Por María Argel
Hora de poner todas las cartas sobre la mesa. El gobierno de Viedma
inició esta semana el tiempo de descuento para la prueba de
fuego que tendrá el próximo 24 de septiembre, con las
elecciones de convencionales en la ciudad de Bariloche, el principal
distrito electoral de la provincia.
En la ciudad lacustre el radicalismo enfrentará a su anterior
aliado, el intendente Alberto Icare, y tratará de revertir
por sí solo los magros resultados que obtuvo en octubre del
año pasado, en las elecciones de diputados.
Por eso es que la estrategia fue muy cuidada esta vez y el mismo gobernador
Miguel Saiz se puso al frente de la campaña. El mandatario
y sus hombres aprovecharon no sólo sus fortalezas, sino, y
principalmente, la debilidad de sus oponentes, encabezados por el
senador Miguel Pichetto, quien selló un nuevo pacto electoral
con el jefe del Centro Cívico.
A simple vista, el clima político por estos días en
la ciudad turística a orillas del Nahuel Huapi está
muy caldeado, entre otras razones, por el nuevo escenario que presentó
el acercamiento del gobierno provincial hacia la figura del Presidente
Kichner.
Puertas adentro
El Frente para la Victoria, el acuerdo que estrenará un nuevo
aliado en estas elecciones a convencionales en Bariloche, también
debutará con dos rivales bien definidos. Además del
radicalismo tradicional, el Frente deberá soportar el embate
del Partido de la Victoria que, aunque le cueste reconocer, le significará
renunciar a una cantidad importante de votos.
El mismo Frente tiene candidatos nuevos y no tan reconocidos en los
barrios de Bariloche, en comparación con los hombres que instaló
el partido que lidera el legislador Enrique Muena.
Pero, la gran carta que exhibe el Frente es la figura del intendente
Alberto Icare, quien presenta por estos días una imagen débil,
a consecuencia de un problema de salud.
Se estima que Icare tiene aún una muy alta imagen en los barrios
y se cree que ello favorecerá a sus jóvenes candidatos.
El gobernador
Saiz dedicó a Bariloche los últimos dos días
de la semana que cerró. El mandatario llegó con aires
renovados, con más promesas, anuncios, entrega de subsidios
y apoyo para diversas entidades.
Su visita es a una semana de la que hizo el Ministro Jefe de Gabinete,
Alberto Fernández, de quien no salió un apoyo contundente
hacia el Frente para la Victoria. El Ministro de Kirchner fue salomónico
en sus declaraciones y con esa actitud, sin duda, el gran perjudicado
fue Miguel Pichetto.
En Viedma, y siempre pensando en las elecciones de Bariloche, el gobierno
debió soportar en estos días la denuncia de los legisladores
de Encuentro y el peronismo, quienes pidieron que se investigue por
qué la compañía estatal Horizonte paga la cuenta
de los teléfonos celulares de dos diputados radicales, item
que ya está contemplado en el dinero extra que reciben estos
funcionarios. Entre quienes deberán investigar las facturas
de los teléfonos de Bautista Mendióroz y Jorge Pascual
está la flamante Defensora del Pueblo, la compañera
de bancada, Ana Piccinini. Pero ese detalle parece no molestar en
la política rionegrina, porque oficialismo y oposición
se pusieron de acuerdo en que la designación del cargo recayera
en una aliada del partido gobernante.
Mientras tanto en Bariloche, la apatía de los votantes, encabeza
todas las encuestas.
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