminar barreras
arancelarias».
«Buscamos favorecer en la industria vitivinícola al sector
privado desde el estatal», aseguró el gobernador ante
más de 850 participantes del Foro.
Respecto de las exportaciones del sector vitivinícola, el funcionario
estimó que «este año alcanzarán los 500
millones de dólares», de cumplirse la previsión
de que crezcan 26 por ciento.
Por su parte, el empresario bodeguero australiano Robin Day hizo especial
hincapié en la investigación, el desarrollo y la extensión
como estrategia de crecimiento para la cadena de valor vitivinícola
y afirmó que el origen de los vinos es la principal característica
de los pequeños productores.
«En Australia ha llevado 20 años desarrollar un programa
de investigación, desarrollo y extensión, pero hoy la
industria invierte 25 millones de dólares en él»,
señaló Day. Asimismo, indicó que para ello «hay
que lograr el apoyo del gobierno para que ofrezca financiamiento».
«Si se invierte 1 dólar el beneficio va a ser 8 dólares,
por eso hay que convencer al gobierno de que debe involucrarse en
el financiamiento, pero no en la regulación». En cuanto
al mayor desafío que deben enfrentar los pequeños productores,
el empresario sostuvo que «es el poder del consumidor».
«Por los altos costos, los pequeños bodegueros no pueden
implementar estudios de mercado, entonces la solución sería
pensar en la colaboración, pero aquí el problema es
que se pongan de acuerdo en los intereses».
Desafíos y objetivos
En coincidencia con el empresario australiano, el bodeguero francés
Patrick Ducournau, también expositor del Foro, afirmó
que «los desafíos que debe enfrentar el vino son la capacidad
de conservar a los consumidores, los tipos de producción y
el estilo».
En cuanto a la capacidad de conservar a los consumidores, explicó
que esto se debe «en especial por la recuperación de
la cerveza en el consumo de la vida cotidiana, dado por el error del
vino de no haberse adaptado a tiempo».
«Hay que interesarse por los consumidores sin ir a la estandarización»,
afirmó Ducournau e indicó que «el futuro de los
pequeños productores es alcanzar la segmentación a través
de una estrategia coherente». Advirtió que «lo
que amenaza a los pequeños bodegueros es su falta de profesionalismo
y pensar que el vino es para los amigos».
Si se habla de captar nuevos mercados, el expositor estadounidense
Roger Boulton —profesor de enología y viticultura y columnista
en publicaciones especializadas— afirmó que «los
vinos tienen que reflejar de dónde vienen desde su estilo y
desarrollar estilos internacionales, pero no globales».
«Los estilos internacionales reflejan el lugar y sólo
pueden ser de uno específico», explicó el especialista.
Durante su exposición Boulton abordó temas tales como
los distintos modos de cierre de los vinos, los problemas causados
por su transporte y la tendencia de los consumidores a adquirir botellas
más pequeñas «para un almuerzo o cena rápido».
Bajo el lema «El negocio mundial del vino en 2015», el
segundo Foro Vitivinícola de Mendoza contó también
con la exposición de Carlos Cabral, de Brasil; Alfredo Bartholomaus,
de Estados Unidos; Aurelio Montes, de Chile; Alan Cordery y Salvador
Sánchez, de España, y Juan José Canay, de Argentina.
«Saber leer el mercado»
Fue una
de las opiniones coincidentes de los expertos. China y Brasil, dos
mercados atractivos para los vinos.
Mendoza > En el competitivo mercado mundial de
los vinos han aparecido en los últimos años varios jugadores
de peso, pero existe una plaza a la que no se puede dejar de mirar
como es China. Con una demanda potencial de 1.300 millones de habitantes
y un crecimiento en el consumo per cápita, el país asiático
promete transformar el escenario comercial vitivinícola.
Varios de los expositores que participaron del Segundo Foro Internacional
de los Vinos coincidieron en poner el ojo en ese mercado. Tal como
informó la agencia Télam, «además del crecimiento
de nuevas variedades, de los vinos orgánicos y con denominación
de origen, hay que estar atentos al surgimiento de nuevos mercados
como China, que pasó de cuatro millones de cajas en 1990 a
casi 140 millones en 2004", manifestó el consultor y bodeguero
chileno Aurelio Montes ante los 800 asistentes al foro internacional.
A partir del levantamiento de algunas barreras arancelarias a raíz
del ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC), las
góndolas de China, un país con hábitos vitivinícolas
casi nulos (en 1997 ocupaba el puesto 61 del mundo en consumo por
habitante), pasaron a ser uno de los grandes atractivos para los exportadores
del sector.
Pese a la ventaja que le llevan importantes productores y exportadores
como Francia, Italia, Australia, Chile y Estados Unidos, la Argentina
está a tiempo de insertarse en ese particular mercado, coincidieron
los analistas. No obstante, advirtieron sobre el fuerte incremento
de la producción vitivinícola china, que pasó
de 300 millones de litros anuales a mediados de la década pasada
a casi 600 millones en 2000.
«Hay que leer el mercado y saber posicionarse», concluyó
Juan Carlos Pina de Bodegas de Argentina.
Argentina debe apuntar a Brasil
Estiman
que la Argentina podría convertirse en el principal exportador
de vinos a Brasil.
Mendoza (NA) > La Argentina podría convertirse
este año en el principal exportador de vinos a Brasil, dejando
en segundo lugar a Chile, según coincidieron empresarios bodegueros
argentinos y brasileños.
El consumo per cápita carioca es de dos litros de vino por
año y, según previsiones del organismo que regula la
actividad (Inbravin), en 2025 ese indicador alcanzaría los
nueve litros, según informó en rueda de prensa el bodeguero
fundador de la Sociedad Brasileña de los Amigos del Vino, Carlos
Cabral de Mello.
De allí, la importancia y el potencial de este mercado para
los productores argentinos frente a la tendencia ascendente del interés
por el vino en ese país. «Más de 120 millones
de brasileños no han probado nunca vino, hay un mercado muy
fuerte para exportar», afirmó Cabral de Mello.
En Brasil se consumen anualmente 360 millones de litros de vino, de
los cuales el 63,5 por ciento corresponde a producción nacional,
12,9 a importaciones desde Chile y 12,7 desde la Argentina.
«Argentina tiene dos grandes ventajas sobre Chile: el Mercosur
y la cercanía geográfica», explicó el empresario,
y aseguró que «el potencial argentino está en
los vinos de entre 10 y 20 reales». El mercado carioca tiene
la particularidad, al igual que Japón, Inglaterra y Estados
Unidos, de «contar con vinos de etiquetas de todo el mundo»,
explicó el empresario.
|
|