El segundo tema de la placa, “Cholulo
y obsecuente”, fue elegido para el próximo programa televisivo
que conducirá Fabián Gianola. Neuquén
> Hace ya dos décadas que viene pisando los escenarios
de la región con la música y nunca había pensado
sacar un disco que registrara su arte. A principios de año,
la idea de hacerlo se metió de lleno en su vida, por lo que
decidió invertir todas sus energías en este proyecto.
Así fue como surgió “Jump Swing Baby!” con
el que Pablo Bongiovani, les rendirá homenaje a las personas
que lo llevaron a incorporar al saxo como una parte más de
su cuerpo. El trabajo, de reciente edición, consta de once
canciones, dos de las cuales son de la autoría del propio Bongiovani
y de Mauro Cambarieri.
Casi como si fuera un designio del destino, el disco comenzó
a sonar en los pasillos de los estudios de televisión de Buenos
Aires y fue así como “Cholulo y obsecuente” se
convirtió en la cortina de las promociones de la nueva propuesta
televisiva del hiperactivo Fabián Gianola.
En pocas palabras, el resto del año ya suena fuerte para este
hombre que ha sabido vivir de la música y para la música.
Hecho que se observa en cada una de sus presentaciones y que este
disco le permitirá demostrar en aquellos lugares donde no se
ha presentado todavía.
¿Hace cuánto tiempo que surgió la idea
de plasmar tu música en un disco?
En el 2006, cumplo los veinte años desde que arranqué
con mi carrera musical profesional. Por eso, yo quería hacer
un disco netamente de swing por una cuestión de gusto pero
también de mercado. El disco es la primera edición de
este estilo en toda la Argentina. Mientras lo estábamos grabando
en Buenos Aires, nos fuimos dando cuenta de que esto era así,
y no algo que sosteníamos sólo nosotros. Recorrimos
disquerías por todos lados y lo único que pudimos encontrar
de New Swing fueron algunos trabajos de Brian Setter. Hay cosas viejas,
pero muy pocas de lo que se está haciendo ahora.
Fue aquí cuando decidí encarar este proyecto con la
idea de armar un disco bien hecho y bien vestido. Esta idea se la
llevé a Mauro Cambarieri, quien se hizo cargo de la producción
musical en general. Por suerte, se reenganchó y estuvimos ocho
meses seguidos trabajando a pleno.
¿Cómo fue el proceso de llevar esos meses a
un trabajo de
cincuenta minutos de duración?
Principalmente, yo tuve que viajar tres veces hasta los estudios de
grabación para tocar los temas en tres tandas diferentes. También,
participó gente de Buenos Aires y de La Plata, y de acá
de Neuquén estuvieron Javier Cónsoli en saxo barítono
y Javier Henríquez en trompeta.
El arte de tapa lo hicimos acá, con los diseños de Javier
Castro, y en La Plata realizamos los estuches en cartón con
una empresa que se dedica exclusivamente a este tipo de cajas.
A mí me pareció que para vestir este disco con onda
muy retro, lo de cartón tenía un significado importante
y usar imágenes bien de película, respetando este estilo.
Es decir, buscamos que cuando se viera por primera vez el disco, uno
se imagine de qué se trataba antes de escucharlo.
¿Cuánto te costó el trabajo de selección
de los temas que incluiste en la placa?
Fue algo arduo por lo que el material que pusimos en “Jump Swing
Baby!” fue elegido de forma cuidadosa. Es bien swing, tal como
se puede apreciar en la primera pista con “Jump with my baby”
de Scotty Morris. Es una canción realmente preciosa.
La segunda pista es de mi autoría y de Mauro y posee una estética
muy televisiva. El tercero es un clásico de los años
treinta de Edith Piaf. Aquí contamos con la participación
de Federico Montero, uno de los cantantes de “Madryn”,
que surgió del reality “Escalera a la fama”. Él
justo estaba grabando en el estudio, nos escuchó y, por suerte,
aportó su voz para otro tema, “Mack the knife”.
Como queríamos poner algún ritmo bien latino, surgió
“Cha Cha Swing”, que es una combinación de los
sonidos de estos dos estilos. Y así se fueron sucediendo “What’s
next”, Zoot Suit Riot”, donde incluimos voces de la película
“The Blues Brothers”, “Black eyes” e “¿Inocentes?”,
que pertenecen a una comedia musical que produjo Alejandro Romay,
y cerramos con “In the mood” de Glenn Millar, un auténtico
monstruo del género.
¿Qué te espera en el futuro?
Yo me tomé mucho tiempo para armar el disco. Aprendí
con los años que en esto de la música, si te apurás,
hacés macanas. Por eso, manejamos los niveles de ansiedad y
fue por eso que salió cuando tenía que salir. Ideas
quedaron afuera, sobre todo muchos boggies que los vamos a seguir
laburando para que el año que viene, u el otro, saquemos un
disco más. De todas formas, antes estamos pensando en hacer
un video y una tirada a nivel nacional.
Con el disco, va un posavasos que, más allá de tener
la imagen de nuestra mascota, el cóndor Mosley, tiene una lista
de tragos ideales para cada tema. El estilo de la música va
con la onda lounge que caracteriza a esta música. Comer bien,
tomar bien, ver una buena película. Yo, sin quererlo, incluí
esta cuestión. Y cuando nos hicieron percatar de ello, nos
pareció una buena idea elaborar este listado. De hecho cuando
hagamos la presentación del disco el marzo próximo,
donde vamos a traer unos bailarines de swing, vamos a poner una barra
para que alguien explique cómo hacer los tragos, a medida que
interpretemos los temas.
“Jump Swing Baby!”
1) Jump with my baby
2) Cholulo y obsecuente
3) La vida color de rosa
4) Cha Cha Swing
5) What‘s next?
6) Zoot Suit Riot
7) You know you wrong
8) Black eyes
9) ¿Inocentes?
10) Mack the knife
11) In the mood
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